No digo que
no tengan razón, pero la forma en que los miembros del P.P. (no solo los
activos, también los que fueron algo en esa organización) ven las resoluciones
judiciales, difieren de la mía.
Soy de los
que creen que, ante una situación presuntamente delictiva, hay éticamente dos
posiciones: se es culpable o se es inocente. Y no hay vuelta de hoja. Con esto
no quiero decir que esté en contra de las garantías procesales de los
inculpados, y mucho menos que, desde el punto de vista penal, el inculpado no
tenga derecho a defenderse de la forma más efectiva para sus intereses, aun
mintiendo como admite nuestro Código penal. Pero creo que hay, o debería
haber, una diferencia entre la
responsabilidad penal y la ética política. Pongamos dos ejemplos, a mi modo de
ver muy significativos.
El llamado caso
Naseiro: El P.P. repite muy ufano que no ha sido declarado culpable de ningún delito
de financiación ilegal. Es verdad, no se le declaró culpable. Pero no fue debido
a que no se cometiese un delito. El caso no terminó con un fallo de culpabilidad debido a que las
escuchas telefónicas donde constaban las pruebas no pudieron usarse en el
juicio por un problema de procedimiento. Ante la falta de pruebas (repito, por
problemas técnicos), el veredicto en justicia, fue el correcto: No culpable. ¿Debería haber tenido
alguna consecuencia? Penalmente, indiscutiblemente no. Pero ética y
políticamente, en un país democrático, sí. Obviamente, y como ya dije en un
escrito anterior, España, no es un país democrático. Nos asemejamos más a un
Reino Bananero.
Pero, esta
posición ha creado escuela. Está de plena actualidad la sentencia del Tribunal
Supremo en el juicio a Jaume Matas.
El Sr.
Matas saca pecho ante la situación y se considera perseguido injustamente,
exige que se le devuelva el pasaporte y la fianza. Debe pensar que ser
condenado a nueve meses de prisión es un gran triunfo para recuperar el título
de honesto. Creo que no es así, que en realidad es un delincuente. Sus delitos,
que el Tribunal considera probados fuera de toda duda, llevan aparejada una
pena de nueve meses. El resto de la acusación han sido desestimadas por razones
técnicas, y yo, como no técnico en la materia, no voy a opinar sobre estas
razones.
Las
consecuencias, al menos para mí, son:
a) El
Sr. Matas, por este juicio, no irá a
prisión.
b) El
Sr. Matas no ha sido en modo alguno declarado inocente. Por tanto, es un
delincuente de acuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo
c) Al
Sr. Matas, no lo olvidemos, le quedan muchos asuntos pendientes de juicio.
Al menos
este es mi punto de vista, que, desde luego, difiere enormemente del que
mantienen algunos.
Publicado en el Periscopi el 29 07 2013