viernes, 21 de enero de 2022

Bolero






Creo no equivocarme si afirmo que todo el mundo conoce y reconoce el Bolero de Maurice Ravel. También que un gran número de personas a las que no les gusta la música mal llamada clásica encuentra agradable, e, incluso, manifiesta que le gusta esta obra.

¿Cuál es el secreto de esta aceptación generalizada? Su estructura, consistente en un tema corto, sencillo, brillante, y fácilmente identificable, que, con variaciones de instrumentación, se repite hasta la saciedad.

Sin pretender compararme en cuanto a sus cualidades con el celebérrimo Bolero, encuentro que  en mis escritos, amparado en un estilo más o menos logrado, un vocabulario escogido con sumo cuidado, y una cuidada gramática, he estado durante mucho tiempo diciendo lo mismo. Cambiando la “orquestación”, pero interpretando siempre el mismo tema.

Con anterioridad a estos días festivos, me encontraba cansado. Ahora, y tras esta interrupción y al releer alguno de mis escritos, he visto la razón: mi contumaz repetición del mismo tema.

No cierro el blog con estos casi 500 artículos que he publicado. Creo que alguna vez he tenido razón, que algunos han gustado, que otros han hecho pensar sobre lo expuesto, otros han podido indignar, otros, los más en los últimos tiempos, aburrir o, lo que es peor para mi ego, no interesar y ser ignorados.

Simplemente lo dejo en suspenso por tiempo ilimitado. Si un día siento que puedo aportar algo nuevo, o noto la necesidad de compartir de nuevo mis reflexiones, volvería a retomar el blog.

Muchas gracias a todos, especialmente a los que me han leído en alguna ocasión. 

martes, 21 de diciembre de 2021

Felices fiestas


 

Todas las religiones que han prosperado a lo largo de la historia de la humanidad han tenido, al menos, dos claves en común:

En primer lugar, una fructífera relación simbiótica con el poder temporal. En la actualidad es clara y directa esta relación en muchos países islámicos, y, aunque de manera menos visible, también en países de tradición cristiana, pues se forman lobbies capaces de influir en las elecciones presidenciales, o la aprobación de las leyes.

La otra característica es el afán de cubrir y solapar los nichos que ocupaba la religión a la que sustituyen, no solo en el marco de espacios materiales, también de los espirituales, y celebraciones.

Los templos etruscos fueron reconvertidos en romanos, y estos, a su vez, en cristianos, y, por no ser menos, muchos de estos en mezquitas.

Vayamos ahora al tema de creencias y celebraciones. No creo que pueda caber duda de que el cristianismo sea una religión de origen semita continua, hasta el punto que algunos autores consideran al cristianismo como una secta herética del judaísmo; en tanto que otros consideran que el cristianismo es el camino verdadero al ser Jesús el Mesías anunciado. No voy en ese camino. La Madre de Jesús ¿Cuándo alcanza la relevancia dentro de las creencias cristianas?, ¿Cuándo se populariza esta religión entre los pueblos no semíticos acostumbrado a adorar a diosas? La incidencia en los Evangelios de la madre de Jesús es prácticamente nula. De los cuatro evangelistas, solo, y de pasada, la cita Juan en el momento de la crucifixión. Los otros tres la ignoran.

Estamos en tiempos navideños, y aquí tenemos un ejemplo de superposición. En la zona de Belén, coincidiendo con el solsticio de invierno, las noches son frías. Por lo tanto, no resulta pausible que los pastores durmieran al raso con sus rebaños, por lo que se puede descartar que Jesús naciera en estas fechas. El solsticio de invierno se celebraba desde los albores de la humanidad, Hacía frío y se recogían en comunidad. Además, sabían, y les llenaba de gozo, que las tinieblas nocturnas no avanzaban más, y que la luz del sol se iría prolongando. Y este motivo de celebración de origen pagano se prolongó a lo largo de los siglos. Al no poderse suprimir la fiesta, el cristianismo la cubrió con la conmemoración del Nacimiento de Jesús.

