Para ser un buen jugador de ajedrez es necesario reunir
varias condiciones, entre las que podríamos distinguir el poder imaginar varias
jugadas por delante del movimiento que se va a efectuar, pero también tener
previstas diferentes variantes, por si el rival no responde con el movimiento
previsto. Claro está que esas condiciones son imprescindibles, pero no son las
únicas.
Si sólo fuesen necesarias esas dos únicas condiciones, nos
encontraríamos delante de un Gran Maestro internacional: El Molt o ex Molt (no
acabo de tenerlo claro) President de la Generalitat, Senyor Puigdemont.
Como jamás me han gustado las definiciones categóricas sin
demostrar y tildar al Sr Puigdemont de Gran Maestro en potencia podría parecerlo,
voy a tratar de explicar la razón de verlo así.
El citado ha sido capaz de ver varias jugadas por delante, y
ha sido capaz de llevar al contrincante a su terreno, al tiempo que ha elaborado un número muy elevado
de alternativas para responder las réplicas de su contrincante.
Vamos a denominar cada una de sus movimientos con una letra.
Así tenemos:
a)
A pesar de que en principio no era el jugador de
su equipo, obtuvo un brillante éxito desviando la atención de los diferentes
escándalos financieros de su partido, pues fue capaz de movilizar a una gran
parte del pueblo catalán, hasta tal punto prevalecieron los agravios a la
ciudadanía, unos reales y otros no tanto, a citar la familia Pujol, al 3%, o al
caso Palau, y convierte al quien lo hace en un “facha”, y enemigo del pueblo catalán.
b)
Y ya que
se había movilizado al pueblo ¿Por qué no intentar lograr un mayor grado de autogobierno?
Aquí no tuvo en cuenta que el oponente tenía el mismo tipo de problemas, y que,
por consiguiente, tenía que hacer una defensa rocosa e impermeable a cualquier
concesión, pues su electorado, que le había perdonado toda clase de mentiras y
escándalos, jamás le perdonaría la más mínima cesión hacia los catalanes. Al no
poder obtener ventajas por ese lado, adoptó otra estrategia.
c)
En su afán por dominar el centro del tablero, Puigdemont despliega
un ataque muy fuerte, anunciando un referéndum que desemboque, al menos
aparentemente y según las perspectivas de voto, en una propuesta de secesión de
Catalunya. El oponente replica con una rapidísima intervención del Tribunal
Constitucional, que deja sin efectos legales la convocatoria.
d)
El President fija la convocatoria del citado
referéndum y saca sus peones en un intento de amilanar al contrario, que lo
contrarresta con un despliegue de caballos y alfiles.
e)
En vista de que todas las amenazas de convocatoria
no han servido, pone en juego a las urnas defendidas por los
peones, que los alfiles y caballos
contrarrestan con fiereza.
f)
Tras el resultado previsible, y ante el enroque
del contrincante, Puigdemont pide al
Parlament que proclame la República de Catalunya, al tiempo que pide que quede
en suspenso, en tanto ofrece tablas a su contrincante, oferta que no es
aceptada.
g)
Sintiéndose acorralado, opta por pedir al
Parlament que active la proclamación de la independencia, con lo que se reserva
una jugada por si le resultara necesaria antes de aceptar el Mate definitivo. Ante
la proclamación de la independencia, el Gobierno inicia el ataque español en su
variedad 155, con el añadido del “a por ellos”.
h)
Puigdemont, viéndose acorralado, realiza un gambito
(*), mientras, y dado
que ningún juez ha dictado medidas cautelares, aprovecha para irse a Bélgica.
i)
Una vez en aquel país, invoca su condición de
Presidente electo de la República Catalana, que era su baza escondida al
proclamarse la independencia, para tratar de impedir su extradición, eligiendo,
a pesar de su dominio del idioma francés, que la vista se celebre en flamenco,
ya que, en este caso, el juez sería de esa cultura, y ellos siempre se han
mostrado más proclives a las secesiones, estando además en un constante proceso
de separación de los francófonos.
Continuará… o no
(*) Gambito: sacrificio de una pieza para ganar posición