A pesar de que esta
entrega tenía previsto “dedicarla” íntegramente a los partidos de la llamada
izquierda, los hechos acaecidos en el debate del pasado viernes en la Cadena
SER me hacen tomar una decisión, aún reconociendo
que no tendrá repercusión de carácter práctico. Así, mi sentido de la ética me
obliga a adoptar la siguiente decisión: De ahora en adelante no me haré cómplice
de repetir o difundir los infamantes y deleznables mensajes, incluso ni para
rebatirlos, del partido “oficialmente” representante del más rampante fascismo
español.
Aquí quiero aclarar
que, a pesar de la posición y declaraciones de la candidata del PP, que van en
la misma línea, me niego a calificar de fascista a este partido. Creo, más
bien, que la incompetencia de su Presidente, y de gran parte de la gente de la
que se ha rodeado ha permitido el peligroso derrotero hacia el que va lanzado su formación.
Tras esta salida
del guión previsto, vuelvo a los protagonistas de esta semana: los partidos de
la izquierda.
En primer lugar, en
el anteriormente citado debate no sé si los aspirantes de Más Madrid y FSM-PSOE demostraron una
absoluta falta de dignidad ética y política al no reaccionar con presteza ante
el grave insulto a todo lo que representa la democracia. Pero también pudo ser
debido a su incapacidad mental para responder ante un hecho flagrante.
Sinceramente, no sé cual de las dos (sin)razones les obligó a seguir como si no
hubiese pasado algo muy grave. Es cierto que la moderación del debate falló
estrepitosamente, pero no es menos cierto que, al fin y al cabo, la citada
moderación no tiene que representar a los ciudadanos, mientras que tanto el
candidato Gabilondo como la candidata García se postulan para regir la
Comunidad de Madrid. Ambos demostraron su escasa fiabilidad para afrontar
imprevistos especialmente graves para la salud democrática.
Estos hechos han
causado efectos positivos, aunque tibios y tardíos en mi opinión.
a)
Negarse
a comparecer y dar consideración de interlocutor a los fascistas, cuestión que
llega con retraso, pero que, si se cumple, bienvenida sea.
b)
Aceptación de dejar de ser rivales en las
urnas en pro de una colaboración necesaria para desalojar a los fascistas del
Gobierno de la Comunidad.
c)
Rectificación
aunque tibia y un poco patética, de las posiciones personales previas. El Sr.
Gabilondo (FSM-PSOE) se aviene de forma magnánima a aceptar como miembro de una
unión de las izquierdas al hasta ahora proscrito Sr. Iglesias.
d)
Intento
lastimoso por parte de la Sra. García (Más Madrid) de justificar, con una
elocuencia y claridad propias del Sr. Rajoy, la no aceptar la lista
única con UP, a pesar de que hasta antes de la actuación de los fascistas
defendía fervorosamente esa negativa.
¿Acaso
estoy pretendiendo poner como paladín de la lucha anti fascista y de la
dignidad democrática al Sr Iglesias (UP)?
En
modo alguno, nada más lejos de la realidad. No podemos ni debemos olvidar que
si la derecha gobierna en Madrid es debido a su errónea decisión, dictada por su
megalomanía, que puso por delante su “orgullo herido” por la decisión poco
elegante (por ser suave) del Sr. Errejón, antes que a los intereses generales de
los ciudadanos.
En
estos momentos creo que lo único que podemos tener claro es que:
1)
Por
el “ombliguismo” e incapacidad genética de la Izquierda de impulsar un proyecto
común.
2)
Por
la incapacidad intelectual del supuesto líder del PP para generar una
alternativa de derecha democrática.
3)
Por
la insaciable sed de poder de la ex portavoz del fallecido perro Pecas.
4)
La
desinteresada colaboración de los indocumentados que no saben leer, y mucho
menos pensar, los madrileños se verán abocados a sufrir la tiranía de los
franquistas que no pueden sufrir que les hayan desposeído de escasos
privilegios que quieren volver a detentar.
De
momento, esto les ocurrirá a partir del día 4 de mayo a los madrileños. Más
adelante veremos qué les pasa al resto de los españoles.
Eso
sí, los madrileños podrán continuar bebiéndose una cerveza dónde y cuándo
quieran ¡Los muertos no cuentan!