Generalmente,
cuando empiezo una serie de artículos relacionados suelo indicar en el título
el ordinal del artículo y el total de la serie. Francamente, en este caso, y
dadas las reacciones, en principio insospechadas, no me atrevo ni a especular sobre
la evolución de los acontecimientos, y a la cantidad de escritos que se
necesitarán para intentar analizar lo que pase de aquí al 4 de mayo, y aún en
fechas posteriores a las elecciones madrileñas.
Lo que empezó con un
anuncio de dos mociones de censura en Murcia, una en el Gobierno de la
Comunidad y otra en el Ayuntamiento de la capital, ha devenido en un terremoto
que ha afectado hasta al Gobierno de la
Nación.
Un poco de
cronología no nos vendrá mal para ayudar a seguir la situación.
PSOE y Cs en Murcia
pactaron una moción de censura para desalojar al PP, que gobernaba con el
citado Cs, y repartirse el Gobierno de la Comunidad y la titularidad de la
capital. Hasta ahí, nada complicado e, incluso, sencillo. El caso,
aparentemente, no podía ser más simple.
Pero las reacciones,
al igual que las consecuencias del aleteo de la mariposa, fueron insospechadas.
Por una parte, el PSOE, o alguno de sus Barones, entendieron que los partidos azul y naranja habían roto el acuerdo
nacional, y se lanzaron a presentar una moción de censura en la Comunidad de
Castilla y León, sin contar previamente con Cs. Estos últimos se lanzaron a
afirmar que ellos no pensaban secundar ninguna moción de censura, y que
pensaban terminar la legislatura con la coalición existente. Al igual que
hicieron en Andalucía. Pero quedaba Madrid. El Alcalde, tras asegurarse de que
Cs no se aliaría con el PSOE para desbancarle del Ayuntamiento, mantuvo la
misma correlación de fuerzas, quedándose
alejado del conflicto.
En estas la
ultramontana Presidenta de la Comunidad vio su ocasión para lograr varios de
sus objetivos, y no dudó en convocar elecciones anticipadas, importándole una
higa sus recientes declaraciones sobre las elecciones que se celebraron en Catalunya,
y de las que pueden dar fe las hemerotecas. Aunque ¿Van a parar sus decisiones
unas simples hemerotecas?
Ni corta ni
perezosa, vio la ocasión de desprenderse de, para ella, sus incómodos socios
que habían frenado algunas de sus decisiones. Actuando raudamente, y antes de
que se pudieran tomar en cuenta otros pareceres, convocó elecciones
anticipadas, cesó a los miembros de su gobierno, y evitó que pudiesen admitirse
legalmente mociones de censura. De hecho, se presentaron dos, pero, con el Estatuto
de Autonomía en la mano, y con la lectura literal del mismo, el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid dio por dio por buenas las elecciones
anticipadas.
La moción de
censura de Murcia tras pasar por la
Lonja no prospero. Cosas del Mercado de Cargos
Como colofón, por
ahora, de toda esta situación, a la vista de las encuestas (o de alguna circunstancia
oculta hasta hora) que daban como ganadora a la actual Presidenta, que con el
apoyo, y no desde fuera de VOX, obtendría la mayoría absoluta, cual adalid de
la democracia y emulando a Robín Hood, el Sr. Iglesias abandona sus quehaceres
como Vicepresidente segundo del Gobierno de España, para salvar a los
madrileños de una tiranía fascista. O, al menos, eso dice él.
Más Madrid le da
calabazas a Iglesias.
En próximas
entregas iremos viendo las consecuencias, y el transcurrir de los avatares de la
precampaña y la propia campaña, que promete ser de todo menos placida y plana.