¡La primera en la
frente!
En la negociación
sobre los ERTE ya ha habido una primera víctima: la justicia social. Se rebaja
a las empresas una parte de las cotizaciones a la seguridad social correspondiente
a las cuotas que deberían abonar a las arcas para el pago de las pensiones a
los jubilados. De las cotizaciones de los trabajadores, afortunadamente, no se
dice nada.
No voy a ponerme en
la absurda posición de decir: “hay que masacrar a los chupasangres explotadores
que son los empleadores”. Con el sistema de producción imperante, son tan
necesarias para el funcionamiento de la economía la empresa como la fuerza del trabajo. Tampoco voy a
proclamar la supresión de la empresa privada en beneficio de la pública, que ya
se ha visto que no ha funcionado.
Por tanto, si las
empresas, algunas empresas, necesitan ayudas para subsistir y mantener la
producción y el empleo, se les deben conceder ayudas fiscales o de cualquier
otro tipo, pero nunca indiscriminadamente.
Eso sí, si hay que
ayudar económicamente a determinadas empresas, hágase con cargo a los
Presupuestos Generales del Estado, y no con cargo a los presupuestos de la
Seguridad Social. Y no, no es lo mismo, especialmente en una época en la que se
ensalza al neo liberalismo, en perjuicio del Estado de bienestar, que tanto
esfuerzo y tanta lucha constó instaurar.
Pero no sólo va la
cuestión por aquí. En el borrador del acuerdo que se consiguió aprobar, ya está
incluida la reforma de la Seguridad Social. Sabemos, por múltiples experiencias
anteriores, que una enorme mayoría de nuestra clase política, prácticamente en
esto hay unanimidad, no se ha molestado en leer la definición que da el
D.R.A.E. con respecto a la palabra modificación, y está convencida que quiere
decir: “recorte de derechos a las personas más desfavorecidas”, en este caso,
los jubilados.
¿Cómo no va a haber
desfases, si desde tiempo inmemorial todos los beneficios fiscales a las
empresas se han hecho a base de recortar sus aportaciones a la caja de la
Seguridad Social?, ¿Cómo no va a haberlos si,
a pesar del retraso en la edad de las jubilaciones, se permite a las
grandes empresas las jubilaciones anticipadas que, al final, redundan en que se
cobre del fondo de las pensiones?, ¿Cómo no va a haberlos si las empresas
contratan a “autónomos” para ahorrarse el tener que cotizar? No hablo de la
práctica de cobrar parte del sueldo en negro y estafas varias.
¿Qué piensan los
partidos de los llamados progresistas (si es que piensan)?, ¿Son tan ingenuos como
para pensar que el gran capital se va a conformar con pequeñas concesiones?, ¿Son tan imbéciles que creen que las transnacionales no
lucharán para volver a quedarse de nuevo con todos los privilegios que se han
visto obligados a “prestar”? ¿Son tan deshonestos que esperan la puerta
giratoria cuando acabe su mandato? ¿Esperan que el fuerte rebrote del Covid 19
que se espera acabe con todos los mayores y solucione el problema de los
desfases?