Revolviendo en mis
cajones, he encontrado mi vieja bola de cristal, que dejé de utilizar por sus
innumerables fallos en los pronósticos. Ahora, y tras este largo reposo al cual
la he sometido, tengo curiosidad por ver si le ha sentado bien y comienza a
acertar, o continúa siendo tan calamitosa como antaño. Así que, si me lo
permiten, voy a transcribir las circunstancias y los resultados que pronostica
para las próximas elecciones.
En primer lugar,
vamos a las predicciones generales. Para continuar, como dice un filósofo del
futbol “partido a partido”.
La abstención
crecerá de una forma estratosférica, hasta tal punto que, si los que no
acudirán las urnas se constituyesen en un partido, que se podía llamar “¡Que os
den!”, ganarían las elecciones con una mayoría clamorosa.
El hooligan
político, casi de la misma especie que el hooligan futbolero, irrumpirá al
grito de “Viva el … manque robe!”. No he querido poner nombre, a pesar de que lo
piense, y como la bola no ha dicho uno en concreto, lo dejo sin especificar, ya
que no todos han tenido igualdad de oportunidades en tiempo y lugares, y sería
un caso de discriminación el descartarlos.
Veamos pues lo que
dice sobre los distintos factores que inciden en el voto, y cómo afecta esto a
las diferentes formaciones de índole nacional.
En primer lugar,
analicemos lo que dice de los incondicionales, a los que he citado como
hooligans.
Dado que es una
cuestión visceral, y ajena a cualquier razonamiento, es la que menos varía (en
tanto tenga representación propia). El problema viene determinado por calibrar
qué incidencia tiene este electorado en el total de los votos de la formación.
En este sentido, se arriesga a hacer una valoración.
PSOE.
Indudablemente, tiene un porcentaje notable, pero aquí es quizás en el apartado
en el que está más flojo dada la gran cantidad de votantes que fluctúan entre
el partido, la abstención, y otras formaciones.
PP. A pesar de que
fue el partido con mayor porcentaje de esta tendencia, en las anteriores
elecciones una cantidad muy significativa se pasó a Vox, y no cree mi bola que
recupere demasiado. No es que se quedara huérfano de forofos. Le quedaron, y mantendrá
a los que tienen alergia a cualquier modificación social, pero que no quieren
que se les identifique con la extrema derecha.
C’s. No opina que
se caracterice por sus acérrimos incondicionales, a pesar de que algunos se
auto convencen de que son un partido centrista, como se definía en sus orígenes,
hasta que a su líder se obsesionó con el 155.
Podemos, que, a
pesar de lo que quiera creer el Sr. Garzón, es quien lidera y dispone en UP,
tiene una gran cantidad de Hooligans del Sr. Iglesias, que no de la formación y
sus principios, seguramente obtendrá los votos de estos y quizás alguno más.
VOx. Se nutre casi
exclusivamente de los votos de la irracionalidad y la nostalgia del fascismo.
Más País. Quizás el
único voto de este tipo que obtenga provenga de los rebotados de UP por
intolerancia al Sr. Iglesias.
Como la bola estuvo
mucho tiempo inactiva, temo que se caliente y se estropee, así que dejaremos
para próximas semanas sus diferentes análisis, y, si se porta bien, incluso la
dejaré que haga un vaticinio sobre resultados.