Seas creyente o no. Celebres la Navidad, el solsticio de invierno, o el hecho de estar vivo, te deseo a ti y a los tuyos unas felices fiestas.

 


viernes, 10 de diciembre de 2021

¿Qué menos?


Hace ya bastante tiempo comenté que una de las ventajas de no tener ningún tipo de ligaduras era la libertad  al elegir el tema, y darle el tratamiento que, según mi parecer, era el más adecuado para el ese tema.

Hoy es una de las veces que voy a usar de esa libertad, y a algunos de los lectores puede parecerles que me salto el guion, que, en contra de la línea argumental que he ido siguiendo, esta semana no hablo de política.

Por una parte, tienen  razón pues no hablaré de los temas políticos que son habituales en mis escritos. Pero también se equivocan: si consideramos la política en su el más amplio sentido de la palabra, la Cultura es una parte de la política, ya que es una parte de la relación de los seres humanos, o, al menos, yo lo considero así.

En otros lugares del planeta no se menosprecia a los artistas que se expresan con vehículos menos convencionales. En nuestro país, no tiene el mismo reconocimiento oficial un cineasta, que un dramaturgo o un fotógrafo, o que un pintor, y podría citar infinidad de ejemplos más.

Me he referido a otros lugares ya que Bob Dylan recibió de forma muy merecida el reconocimiento de la Academia sueca, que le concedió el Premio Nobel de Literatura por su poesía, poesía que mostró en canciones en vez de en las formas tradicionales.

En estos días Joan Manel Serrat ha anunciado su despedida musical, y sólo ha encontrado eco en sus seguidores. La Cultura oficial y los intelectuales orgánicos no han hecho ningún movimiento ni declaración.

Muchos, especialmente si desconocen el panorama cultural español, pueden pensar: “Todos los días se retira o retiran un cantante y no pasa nada”.

Joan Manel Serrat no solo es un cantante: Es un poeta y amante de la poesía. Fue la voz que hizo escuchar en el plúmbeo yermo del tardo franquismo a poetas perseguidos, forzados a marchar al destierro, e, incluso, asesinados por la tiránica dictadura que esclavizó a la ciudadanía ¿Quién, aun sin saber quién era el autor de la letra, no ha tarareado “Caminante no hay camino…” o “Para la Libertad traigo…”?

Siendo importante esta faceta divulgadora de esa riqueza literaria que nos tenían secuestrada, no podemos obviar  que Serrat era (y es) un extraordinario poeta que ha elegido la música como vía para acercar la poesía al gran público.

Aprovecha, además, su bilingüismo para escribir en sus dos leguas, en ambas con igual fluidez y sentimiento.

“Cançó de bressol” es una bella canción de cuna que sigue la tradición de aunar un texto inquietante y trágico propio de las nanas tradicionales.

Su poesía abarca multitud de géneros, desde costumbristas, como “Fiesta” o “La tieta”, o el bello poema de amor y melancolía “Paraules d’amor”, o la pujanza y fuerza de “Ara que tinc vint anys”. Pero, quizás, donde más se puede ver la calidad de su poesía es en sus cantos a las cosas pequeñas, y aparentemente inanes como “Cada loco con su tema”, o “No hago otra cosa que pensar en ti”.

Por su puesto, no se puede olvidar “Mediterráneo”, compendio de la idiosincrasia de los pueblos ribereños de este mar.

Sin embargo, no se le ha reconocido de forma oficial. Todo lo contrario.

Los nacionalistas catalanes no le han perdonado que escriba en castellano. Los nacionalistas centralistas que empezara cantando y escribiendo en catalán. La derecha sus críticas al franquismo, y las izquierdas su apoyo crítico al socialismo catalán.

¿A qué se espera para reconocer oficialmente su extraordinaria obra? ¿A que se muera?

