jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Resaca navideña?


 

Como de momento aún conservo cierto espíritu navideño, posiblemente debido a las laboriosas digestiones de los excesos gastronómicos propios de estos días, no quiero entrar en críticas o descalificaciones hacía ningún colectivo.

No hablaré de los asesinos por inconsciencia, que  promueven o asisten a reuniones o fiestas tumultuarias que han fomentado la situación inasumible desde el punto de vista sanitario que estamos sufriendo en la actualidad.

Tampoco criticaré a todos esos polinecios negativistas, terraplanistas, y/o anti vacunas. Aunque si me gustaría que, si se contagiaran del “inexistente Covid 19, no utilizaran la sanidad pública, y se dirigieran directamente a psiquiatras (a ser posible privados) para que les tratasen de su malestar psicosomático, ya que no podrían jamás infectarse con algo que no existe.

Ni tan siquiera criticaré a los carroñeros políticos, que, al contrario de toda la oposición responsable de los países democráticos, no apoyan las decisiones de sus gobiernos en un mezquino intento de tratar de sacar réditos políticos de los muertos.

No quiero criticar a nadie, tanto más cuando todas las autonomías, con una triste excepción, se han puesto de acuerdo, y están llevando un plan conjunto, al tiempo que reman unidos en un plan de vacunación masiva y ejemplar, demostrando  que aún hay esperanza de que algún día España pueda actuar como un país normal, y no como un campo de batalla partidista con absoluto desprecio hacia los ciudadanos.

No voy a dar el nombre de esa mencionada excepción, creo que todos pueden suponer a quien me refiero.

Empezó a demostrar su talante y falta de altitud de miras  antes de la llegada de la vacuna, al dar la orden de que no se derivaran a las UCI’s a los mayores de  80 años.

 Llego a acuerdos con otras fuerzas en temas sanitarios, y al día siguiente los rompió.

Ha permitido aglomeraciones irresponsables en las calles más céntricas.

Pero, por encima de todo, ha demostrado su egoísmo partidista cuando ha acusado al Gobierno Central de discriminación en el reparto de vacunas a su comunidad en función a su población. Esta afirmación es falaz. y fácilmente demostrable su mendacidad. Se ha enviado a esa Comunidad el 13,9% del total del primer contingente de vacunas recibido, cuando, en realidad y por el total de la población residente en la  comunidad que preside, le correspondía el 13,8%.

 Es una verdadera lástima que durante el tiempo que estuvo llevando el blog del difunto Pecas (el único activo en su curriculum político) no aprendiera nada de la sinceridad, la generosidad, y el altruismo que caracterizan a los animales en general, y a los perros en particular.

En aras del espíritu navideño dejemos de momento estas miserias de algunos humanos, y celebremos la llegada de la vacuna, y que esta nos ayude a volver a una vida normal.

Feliz  (o lo más parecido posible a ese estado) año 2021 

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