viernes, 8 de enero de 2016

Puestos a pedir



Desde hace unas tres semanas, la sociedad civil, es decir, los que comemos garbanzos y paseamos al perro, nos hallamos sumidos en un estado de placidez, sin sobresaltos, y sin amenazas,  en un estado semejante al nirvana. Es posible que algunos lo achaquen al llamado espíritu navideño, pero no, están errados. Creo que este bienestar espiritual se debe a que estamos sin gobierno, y sin posibilidad en un futuro muy inmediato de tenerlo. Si lo piensan desapasionadamente, verán que las fechas coinciden con los comicios y con el resultado de los mismos. Si nosotros hemos llegado a este estado con solo tres semanas y pico, me parece que los catalanes deben estar en un estado orgásmico, ya que llevan más de tres meses, y a no ser que haya un milagro de aquí al sábado, tendrán que celebrar nuevas elecciones, es decir, que les quedan como mínimo otro par de meses largos en esta situación. 

En este tiempo que llevamos no nos han acosado con leyes inicuas,  estamos sin atropellos, sin quitarnos derechos, sólo con alguna medida de mofa como la subida del salario mínimo en 6,45 euros mensuales, o la ridícula subida del 0,25% de las pensiones. Pero, al menos, no los han rebajado, o suprimido directamente, como querían hacer ciertos sectores con el mencionado salario mínimo

Pero no tengamos en cuenta sólo estas medidas económicas, ya que por otra parte, tampoco  hemos ido a tirar bombas de manera indiscriminada por esos mundos de Allah. La Sra. Merkel parece que se ha olvidado de nosotros, el FMI se ha debido poner de perfil y permanece en las sombras ¿Nos parece suficiente para estar contentos y satisfechos?

¿Se ha hundido el país? ¿Ha caído sobre nosotros alguna de las plagas bíblicas? ¿Echamos de menos los escándalos que nos salpicaban todos los días?

El  mundo continúa girando. El Euribor sigue bajando. La construcción se ha reactivado (nada es perfecto). Las fiestas han llevado a una euforia, no sé si muy justificada, que ha reactivado las ventas y se ha creado empleo, cierto que de mala calidad y en muchos casos de semi  esclavitud, pero  al que no tenía ningún tipo de ingresos le ha aliviado al menos momentáneamente la situación. Todo ello hubiese pasado igual con un gobierno, pero con más tensiones.

 Hay alguna gente, sobre todo en las altas esferas y entre los poderes fácticos, que empieza a ponerse nerviosa, como pueden ser: la Iglesia, los del Ibex 35, los mandamases de los partidos que pueden a llegar a tocar poder, e, incluso, algunos ciudadanos contagiados por el ambiente.

 Hay gerifaltes  de los partidos que más representación han obtenido que están sufriendo ataques de ansiedad  y con “mono” de poder. Pero ¿Y los ciudadanos? Pues muy tranquilos, al no haber nadie que se atreva a hablar las “reformas estructurales que nos exige Bruselas”, sin grandes “mamandurrias”  pues  las grandes obras públicas no se licitan y por tanto no vuelan los maletines.

Casi se puede decir que estamos encantados,  puesto que los que jamás han dialogado, ni con “el plasma”,  prometen consenso y armonía. Todo son buenos propósitos. Todos piensan  y prometen  acabar con las desigualdades sociales, y con la precariedad laboral. Han empezado con bajadas en algunos  servicios, escasas y casi nulas, pero por algo se empieza. En medidas sociales, como el salario mínimo y las pensiones mencionadas antes, es cierto que son humillantes ¿Pero nos vamos a poner exquisitos y pedirles sensibilidad  social ahora?

Si Bélgica pudo aguantar un año sin gobierno ¿Nos hace tanta falta a nosotros tenerlo?  Que nos dejen disfrutar sin nuevos recortes, sin nuevos escándalos, sin nuevos y viejos corruptos.

Claro que al final llegarán a un acuerdo los de siempre y nos fastidiarán el  sueño. Pero estamos a primeros de año y con los Magos y las Magas  a punto de llegar cuando escribo. Por tanto,  así como otros piden deseos imposibles de lograr, yo me pido uno solo: Una buena temporada sin gobierno.

Publicado en El Periscopi  el 08 01 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario