viernes, 29 de enero de 2021

Hecha la ley…


 


Resulta una triste realidad que en este país no se premia el esfuerzo, el cumplimiento de las obligaciones, ni, incluso en el ámbito personal, la satisfacción por el cumplimiento del deber, y por el trabajo bien hecho.

Vivimos en un mal remedo de las novelas de picaresca, donde triunfa el “listillo”, el vivales, y el “todo vale si no me descubren.

Al decir mal remedo, me refiero a los nuevos pícaros, a los fallidos émulos de Rinconete y Cortadillo, o del inmortal Lázaro de Tormes. Ellos, a pesar de no mostrar una conducta ejemplarizante, al menos tenían ingenio, y respuestas rápidas y agudas para intentar salir del apuro cuando eran sorprendidos. Estos son tan romos de mente que no saben salir del: “yo no sabía”, “yo creía”, “no lo hice de mala fe”, o el más manido de “yo no quería, pero para que se tirara”.

Estas puerilidades no las dicen párvulos, las dicen personas con cargos importantes en la sociedad. Son Consejeros de Gobiernos autonómicos, Alcaldes, Concejales, Gerentes de hospitales, Altos cargos de la milicia, y, para que la lista esté completa, no podía faltar la Iglesia Católica, con sus Gerifaltes los Obispos de Mallorca, Tenerife y Córdoba.

Todos, sin excepción, se han aprovechado de sus cargos en beneficio propio (¿No tendría que decir algo la Fiscalía del Estado?). Todos, sin excepción, han intentado justificar lo injustificable. Todos, sin excepción, han sido tan mezquinos que consienten que trabajadores de primera línea en la lucha contra la pandemia aún no hayan sido vacunados con tal de salvar sus miserables vidas.

¿Dónde está su mirar por el bien de los administrados?, ¿Dónde está el Honor tan cacareado?, ¿Dónde está su amor al prójimo?

Muy pocos han dimitido, y los que así lo han hecho no ha sido por el convencimiento de haberlo hecho mal, han dimitido, según sus propias manifestaciones, “ante el revuelo mediático que el acto ha causado”. Es decir, que ni están arrepentidos de su acción, ni por el convencimiento de haberlo hecho mal. Lo han hecho porque les han cazado en su fechoría.

¿Qué han hecho los partidos con esa gente? Poco o nada. Han suspendido de militancia a algunos alcaldes, suspensión que no ha llevado, como se hubiera hecho en cualquier país normal, a destituirles fulminantemente. El voto de censura está para algo. Han forzado un par de dimisiones, y a esperar que escampe.

Pero no en todos los casos. El Secretario general y el Portavoz nacional de un partido están ejerciendo como “mamporreros”, justificando el caso del JEME, e, incluso, preconizando que se extienda a todos los altos cargos del ejército, e, incluso, al Gobierno el escalar a los primeros lugares para vacunase

Quizás la excusa más indignante, por lo contrario a aquello que preconiza del amor al prójimo y de servir de guía espiritual a la humanidad,  es la del Obispo de Mallorca. Dice que el Papa ha recomendado que todos se vacunen, pero se le olvidó decir que el Papa en ningún momento preconizó que se saltara las normas establecidas, y menos que se las saltara de forma dolosa y sin ningún tipo de vergüenza. También alega que tiene 73 años y es persona de riesgo, obviando que los sanitarios que están trabajando con las personas que están infectadas están en mayor situación de riesgo que él, e, incluso, que esa situación de riesgo es mayor entre los mayores de 80 años. Debería recordar aquello de: “Dar al Cesar lo que es del Cesar…”, en vez de: “la caridad bien entendida comienza por uno mismo”. Por muy Príncipe de la Iglesia que sea, está obligado a respetar las disposiciones legales, y no portarse como un “espabilao” si quiere que se le respete. Esta diatriba no es por mi condición de no creyente, y no creo que toda Jerarquía Eclesiástica sea igual. El Cardenal de Barcelona se ha posicionado en contra de este tipo de conductas que minan la credibilidad de la institución. Estoy convencido que el fallecido ex Obispo de Mallorca, D. Teodoro Úbeda, jamás hubiera actuado así. No es cuestión de cargos, sino de la calidad personal y de su ética.

En conclusión, la tradicional picaresca de siempre, pero ramplona y soez.


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