viernes, 30 de octubre de 2015

La fe del carbonero



Uno de los grandes secretos completamente ininteligible para mí, era  la intención del voto hacia el PP. Que después de estos cuatro años, de mentiras, promesas incumplidas, recortes en todo tipo de derechos sociales, como educación, sanidad, pensiones, dependencia, de asaltos a los derechos fundamentales, de corrupción generalizada, de poner toda clase de cortapisas a la investigación de dicha corrupción;  aún quedasen ciudadanos de a píe que les votasen.

Intentando esclarecer ese misterio insondable, he buceado en la Red para ver si encontraba alguna explicación. Para mi ese  porcentaje de votantes del PP  era como una  nebulosa. Encontré  una encuesta referida a la C.A. de Valencia, que con  una incidencia de corrupción semejante a la nuestra y con una preponderancia histórica de las fuerzas de la derecha, podría tener un perfil de votantes con semejanza a los nuestra comunidad. Es un llamémosle estudio sociológico realizado por el Mundo  y “cocinado”  de la siguiente manera según su propia definición: “El último estudio postelectoral del C.I.S. que permite cruzar las variables socioeconómicas con el recuerdo de voto de las últimas elecciones autonómicas de 2015”. Dejando aparte que el método sea más o menos riguroso y de la credibilidad que se le dé al mencionado diario, hay una serie de datos, unos conocidos y otros tremendamente sorprendente, o quizás o no tanto. Fijémonos  en  los datos que el diario considera más relevantes y donde está la  franja de mayor aceptación

A) Género.- Los votantes hombres son mayoría   con respecto a las mujeres, cosa no demasiado casual dada las políticas de igualdad (más bien desigualdad) que practica y predica.  B) Edad.-Tiene una mayoría de sus votantes en una edad superior a los 65 años.                          C) Ocupación.-  Como consecuencia del punto anterior, el mayor porcentaje de sus seguidores son  pensionistas y jubilados.                                                                                                                    D) Nivel de estudios.- Es mayoritariamente el  de enseñanza secundaria en primera etapa        E) Estatus social.- Este es el punto que puede causar más extrañeza, pues son los obreros cualificados, los que ocupan el primer lugar entre los simpatizantes de dicho partido.

Me voy a permitir algunos comentarios sobre esta situación La primera conclusión que se puede sacar, es que los que tenemos más de 65 años y somos pensionistas, con el paso del tiempo, hemos debido perder mucha capacidad de análisis, pues apoyar a  un partido que se ríe de nosotros con subidas del 0’25% y echa mano del fondo de pensiones, a no ser que nos ataque la demencia senil, no se puede comprender desde una posición lógica.

No voy a incidir en el nivel de estudios, pero sí que me llama y mucho la atención lo del estatus social. Comprendo y justifico que los banqueros, que no bancarios, los altos ejecutivos de las empresas del IBEX 35, los chorizos, los especuladores, los estómagos agradecidos, los señoritos que ocupan cargos en función de sus apellidos y toda clase de mangantes se puedan sentir identificados con el PP, ¿pero que los obreros cualificados lo hagan?  Claro que los blanqueadores (de capitales) quizás se puedan contar como obreros cualificados, ¿pero hay tantos?

Tengo que confesar que no podía entender la intención de voto hacia el PP ni antes de encontrar este estudio, ni después de leerlo. Y cuando más trataba de racionalizarlo, menos podía entenderlo. Pero al final vi la luz

La clave, está en la fe. Esa fuerza que algunos lleva a creer en un principio mítico a pesar de que la lógica descarte toda la posibilidad de que sus creencias no sean erróneas. Que la razón descarte cualquier viso de credibilidad en sus certezas, no les importa. Esa fe que lleva a algunos integristas a decir que el mundo se creó en seis días a pesar de que todas las evidencias lo nieguen.

Esa es la fuerza del PP: la fe. El  que sus seguidores  crean todo lo que les venga revelados por los dirigentes de su partido. Ellos no han engañado, ellos no han mentido, ellos son el bien supremo y que todo contrario a sus intereses, es debido a la herencia recibida.

He llegado a este descubrimiento de sus mecanismos mentales  por un paralelismo con una charla con un conocido. Ya que al  argumentarle sobre la identidad   de la lengua catalana, me respondió: “No, si tus razonamientos me parecen correctos, pero yo creo y estoy convencido que el catalán, el mallorquín, el menorquín y el ibicenco, son distintas lenguas”.

Publicado en El Periscopi el 30 10 2015

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