domingo, 30 de diciembre de 2012

Objetivo conseguido





Aprovechando la soleada mañana del día de Navidad, salí un rato con mi perra a dar una vuelta, como es preceptivo a todo jubilado que se precie. Tuve la percepción de que algo no cuadraba, pero de momento no supe a que era debido. Al pasar por un parque cercano, vi niños hablando y corriendo,  y ahí me di cuenta de lo que notaba anómalo. No había bicicletas relucientes, ni coches teledirigidos ni tan siquiera balones o camisetas de Messi y Ronaldo. Era el día de navidad, y no se veían niños con juguetes, los contenedores tenían alrededor los mismos trastos que siempre, pero los envoltorios de regalos brillaban por su ausencia. Al finalizar la vuelta, pude contabilizar solo a una niña con un patinete con pinta de nuevo, aunque barato, y a una madre con rasgos de emigrante a la que acompañaba una niña con una muñeca, pero que no parecía recién estrenada, mas bien su aspecto era de las recogidas en campañas solidarias para que ningún niño se quedara sin regalo.

 De esta, el gordito comercial de Coca Cola, también conocido como Papa Noel o Santa Claus, tendrá que hacer un ERE a sus ayudantes, los elfos. De los renos, solo se salvará Ruperto que será vendido a un zoo de Alemania, mientras que los otros terminarán como albóndigas con salsa de arándanos en cualquier gasolinera nórdica.

Ni Ebenezer Scrooge sería capaz de imaginar una Navidad tan pesimista y gris como la que nos ha deparado el Sr. Rajoy y sus secuaces.

Ahora, nuestros eficientes dirigentes podrán decir orgullosos: Objetivo conseguido, hemos amargar las fiestas a todos los estamentos sociales, menos a los banquero, por supuesto.

Como única nota positiva, estoy convencido que el año que viene será un poco mejor. Tiene un día menos
 
+Publicado en El Periscopi el 28-12-2012 

No hay comentarios:

Publicar un comentario