Personalmente creo que la
relación entre personas puede ser de cualquier tipo, monógama, polígama,
homosexual o heterosexual, siempre y cuando sea libremente aceptada por ambas
partes y sobre todo en régimen de igualdad, sin preponderancia de unos sobre otros
y sin ningún tipo de imposición.
Sin embargo, las instituciones
no lo ven así, tomemos como ejemplo la Real Academia de la Lengua en su
diccionario, que en la edición actual, la vigésima segunda, define en su
segunda acepción la palabra cabrón como: “adj.
vulg. Se dice del hombre al que su mujer es infiel, y en
especial si lo consiente. U. t. c. s.” curiosamente, no hay definición
para la misma conducta si la que consiente es la mujer y el infiel es el
hombre.
Para subsanar esa carencia, la ya Reina consorte Letizia,
definió esa situación como: “modelo a seguir” ya que así califico a la entonces Reina consorte Dña. Sofía. Por tanto, seguramente a no mucho tardar la citada expresión será recogida por tan docta institución y la
incorporación a su diccionario.
Se alaba a la citada Dña. Sofía
como ejemplo de coherencia, de lealtad a la corona y a la monarquía. Lo cual
viene a corroborar que esta institución, no solo está caduca, sino que es
nefasta, si ella debe ser el ejemplo. Tampoco creo válida la excusa que se
escucha a menudo: “Lo hacía para preservar a su hijo como sucesor a la corona”.
Toda vez que en la Constitución figura en su Título II Artículo 57 párrafo 2: “…La sucesión en el trono seguirá
el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la
línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al
más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la
persona de más edad a la de menos” donde no se cita ni que sus padres deban
estar casados legalmente, ni que tengan que convivir.
¿A
alguien le extraña la violencia de género si Dña. Sofía es un modelo a
seguir? ¿Qué clase de sociedad se
pretende si proponemos como un ejemplo a alguien que consiente infidelidades conyugales,
que antepone su bienestar económico y social a su dignidad personal? ¿Acaso
consideramos como ejemplar para la mujer que acepte que su compañero pueda
tener todos los devaneos y consumar todas las aventuras sexuales mientras ella
permanece impertérrita? ¿No debe primar
la igualdad de derechos y deberes de ambos miembros de la pareja? ¿Para ser modelo a seguir la mujer debe
renunciar a su dignidad? Si el modelo que ofrece la familia del Jefe del Estado
es tan atrozmente machista, ¿no es lógico que el mensaje que transmite es el de
la supeditación de la mujer al hombre? Con esa postura la postura de: “cómo no
eres mi igual, si te resistes a estar supeditada a mis deseos puedo ejercer la
violencia.”. O que se indulte a un Guardia Civil que se ríe y filma como un
compañero veja a una mujer.
En
general, nos rasgamos las vestiduras ante la violencia, nos llenamos la boca de
frases vacías, somos todos/as muy
feministas y partidarios de la igualdad, pero la actitud de Dña. Sofía, no nos escandaliza y nos parece una postura normal.
Publicado en El Periscopi el 20 06 2014