Como dije en mis escritos de las últimas semanas, estoy cansado. Por ese motivo me tomo unas vacaciones hasta pasadas las fiestas. 

viernes, 3 de diciembre de 2021

Sigo cansado y harto


No, no se me han pasado ni el cansancio ni el hartazgo. No ha habido ninguna causa que mitigara ninguno de ambos sentimientos. Antes bien al contrario, hay motivos para acrecentarlos.

La semana pasada expuse los principales motivos que me producen el cansancio. Ahora debo sobreponerme a él, para justificar, o, mejor dicho, explicar de forma racional y no visceral las causas que me hacen estar harto.

La razón es el creciente incremento del fascismo y el filo fascismo que se va percibiendo en la sociedad, y que se manifiestan a través de diferentes comentarios y actuaciones. Sin embargo, esta afirmación es muy general, y podría venir motivada por mi sensibilidad política.

Para evitar esa sensación, intentaré dar algunos ejemplos que corroboran mi afirmación.

Por una parte, el partido que oficialmente representa la más extrema derecha está sembrando dudas sobre la eficacia de las vacunas contra el COVID 19, para, de una forma sibilina, socavar la credibilidad de la sanidad pública. Fomentan y arropan de forma solapada todas las posiciones fruto de la incultura de negacionistas, anti vacunas, y todas las teorías conspiranoicas que circulan al respecto. No obstante, se conoce que sus principales dirigentes se han vacunado, y así lo han reconocido todos.

¿Todos? No, su portaestandarte, siguiendo su acendrada costumbre, dice una cosa que no se corresponde con sus acciones. En el tema de la vacuna, defiende el “derecho personal” a no vacunarse y a ocultar en qué situación de inmunidad contra la COVID 19 se encuentra cada individuo. Se puede llegar a intuir por sus actitudes que él no se ha vacunado. Cosa totalmente falsa, ya que se tiene constancia de que sí lo hizo. Claro que una actitud de ese tipo está en consonancia con su trayectoria personal. Sirvan como ejemplo estos tres casos: Defiende los valores castrenses, y, por su edad, le hubiese correspondido realizar el servicio militar obligatorio, pero fue pidiendo sucesivas prorrogas hasta quedar exento de la obligación de realizarlo. Es un ferviente defensor de la “familia tradicional”, pero tiene tras de sí un matrimonio roto. Y, como postrer ejemplo, clama en contra de los “chiringuitos políticos” y a favor de la empresa privada, pero él no ha trabajado ni un solo día de su vida en una labor relacionada con la producción, y siempre ha cobrado como cargos públicos, o a sueldo de partidos políticos. En relación con los “chiringuitos", él estuvo dirigiendo (es un decir) uno que, en el poco más de un año en el que se mantuvo al frente de la fundación, no realizó labor alguna.

“Casualmente”, cuando se le acabó esta bicoca abandonó el PP, partido que le había proporcionado la subsistencia desde su juventud, para pasar a dirigir, al menos como relumbrón, y continuar cobrando con cargo a los presupuestos del Estado.

Por otra parte, estoy convencido de que, a día de hoy, el único sistema que puede garantizar un régimen de libertades donde converjan las públicas y las privadas es una democracia parlamentaria representativa, donde puedan hacer oír sus voces todas las sensibilidades políticas, y con capacidad de gobernar en función de la fuerza que les hayan cedido los ciudadanos en las urnas. Sin embargo, creo deshonesto que un partido que se auto define como de centro derecha, por la ambición de dos de sus líderes, esté compitiendo para situarse más a la derecha que el propio partido que oficialmente representa la ultra derecha.

En sus intentos de desgastar al Gobierno, y al más puro estilo fascista, no dudan en mentir con burdas patrañas en temas como la pandemia, los datos del paro, o las tendencias del PIB. Se niegan a resarcir, al menos moralmente, a los cientos de miles asesinados o represaliados por la dictadura franquista, en tanto se obstinan en airear el espectro de ETA, que está o ha estado pagando en prisiones los crímenes y desmanes que cometieron,  y que ha reconocido sus errores pidiendo perdón.

