viernes, 8 de septiembre de 2017

Doloras



D. Ramón de Campoamor escribía: “Y es que en el mundo traidor/ nada hay verdad ni mentira; todo es según el color/ del cristal con que se mira”.

Sí, ya sé que D. Ramón es un poeta muy pasado de moda, e incluso, siendo muy benévolo, no se le puede catalogar  como uno de los grandes de la poesía en lengua castellana. Pero, entre elegir esta frase de unas  composiciones que he leído, o referirme a Matrix, trilogía de películas que confieso que no he visto, para mí la cuestión no tiene color.

Por eso, no voy a decir que la visión del Gobierno y el partido que lo apoya está en un mundo de otra dimensión, simplemente diré que ellos y yo lo miramos con cristales de colores distintos. Se vanaglorian de haber creado docenas de miles de contratos, y, sin embargo, el número de parados se mantiene en unas tasas elevadísimas. Se muestran ufanos del descenso del paro, pero no mencionan que el número de personas que se mantiene en el mercado de trabajo ha descendido por la emigración de españoles, y la repatriación de inmigrantes. También se cuidan mucho de aludir el tema del crecimiento del número de personas que se encuentran  umbral de la pobreza, o que ya lo han traspasado, pues hoy en día el encontrar un trabajo no supone superar dicho umbral.

En la primera reunión para abrir el curso político del PP, todos estaban encantados de haberse conocido. Se auto loaban por lo bien que lo habían hecho. Se vanagloriaban del número record de contratos de trabajo firmados el mes de julio. Pero por un fallo de memoria ¿A quién no le pasa?, se olvidaron de que la destrucción de empleo en agosto marca una cifra histórica para ese mes, y que es la más alta desde 2011.

¿Cómo se puede alardear del buen hacer con 46.400 personas más en el paro, y con la destrucción de 179.485 puestos de trabajo? ¡Que hay 3.382.324 parados registrados! ¡Que esta cifra no es solo un número, que representan 3.382.324 dramas personales y familiares!

Pero no sólo es esto. Se apuntan la medalla de que a finales de año, según se va desarrollando y se van haciendo interpolaciones de las llegadas, España será el país del mundo que recibirá más turistas extranjeros , y  la ocupación hotelera y sus beneficios han sido de record. Sin embargo, pese a estas cifras y a ese triunfalismo, los trabajadores del sector de la hostelería  son el colectivo con las retribuciones más bajas del país. Por otra parte, el Convenio Colectivo del sector, próximo a discutirse, y tras las voladuras controladas y también incontroladas de los sindicatos por el Gobierno y por los medios afines a los empresarios turísticos, se prevén difíciles, y con pocas perspectivas para los trabajadores.

Por último, y no por ello menos importante, quisiera hacer referencia a la Ministra de Trabajo, Dña. Fátima Bañez. Y aquí no me voy a sumar a los que dicen que toma substancias prohibidas. No puedo ni llegar a imaginarme esta circunstancia. Estoy seguro de que la citada Sra. Bañez sufre una intoxicación medicamentosa, de la cual debería dar cuenta inmediatamente a su médico, ya que no resulta creíble que alguien que no sufra graves  alucinaciones pueda afirmar que el empleo que se crea actualmente sea de mejor calidad al que se creaba con anterioridad al año 2.011.

Aprovechando que la Sra. Ministra es tan devota de la Virgen del Rocío, la cual al parecer la ayuda a que proliferen los nuevos y abundantes contratos, y dado que he comenzado este escrito hablando de poetas y composiciones poéticas, me van a permitir despedirme con   una metáfora:   “Los contratos actuales son más efímeros que el rocío ante los rayos  del sol de la mañana”.


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