Un comerciante palmesano me dijo que para
él: “Después de agosto, Navidad”.
El Sr. Rajoy ha debido de pensar algo
parecido: “Tras las catalanas, las generales”. Y así, como los comerciantes se
aprestan bajo la capa de Santa Claus a ofrecernos una serie de ofertas
difíciles de eludir, adornadas de brillantes oropeles para hacernos olvidar de
la situación real y deslumbrarnos con promesas de falsa felicidad, el Sr. Rajoy,
o quien lo maneje, adopta la misma estrategia.
Desde que empezamos con las pre campañas:
andaluzas, municipales, autonómicas, catalanas y, ahora, generales, el PP no ha
dejado de hacernos “regalos” y promesas de futura felicidad, creyendo,
esperemos que erróneamente, que olvidaremos su terrorífico mandato.
Pero, para que nos ilusionemos demasiado,
el gobierno tiene su propio Ebenezer Scrooger (alias Cristóbal Montoro) antes
de que el espíritu navideño se apodere de él.
Los habitantes de las islas tenemos muchos
“regalos” envueltos con lazos y purpurinas, pero vacíos de utilidad y contenido.
Pongamos sólo dos ejemplos, a pesar de que podrían ser infinidad.
El PP en pleno reconoce la deficiente
(por no decir, pésima) situación de nuestra comunidad, pero, al mismo tiempo,
no hace nada para remediar esta situación, antes bien la mantiene en los
presupuestos generales de estado.
Se llevan años luchando por un Régimen
Especial para les Illes Balears en función de nuestra insularidad, si bien lo
de luchando es un decir, ya que sólo se ha tomado un poco en serio esta
reivindicación cuando el partido gobernante en la comunidad no coincidía con el
que gobernaba en el estado. Al final, como regalo pre electoral de las
elecciones autonómicas, y seguramente viendo el batacazo que les venía encima,
aprueban el R.E.B., claro que completamente vacío de contenido y sólo para
engañar a los que se quedan con los titulares.
Queda relativamente mucho hasta el día 20
de diciembre, suficiente para que el equipo de campaña de Rajoy nos diga que
nos tocará a todos la lotería, e, incluso, para que nuestro Mr. Scrooger
nacional se viera influido por el clima electoral-navideño y dejara de
mandarnos mensajes apocalípticos si cayésemos en el gravísimo pecado de no votar
a D. Mariano y a sus huestes. Lo malo para ellos es que han enseñado demasiado
“el llautó” como para creerles.
Eso sí, hasta el año próximo no tendremos el regalo de ver a Dña. Cristina sentada en el
banquillo de los acusados. Esperemos que haya nuevo Fiscal General del Estado
para esas fechas.
Publicado en El Periscopi el 09 10 2015
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