Por desgracia, la extrema derecha, actualmente no hay otra derecha, está instalada en la bronca y el insulto. Actitud que produce un estado de crispación que contagia a los otros grupos, convirtiendo la más alta cámara de debates en un cotarro

La crispación y las actitudes ofensivas no se limitan a los representantes del pueblo. Contagia a este hasta alcanzar unas situaciones deplorables de enfrentamientos, donde el raciocinio se troca en insultos y descalificaciones.

No acaban aquí las actuaciones movidas por el ansia desmedidas de alcanzar el Gobierno. Han roto las más elementales nociones del sentido de Estado, incumpliendo la práctica de defender, o, al menos, no vituperar las acciones gubernamentales en foros extranjeros, no dudando en aliarse con países partidarios de restringir las ayudas a España para salir de la crisis provocada por la pandemia, y en hacer propaganda para que no aprobasen en el Parlamento Europeo las líneas que hacían viables los Presupuestos Generables del Estado.

No hace falta hablar del chalaneo para renovar algunos órganos fundamentales para la buena marcha de la nación, y del boicot a la renovación del Tribunal Supremo en total oposición a la letra y al espíritu de la Constitución.

Además de todo esto, se nos muere Almudena Grandes ¿Comprenden que esté harto?

 

 

viernes, 26 de noviembre de 2021

Cansado y harto


 

Estoy cansado, muy cansado. No sé si es por los cielos plomizos que se suceden sin solución de continuidad durante más de una semana. Quizás influyan también los más de nueve años, casi sin interrupciones, que llevo acudiendo a la cita semanal con  este blog para comentar noticias, actuaciones, y sucesos acaecidos y analizados desde mi óptica.

Sin embargo, me temo que el agotamiento sea fruto de la frustración al observar la involución que se está gestando en la sociedad, y al ver cómo el fascismo, en simbiosis con el neo liberalismo más agresivo y rampante, bien desde una actitud militante, o bien de forma diletante, va corrompiendo y socavando las mentes de los que más tienen que perder con esas propuestas.

No nos engañemos, esta situación no es un movimiento surgido por generación espontanea, y mucho menos desde las bases de la sociedad. Todo es un plan muy bien organizado y orquestado para aniquilar cualquier atisbo del denostado, y en algún caso nonato, estado de bienestar.

Estos movimientos promotores del fascismo utilizan siempre los mismos mecanismos:

a)    Halagan y proporcionan espurias razones a las masas más incultas de los países donde van a aposentarse. Una vez en el poder, continuarán halagando a esas masas. pues cualquier régimen fascista necesita un pueblo ignorante y servil.

b)    Utilizan a los medios más populistas, realizando campañas de publicidad encubierta con la aquiescencia de sus venales grupos editoriales. Estos grupos continuarán con las alianzas en cuanto les otorgan réditos económicos.

c)     Fomentan el miedo ante lo desconocido y lo diferente, que es el origen de la xenofobia. Harán la vida más difícil a los migrantes, pero los mantendrán, a pesar de las amenazas, pues necesitarán mano de obra abundante, barata, y en unas condiciones de semi esclavitud.

d)     Fomentan a los violentos y la violencia ya que ayudan a desestabilizar la democracia, y hacen que los ciudadanos pusilánimes añoren un gobierno despótico que reduzca el clima de violencia. Esos amantes del caos son los primeros que caerán, ya que su fin es una de las “razones” que les dan un apoyo real entre una parte de la sociedad.

e)    Conspiranóicos, terraplanistas, antivacunas, negativistas y resto de esa peculiar fauna les son necesarios, al igual que los violentos, y por iguales motivos. Pero, a semejanza de aquellos, serán perseguidos ya que un gobierno fascista, por definición, no puede ni quiere mantener cualquier disensión.

Por desgracia, estos puntos no son debidos a mi visión sesgada de lo que está sucediendo en el mundo. Solo hay que mirar los EE.UU. de Trump y su legado, Hungría, Polonia, Brasil, la incertidumbre de Chile con la victoria en primera vuelta de un admirador del sangriento dictador Pinochet.

