Cuando hablamos de
religiones, mucha gente las relaciona con los grandes movimientos monoteístas
con origen en el oriente medio, como son las tradiciones judías, cristianas y
musulmanas.
Muchos otros las
relacionan, además, con el politeísmo de las civilizaciones clásicas, como
pueden ser la egipcia, la griega y la romana, e, incluso, con las del norte de
Europa.
No debiéndonos
olvidar de las propias de civilizaciones, menos evolucionadas tecnológicamente
hablando, que practican cultos animistas.
Sin embargo, todas
las religiones relacionadas en los párrafos anteriores tienen un nexo común, un
o unos poderes sobrenaturales que, en el grado en que los poseen estos
supuestos seres superiores, no estaban al alcance de los humanos, a pesar de
que estos estén hechos a imagen y semejanza de aquellos. O más bien, de que los
seres sobrenaturales sean el reflejo de la raza humana y de sus deseos y
apetitos.
Esta relación entre
lo sobrenatural y la religión no es cierta en todas las ocasiones. No podemos,
ni debemos olvidar que el budismo, cuarta religión en cuanto a creyentes, con
más de quinientos millones de seguidores en todo el mundo, cifra que representa
aproximadamente el 7% de la humanidad, tiene su origen en las enseñanzas y
modelo de vida de Buda Gautama. El cual en ningún momento se atribuyó alguna
cualidad que le hiciese diferente a los humanos, así mismo ninguno de sus
seguidores pensó en considerarlo como a un ser divino o sobre natural.
Una vez eliminada
la identidad Religión = Ser divino, paso a exponer mi teoría.
Parto de que la
religión, cualquier religión, es una muleta para esquivar dudas e
incertidumbres, al mismo tiempo que sirve de apoyo ante el miedo a lo
desconocido y a las fuerzas que no se pueden dominar, o, al menos, influir.
Desde épocas remotas y en la actualidad se invoca al más allá para que nos
libre de la sequía, de las inundaciones, o de cualquier fenómeno natural que
nos pueda afectar. Pero, por encima de todo, el gran poder de las religiones es
el reino de la muerte, el tránsito, las elucubraciones sobre qué sucede después
de la muerte. En ese temor, en ese terreno, es donde todas las religiones
tienen su dominio.
¿Cómo nacen las
religiones? El origen de las distintas religiones es confuso, casi todas pretenden estar
incardinadas con la aparición del hombre, pero algunas de las grandes
corrientes tienen su desarrollo tras la
aparición de una persona que se auto declara dios, o el transmisor de su
mensaje.
Claro que hay otra
versión más simbólica que consiste en que el más inteligente del grupo, pero
físicamente débil ofrecía al más fuerte del grupo, a cambio de protección, unas
supuestas virtudes que impedían que los dominados se alzaran contra él.
Pero en lo que sí se
asemejan todas las religiones es en que, ante una personalidad que sobresale,
se crea un culto y se le van aplicando nuevas virtudes o actuaciones
extraordinarias que crecen de forma desmesurada, al no analizarlas con unos
mínimos de sentido crítico y basándose en la lógica.
Creo que podríamos
hablar de otros tipos de religiones, las personales. Esas que cada uno tiende a
construirse, bien sobre la base de una religión estructurada o bien sobre la de
sus propios mitos y que son las que pueden condicionar la vida de las personas.
Pero esto sería
motivo de otra reflexión y por tanto de otro escrito que de momento dejo
aparcado