sábado, 1 de junio de 2013

Empiezo a comprenderlo

 
 
 
Empiezo a comprender algunas de las actuaciones políticas que nos afectan, ¡y de qué modo! a los ciudadanos.
Ahora comprendo la forma, que no el fondo, lo del finiquito en diferido, las conferencias de prensa dadas por un plasma, así como los recortes indiscriminados a los más débiles e indefensos.
También que Dña. Ana Mato no viese el Jaguar en su garaje, que la misma señora no se percatara de que no le cobraran en los hoteles, ni en los aviones y supiese calibrar el valor de los confetis en sus fiestas.
Lo del Sr. Gallardón y sus reformas   más polémicas, también se comprende a la vista de la situación.
Que el Sr. González Pons pretendiese dárselas de feminista al tiempo que tilda a los maltratadores de: “hijos de puta” que es uno de los claros ejemplos de insulto machista.
Pero no solo es el gobierno y el partido que lo sustenta. Ahora ya me explico las siestas de la oposición, mientras se aprueban leyes inicuas, la de algunas ausencias en votaciones claves. Lo del Sr. Wert y su vuelta al Nacional Catolicismo de la España Unidad de Destino, queda también claro y diáfano, además del bar, debe visitar sacristías, donde ya se sabe: el Vino de Misa, es de muy buena calidad.
¿La clave? Los precios del bar del Congreso de los Diputados. ¿Quién se resiste a no reconfortarse ante un largo y aburrido pleno con unos tragos y sobre todo a esos precios?
Hoy no quiero entrar, lo dejaré para otro día, en la desvergüenza de subvencionar el bar de unas personas a las que les pagamos un buen sueldo, para que puedan beber a unos precios escandalosamente baratos mientras se recorta en Sanidad y Cultura
Ahora, aclarado  la situación en el plano nacional, falta una explicación en nuestra Comunidad, ya que aquí, en el bar del Parlamento no se sirven bebidas alcohólicas, ¿Será que la brillantina que usa nuestro President es alucinógena?


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