No, no me olvido de España, donde, según algunas encuestas, VOX ,y el PP, con un dirigente falaz y sus “muevesillones” pugnan por situarse en una posición más a la diestra de VOX, podrían alcanzar una mayoría absoluta.

¿Comprenden mi cansancio? De las razones de mi hartazgo les hablaré otra semana ya que como no he dejado de repetir, estoy cansado.

 


viernes, 19 de noviembre de 2021

Aquelarre


 

Antes de la irrupción de las creencias y costumbres judeo cristinas en los diferentes pueblos que formaban lo que hoy conocemos como Europa, las mujeres no eran simplemente una posesión del hombre o un objeto de ornamentación en los salones. Según en qué pueblos, eran las sacerdotisas, las que ejercían la medicina, las había filosofas, y se encontraban mujeres en todas las ramas del saber-

¿Todas las mujeres? Evidentemente, no. Pero no conviene olvidar que tampoco todos los hombres se dedican a quehaceres intelectuales.

Generalmente, en todas las civilizaciones el poder religioso y el poder temporal han actuado en connivencia, reforzándose en un bucle continuo. En algunos países se ha roto este nexo, en otros se está en proceso de romperlo, y, en ambos casos, con reticencias muy fuertes, y en otros muchos esta unión sigue  en plena vigencia.

Retrocedamos unos siglos. Constantino ha declarado el cristianismo como religión del imperio oriental. Los bárbaros han asolado el imperio romano occidental. La cultura se ha refugiado en lugares cerrados, y bajo el amparo de la cruz. Los nuevos propietarios son los señores feudales, que también se han convertido para poder sojuzgar a los campesinos, convertidos en siervos, y la Iglesia gana poder, con unos teólogos imbuidos de una misógina importada, y ajena a la cultura occidental, pero muy conveniente a las élites.

Por una parte, teníamos a gente mezquina, ignorancia, superstición, misoginia, y miedo a perder su papel preponderante y su influencia en la sociedad.

Por la otra, teníamos los restos del mundo de la cultura, con un grupo de mujeres que no se resignaban a ser pertenencia de otras personas, que querían seguir pensando por sí mismas.

La tormenta perfecta. Una situación en la que tenía todas las de ganar la incultura, la superstición, y la misoginia ya que reforzaba al Poder.

Se establecieron unos mecanismos represores terribles, suficientes para avergonzar al género humano para haberlos establecidos, algunos de los cuales permanecen formalmente hasta la actualidad, con otro nombre y sin respaldo legal para aplicarlos.

A las mujeres que se atrevieron a oponerse a los despóticos mandatos de la Iglesia y sus cómplices del Poder Temporal se las tiló de brujas, de amantes del diablo, de realizar todo tipo de actos contrarios a las “leyes divinas, cuando, en realidad, su único pecado era intentar pensar por sí mismas.

Todas las malas pasiones, los bajos instintos, las represiones sexuales, y la ignorancia se aliaron con el Poder para reprimir cualquier atisbo de libertad intelectual o física. Se inventaron reuniones inexistentes, donde, según esa gente obsesa, las mujeres se reunían para adorar al demonio, cuando, si hubiesen existido, se habrían reunido para sentirse libres intelectualmente (que es la autentica libertad, y no la espúrea de beber cerveza en tiempo de pandemia).

A esas inexistentes reuniones, que sirvieron de pretexto para tanto dolor, para tanta venganza personal, para tanta tortura, las llamaron aquelarre.

En el mes de noviembre del año 2021 del siglo XXI, un descendiente directo de aquella caterva que intentó cercenar el pensamiento a costa de asesinatos, califica el encuentro de cinco mujeres, en pro de aunar sus criterios en una propuesta política que a su parecer podría mejorar la sociedad, de aquelarre.

Creo que no hace falta calificarle, lo hace muy descriptivamente él solo.

