Tras
unas semanas de no dedicarles mis escritos a mi verdadero leit motiv en estas
páginas, vuelvo a ellos, a pesar de que, a fuer de ser sincero, no creo que
ellos me hayan echado tanto de menos como yo a ellos. Creo que todos habrán
imaginado que me refiero al PP.
En este
tiempo, y, sobre todo, en estos días, han dado argumentos para muchos escritos,
tanto en el plano local, como en diferentes autonomías, y, por supuesto, en el
ámbito nacional.
Empecemos
por lo más cercano, nuestra comunidad, y, dentro de ella, por el Congreso donde será elegido el próximo
Presidente del partido, y, con un poco de mala suerte, y mucho de olvido, el
próximo President del Govern. Ambos candidatos,
tanto me da el uno como el otro, representan unas ideas que no comparto, y un
modelo de sociedad del que estoy en contra. Sin embargo, a pesar de mi
discrepancia ideológica con el Sr. Bauzá, no puedo menos que alabar el Código
Ético que puso en vigor: apartar de listas y cargos a los imputados
(investigados), en vez de la situación actual, en la que dicha medida sólo se
hace efectiva al abrir el juicio oral. Me temo que, si imputan a cargos de
primera línea, la cosa no terminará ahí.
Pasará a “cuando haya condena”, “cuando haya condena en firme” y puede terminar
en: “cuando le condenen en el Juicio Final de los cristianos.” Ya que en todos
los supuestos se puede alegar presunción de inocencia ¿Por qué poner un límite?
Pues porque nadie quiere asumir que, aparte de las responsabilidades penales,
hay responsabilidades políticas.
En otras comunidades les está saliendo escándalo
tras escándalo. Sobre los que afloran en Valencia, creo que lo único que se
puede decir es que la Sra. Barberá hizo un gran servicio al PP muriéndose. No
digo, ni mucho menos, que el servicio fuese voluntario, pero hacerlo, lo hizo.
En la Comunidad de Madrid, opino que al asunto de la
presunta caja B del PP autonómico se le debería poner un portero automático, ya
que tiene más aperturas y cierres que un edificio con “pisos patera”. Sin embargo,
lo más destacable aquí es la evolución del “efecto Infanta”, pues la anterior
Presidenta del partido en esa comunidad, no sólo no se enteraba de nada sobre las
presuntas irregularidades, es que, además, ella es la principal víctima de lo
sucedido allí. Repito, no es la responsable política de los supuestos delitos malversación
de fondos, prevaricación, blanqueo, y otros desmanes, que me he podido olvidar,
sino la principal víctima de ellos. Los contribuyentes no cuentan, sólo debían
pasar por allí, según la Sra. Aguirre.
Y ya en el plano estatal, la explicación dada por el
Sr. Martínez Maíllo sobre la firma del acuerdo con C’s y las condiciones impuestas
por ese partido para facilitar la investidura del Sr. Rajoy es dignas de figurar en todas las antologías
de los disparates (o cinismos) sobre la democracia. No tengo noticias sobre si
el Sr. Rivera ha decidido ingresar en un convento trapense, suicidarse a lo
bonzo, o seguir en política, a pesar de que me temo que lo continuaremos viendo vanagloriarse, aunque ni el mismo sepa
de qué.
No, no he terminado. El PP, sigue y seguirá dando temas
para mis escritos, y para los de muchos otros, así que
seguiré con el tema.
Publicado en El Periscopi el 17 03 2017