viernes, 23 de octubre de 2020

Oftalmólogos


 

Observo, no sin cierta sorpresa, la cantidad de adeptos y nuevos practicantes de las ciencias y artes de la salud.

A la caterva de expertos, con doctorados obtenidos en Facebook y otras redes sociales, de las disciplinas de virología, epidemiología, neumología y otras especialidades relacionadas con la pandemia que nos asola, se ha unido una legión de especialistas en temas relacionados con la visión, eso sí, estos, en general, han surgido entre nuestra clase política.

Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu definió los tres poderes de un estado y la separación que debía establecerse entre los mismos. Sin embargo, ya que falleció en 1755, ha habido y hay muchos políticos que consideran que ya que su cuerpo fue enterrado en aquellas fechas, comienza a ser hora de enterrar sus teorías en las que están basadas en gran parte nuestras constituciones.

La Constitución de 1978, vigente en la actualidad, en su Título VI, y, más concretamente, en el artículo 117 párrafo 1º, establece de donde dimana la justicia, y en el 122 párrafo 3º establece cómo se debe constituir el Consejo General del Poder Judicial, y el periodo en que debe ser renovado.

Pero, en este momento entran en juego los oftalmólogos, que pretenden mantener la visión parcial del ojo derecho, que ya lograron durante la presidencia del Gobierno del Sr Aznar, y que continuaron extendiendo durante la del Sr. Zapatero. La ceguera, que debería ser uno de los atributos de la Justicia, con los tratamientos agresivos para mantenerse a toda costa, sufre una enfermedad degenerativa cada vez más grave, y que afecta a su credibilidad.

En la actualidad, y seguramente ante la experiencia anterior, el Sr. Sánchez, quizás de una forma un tanto drástica, pretende apartar a esos oftalmólogos, y que la Justicia vuelva, al menos en teoría, a su estado anterior de ceguera. Esperemos que no caiga en la tentación de experimentar para que pueda ver con su ojo izquierdo.

Mientras tanto ¿Cómo reaccionan ante las medidas propuestas por el PSOE y UP la derecha y su equipo de especialistas en mantener la visión actual? Clamando contra lo que consideran un ataque a la Constitución, obviando  los requerimientos de dicha Constitución en los puntos citados anteriormente, y llevando a que los principales órganos de la Justicia sigan sin poderse renovar por el bloqueo de aquellos que dicen amar y defender nuestra “ley de leyes”.

Aparte de algunas incongruencias debidas a las circunstancias en que se redactó la Constitución, sus redactores pecaron de ilusos al pensar que los partidos políticos elegidos por el pueblo serían democráticos, y no harían un uso torticero de la ley para prostituirla, dejando en la práctica el espíritu de nuestra Carta Magna sin una de sus funciones y sin efectividad alguna.

Se ve que a ciertos “demócratas” les resulta más patriótico lucir banderas que cumplir con el espíritu que defiende nuestro ordenamiento jurídico, especialmente si tienen intereses particulares y juicios pendientes.

No cabe duda de que las medidas que los partidos que apoyan al Gobierno piden que aprueben las Cámaras pueden ser drásticas, y que podrían conducir a resultados negativos y alejados del equilibrio necesario. Sin embargo, pueden ser el principio de una solución al filibusterismo que adopta y ha adoptado la derecha, cuando ha tenido ocasión, para bloquear a los órganos supremos de la Justicia.

Esos oftalmólogos, que tanto critican la petición de desbloqueo por parte de la izquierda, tienen la solución en su mano: no forzar el uso del ojo derecho, que tan nocivo resulta parta la buena salud de la paciente, y dejar que la Justicia siga lo más ciega posible.

No me he olvidado del papel que juegan en esta crisis los miembros prorrogados del Consejo del Poder Judicial y la ética con la que actúan en numerosas actuaciones, pero puede ser el tema de otro escrito

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