Vamos a
ser rigurosos y dejarnos de etiquetas preconcebidas y así sin prejuicios,
hagamos honestamente unas preguntas y respondamos con la misma honestidad:
¿Desde el punto de vista económico, merece la pena estudiar en España? ¿Se
puede estar seguro que un título dará
los conocimientos mínimos básicos para ejercer una profesión?
Pasemos
a la primera pregunta
En
vista de la precariedad laboral, de los interminables periodos como becarios, la
prácticamente inexistente investigación,
la cantidad de licenciados con trabajos de reponedores en las grandes
superficies si es que tienen suerte de encontrar algo semejante a un empleo. Nos
encontramos, que el resto tiene dos opciones o apuntarse al paro o la
emigración al extranjero como exiliados económicos, reproduciendo en parte, a
la España de los años 50 y 60.
La
segunda pregunta nos lleva a la siguiente reflexión: Vamos a ponernos en el
supuesto de un estudiante, pese a su negro porvenir profesional, quisiese
formarse y licenciarse, Viendo el nulo
conocimiento adquirido sobre los temas de sus estudios de algunos ¿podría
tener un estimulo intelectual para su formación? Pongamos algunos ejemplos
definitorios, utilizando a algunos
personajes de actualidad:
Miguel Blesa de la
Parra Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada,
ingresó en el Cuerpo de Inspectores de
Hacienda, cargo que obtuvo por oposición, con posterioridad fue nombrado
presidente del consejo de administración de Caja Madrid con el apoyo de los
consejeros del Partido Popular, los de Izquierda Unida y el de Comisiones
Obreras a pesar (o quizás a causa), de no tener ninguna especialización en
Banca. El mayor mérito que se le atribuya para lograr este cargo, es ser muy
amigo del Ex Presidente Sr. Aznar, junto
al que aprobó la oposición anteriormente citada. Pues bien este señor, máximo responsable de
Caja Madrid, y a pesar de su supuesta formación jurídica y sobre todo a aprobar
como Inspector de Hacienda, se justifica, diciendo que no sabía que estaba
haciendo ilegal y las tarjetas no sabía si tributan y que más gente también lo
hace.
Rodrigo de Rato y
Figaredo se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid,
obtuvo un máster en Administración de Empresas por la Universidad de Berkeley (California)
y se doctoró en 2003 en Economía Política por la Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido
entre otros cargos públicos: Vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de
Economía y Hacienda, fue Gobernador por España en las Juntas de Gobernadores
del FMI, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco
Europeo de Inversiones y del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y
Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue también presidente de Caja Madrid y posteriormente de Bankia.
Pues bien, curiosamente, con referencia a las tarjetas opacas, repite el mismo argumento de ignorancia, que el Sr. Blesa para rehuir responsabilidades.
Cristina Federica
Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, Licenciada en Ciencias Políticas en la Universidad
Complutense de Madrid realizo un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad
de Nueva York y un período de prácticas en la sede de la Unesco en París. Trabaja
en La Caixa, primero en el departamento de programas culturales de la Fundación
La Caixa, donde se encargaba de organizar exposiciones. Hasta el momento, figura como imputada en el
caso Noos, cuyo principal acusado, es su marido y, me imagino que ya habrán
adivinado Vds. cuál es su línea de defensa. ¡Exacto! No se había enterado de
nada. Su mayor mérito es ser hija del Rey instaurado por el Dictador Francisco
Franco.
Aquí, quisiera
resaltar a modo anecdótico, que en Las Islas, somos muy provincianos, ya que
ante casos como estos, nos escandaliza que la ex Consellera de Cultura Dña.,
Joana María Camps, no supiese que era el
MONA, el Informe Pisa o la lengua de Euskadi
Dada la supina ignorancia y el total desconocimiento que
todos ellos ante los diferentes actos cometidos, hay que pensar que las
licenciaturas, máster, doctorados y oposiciones, son una lotería y se reparten entre los que están por ahí, y
no por méritos de conocimientos,
Con ejemplos como
estos, se puede llegar a la conclusión que la llamada “Universidad de la Vida”
es mucho más formativa que las universidades convencionales, ya que cualquier
“robaperas” cuando comete un supuesto delito, sabe lo que está haciendo y si
pone alguna excusa, sería que no era él, pero nunca que desconociese que estaba
haciendo algo mal.
Así que entre esto y a la situación que se encuentran las
personas normales, decentes y sin una familia poderosa respaldándoles al
finalizar unos estudios ¿Le puede extrañar a alguien el abandono y el fracaso escolar?
Publicado en El Periscopi el 24 10 2014