Por último, y ya que ha venido a colación, creo que sería conveniente recordar que, hasta la actualidad, excepto algún caso clamoroso como el de Galileo, ninguna institución ha pedido perdón por estas atrocidades.


viernes, 12 de noviembre de 2021

Iluminados y vacunas


 

Hay voces mal intencionadas, cuando no racistas, y otras plenas de egoísmo y desmemoria que claman contra la inmigración. No voy a hablar del hambre que les arrastra a poner en peligro sus vidas. Tampoco de su huida de guerras producto de intereses bastardos. No mencionaré que la inmensa mayoría de los problemas que les arrastran al primer mundo  son fruto del constante y secular saqueo que sufrieron, y siguen sufriendo, ante la hipócrita mirada de sus explotadores del primer mundo, y de las marionetas de gobiernos que les someten a tiránicas dictaduras, mientras les despojan de sus recursos naturales.

No, no voy hoy a hablar de estos temas, aunque podrían dar materia no solo para este artículo sino para cantidades ingentes de voluminosos tomos.

Hoy, simplemente, voy a hacer unas someras reflexiones sobre la diferencia entre esos lugares y el primer mundo en cuanto a la pandemia.

En tanto que en nuestro mundo se ha comenzado a inocular una tercera dosis a los grupos considerados de riesgo en pro de una posible mayor seguridad, en los países más pobres se desconoce el número de fallecidos por falta de vacunas, dándose el caso que en la India, el mayor productor mundial de medicamentos genéricos, y de donde proviene un numero de las vacunas que estamos consumiendo, no hay vacunas y ni viales suficientes para inmunizar a sus propios ciudadanos.

Mientras los muertos ya se cuentan allí por millones, los del llamado primer mundo continúan acaparando dosis, y discutiendo a la baja los importes que se deben transferir para frenar la pandemia, con una visión torpe y mezquina del problema, pues mientras no se inmunice a la mayor parte de la humanidad, los países que no puedan hacerlo se convertirán en criaderos de de coronavirus, y éste, como todos los virus, mutará. Hasta ahora, se está teniendo suerte, y todas las cepas nuevas sucumben ante la vacuna en mayor o menor grado. Pero, ¿Será siempre igual? ¿Surgirá una nueva cepa resistente a la vacuna? ¿Tendremos que empezar el proceso otra vez?

Por último, no quiero dejar de mencionar a la fauna de diversa índole que se niega a vacunarse, y sus “científicos” planteamientos Entre los que destacan los siguientes:

a)    Negacionistas Niegan que exista una pandemia, y manifiestan que todo es un montaje organizado por diversas razones, entre otras la económica. La pregunta que se les podría formular, si les funcionara alguna neurona, sería: ¿Los millones de muertos en todo el mundo han sido para fomentar la teoría conspiratoria? ¿O por sugestión al creer que el virus podía tener consecuencias mortales?

b)    Antivacunas. Unos niegan la eficacia de las vacunas en general. Su estupidez y falta de rigor es tan manifiesta que no merecen ni tan siquiera el esfuerzo de replicarles, ya que no serían capaces de comprenderlo. Otros niegan, sin ninguna base, como no sea la especialización en virus, vacunas, y epidemias adquirida en las redes sociales, la eficacia de estas vacunas en concreto. Algunos más desconfían de la rapidez en desarrollar la vacuna, ignorando que los investigadores han tenido en este caso unos medios materiales y humanos que no se han tenido en otras investigaciones.

c)     Libertarios. En cierto modo podría estar de acuerdo con ellos, creo que cada uno tiene derecho a suicidarse como crea más convenientes. No obstante, su posición no es en absoluto libertaria. El imponer su voluntad a la libertad del resto de personas es, simple y llanamente, nazismo.

d)     Sinvergüenzas. Van de “listillos”. Creen en la eficacia de la vacuna, pero esperan a la llamada “inmunidad de rebaño” para lograr los beneficios de la vacuna, pero sintiéndose a salvo de los posibles efectos secundarios. Unas verdaderas “joyas”.

¿Quién no conoce a algún representante de esta fauna, que, además, cree que está en posesión de la verdad?