El ex Honorable
Jordi Pujol, cuando no quería hablar de un tema, siempre decía: “Ara no toca
(ahora no toca)”.
Como no soy ex
honorable, y muchos menos Jordi Pujol, a pesar de no sentir ninguna apetencia
por comentar las elecciones catalanas, voy a intentar hacerlo de forma muy
superficial, al menos en relación a algunos aspectos de las mismas. Eso sí, por
si alguien tiene dudas, advierto que no voy a hacer un sesudo análisis, y,
mucho menos, intentar obtener conclusiones irrebatibles y lógicas, ya que, en
mi opinión, la celebración de estas elecciones, y más dentro de la situación
socio sanitaria en que nos encontramos, en general, y en Catalunya en
particular, carecen de toda lógica.
Además, si fuéramos
lo suficientemente ilusos como para creer en las promesas de los políticos,
nadie hubiese votado. El único partido que, por su dualidad ideológica, puede votar
y coaligarse con uno de los bloques, en principio antagónicos, para tener así
posibilidad de gobernar, es ERC. Las posibilidades que puede barajar son:
a)
En solitario. ERC ha apuntado la posibilidad de gobernar en
solitario, pero con ayudas externas puntuales. En teoría, todo es posible Pero,
dada la correlación de fuerzas, de facto sería la alineación con uno de los
bloques, pero sin que entraran en un hipotético gobierno monocolor.
b)
Bloque independentistas. Negaron por activa y por pasiva que se coaligarían
con la derecha separatista. Afirmaron, creo que de forma muy razonable, que, a
pesar de que su objetivo final es la independencia de Catalunya con la
república como forma de organización del Estado, opinan, al contrario que la
derecha separatista, que no existen las condiciones idóneas para el inicio de
ese proceso. Por otra parte, caso de integrarse en este grupo, sacrificaría su
credibilidad como formación responsable y coherente con su análisis de la
situación, por no hablar del soporte moral que otorgaría a la formación del 3%,
y que durante la crisis económica se lanzó con más euforia que el PP a realizar
recortes sociales. Como no quiero aburrirles, no tienen más que tirar de
hemeroteca.
c)
Bloque de izquierdas. Para integrarse en este bloque, además de sus
negativas antes y en plena campaña a esa posibilidad, y por si no hubiese
quedado clara su posición, puso unas condiciones, que, aunque personalmente
creo que bajo determinadas circunstancias, podían ser aceptables. En modo
alguno las puede asumir el PSOE, a no ser que cierre sus sedes y les entregue
las llaves a VOX directamente. El Sr. Sánchez está atado de píes y manos,
impidiéndole la posibilidad de pronunciar la palabra Referéndum, cuanto menos a
aceptar la propuesta de ERC.
Este último bloque,
desde mi punto de vista, es muy subjetivo, pero sería el más conveniente, para
recuperar cuotas del Estado de Bienestar que perdimos. Podría dar una
estabilidad política y parlamentaria, tanto a Catalunya como al total del
país. Pero parece completamente
imposible de formularse ya que, si ERC rebajase sus pretensiones de celebrar un
referéndum legal y con garantías sobre la soberanía, perdería una gran parte de
su base social que no podría asimilar la renuncia, siquiera fuera táctica, a
dar un paso adelante hacia la independencia.
Por su parte, el
PSOE, como entidad centralista y con unos “próceres de acendrado izquierdismo”,
como los Srs. González, Guerra, Bono, y otros más que harían muy larga la lista,
clamarían contra “los vendepatrias” que usurpan las sagradas siglas del partido,
y llamarían a la rebelión de las masas. Los que sí celebrarían ese referéndum
de buen grado serían los empresarios textiles chinos, que verían desbordados
sus telares tejiendo banderas a cada cual más grandes con los colores de la
enseña patria.
Como aclaración
para curarme en salud, debo puntualizar que este escrito es como una
fotografía: Capta el momento en que escribo este artículo. En pocos minutos
pueden cambiar radicalmente las posiciones de las formaciones, y quedar
totalmente desfasadas estas pinceladas tras las elecciones.
Una simple pregunta
que me ha surgido ante los resultados de las votaciones en Catalunya: ¿A que
espera VOX para nombrar Presidente de Honor (sin ningún poder ejecutivo, no la
vaya a liar) a D. Pablo Casado por su gran labor de trasvase de votos del PP a
ese partido al hacerle su política?
Ante el anuncio del
PP de su intención de vender la sede porque dicen que representa una época que
les une al pasado, yo me
pregunto: ¿No sería ideal para sede de VOX por lo que representa?