Tenía finalizado
y preparado para enviar, el escrito para esta semana, con su ilustración
elegida y ejecutada sobre el referéndum de Escocia, cuando se producen estas
dos noticias: La dimisión de Gallardón y el revolcón jurídico al Sr. Bauzá y a
su prepotencia.
Del
escrito sobre Escocia, solo rescataré dos párrafos, que creo que lo compendian:
“Como ciudadano de un estado, como es el
nuestro, siento envidia de los ciudadanos británicos, ya que si también son
sometidos por un gobierno de derechas, con todos los recortes sociales que ello
conlleva, al menos lo están siendo por una derecha democrática, y no a una como
la que padecemos, capaz de hacer trampas
hasta en los solitarios y que con sus mentiras nos ha hecho más pobres a todos,
excepto a ellos mismos y a la clase que siempre ha defendido.
Y ya para terminar, si es que tengo que soportar una monarquía, preferiría
una que supiese cual es el papel que debería adoptar en todo momento”.
Sobre
el tema Gallardón solo mostrar mi extrañeza porque ha cumplido por una vez con algo exigido a
cualquier persona digan al ser tan desautorizado como ha sido él. Nos tenía
acostumbrados a sus amagos de dimisión, para luego seguir viviendo del
presupuesto. Pero, al menos, al peor Ministro de Justicia habido en democracia,
hemos de reconocerle una cosa: su elegancia al admitir su culpa y no
compartirla con el resto del gabinete y sobre todo con el Presidente, ya que
nadie puede creer que si formuló en anteproyecto que formuló, no fuese con el beneplácito
del Sr. Rajoy .
Achacan
a Millán Astray (perdonen si apeo el
tratamiento) que cuando oía la palabra cultura echaba mano a la pistola. En el
caso del Sr: Bauzá, cuando oye dicha
palabra, no toma una pistola, hace algo más terrorífico: suelta a la
Consellera Camps con sus “trepitja”, sus “sa Moma” y la lengua “Euskadi” logrando unos efectos devastadores.
Estos
dos personajes carecen del más mínimo conocimiento pedagógico, de la más elemental
noción de filología, desconocen en qué
consiste la cultura, ignoran el significado de lo que
representa el diálogo y por ende, sus dotes
personales para gobernar son nulas. Pero
su prepotencia, su narcisismo y su egolatría les hace creer, que no pensar, que
la fuerza de unos votos, obtenidos mintiendo en su programa electoral y
aprovechando unas circunstancias muy adversas para su principal contrincante
electoral, les faculta para cometer
cualquier tropelía, ya que los estómagos agradecidos que componen su grupo parlamentario,
no son capaces de indicarle cuando vulnera los límites de la democracia, ni tan
siquiera los límites de la legalidad, como ha tenido que hacer el TSJIB.
Por
desgracia, tengo que dar la razón a Wiston Churchill cuando dijo que: “Cada
país tiene el gobierno que se merece”. Ya que a pesar del President, su equipo
y lo que es peor, su política, en las encuestas, continua como vencedor para
las próximas elecciones en todos los ámbitos.