viernes, 5 de febrero de 2016

Asomándose al exterior



La vida, y sobre todo la vida política, da muchas vueltas, y lo que un día se podía pensar que era el principio de un fin, resulta que puede ser el inicio de un principio.

Hasta el sábado día 30 de enero, el PSOE se encontraba en un gran atolladero en el que no se veía una salida y que podía desembocar en un declive más agudo del que había padecido hasta el momento: sus propios errores, su falta de una línea firme, concreta y decidida desde la oposición a las políticas anti sociales del PP, el ninguneo de una parte significativa de los dirigentes del partido hacia la figura del Secretario General, la actitud de “los jarrones chinos y los jarroncitos”  que no han comprendido que en la actualidad ya no representan la voluntad del partido, y que dan la impresión que defienden sus intereses privados y no los de la comunidad.

Pero no busquemos sólo causas endógenas en las tribulaciones del PSOE. La estrategia impecable de Podemos había desmontado todas las posibles sus salidas. Entre ellas, fue especialmente brillante e inesperado el anuncio del Sr. Iglesias de apoyar al PSOE en la Sesión de investidura, e incluso de formar parte de un gobierno presidido por el Sr. Sánchez, y en el que se incluiría a Unión Popular (IU)

La jugada era perfecta para desarmar al PSOE como fuerza hegemónica de la izquierda, ya que se encontraría con una de las siguientes situaciones:

a)      Aceptar formar gobierno de unidad. En este caso la autoridad del Secretario General quedaría muy debilitada, ya que destacados miembros del partido están en contra de esta solución. Ante esta situación, la debilidad interna podría ser aprovechada políticamente Podemos para ganar esferas de poder.

b)      No aceptar el pacto. En este caso, tendría que apoyar, por activa o por pasiva, la investidura del Sr. Rajoy y todo lo que arrastra el PP en cuantos a políticas favorecedoras de la desigualdad social y a sus escándalos económicos, lo cual creo que sería muy difícil de perdonar por sus votantes y seguidores. O quedaría la alternativa de ir a unas nuevas elecciones, en cuyo caso, siempre quedaría marcado como el partido que no quiso hacer una coalición de izquierdas, pagando por esta decisión un precio en las urnas que podría ser muy elevado en términos de votos

Esta situación  dio un vuelco de forma muy sustancial con el anuncio que hizo el Sr. Sánchez de que consultaría a las bases la posibilidad del acuerdo y las condiciones , propuesta que dejó muy descolocados a los “Barones” que estaban en contra de cualquier confluencia con Podemos. Para mí, esta brillante decisión tiene varios aspectos muy positivos para el Secretario General. Veamos algunos:

a)      Deja fuera de juego a los que se oponían al pacto, ya que si la consulta es favorable al pacto, los opositores, so pena de  ser acusados de no aceptar la democracia interna, se verán abocados a aceptar el resultado. Refuerza de paso la posición de su figura de líder como impulsor de la consulta y valedor del acuerdo.

b)      Continuando con el hipotético favorable, la posición negociadora viene reforzada, ya que tiene detrás al partido de izquierdas con más respaldo parlamentario.

c)       Caso que el resultado fuera contrario a formalizar el pacto propuesto, el PSOE siempre podrá decir que ha sido la decisión de la militancia y no de unos dirigentes aislados de la voluntad popular y que sólo miran por sus privilegios.

Como conclusión podemos decir que, afortunadamente, empieza a mostrarse algo de inteligencia política en el páramo del panorama español, dejando, por otra parte, de ser ésta una exclusividad de Podemos, el único, hasta ahora, en tomar iniciativas favorables a sus intenciones, al tiempo de ser capaces de desconcertar al resto de formaciones.

Publicado en El Periscopi el 05 02 2016

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