No me
considero un experto en Egipto, pero tras mis varios viajes a ese país algunos
fuera de los recorridos típicos de los turistas así como por mis conversaciones
con algunos de sus ciudadanos, creo que puedo exponer mi opinión sobre la
situación que atraviesa.
En mi
último, por ahora, viaje a Egipto, me sorprendió la revuelta de Túnez, y
también rumores de que habría manifestaciones en el llamado Viernes de la Ira.
Charlando
con un egipcio que había trabajado aquí, me preguntó como veía la situación en
Egipto y si creía que podría extenderse la revolución a su país. Le contesté,
que en el transcurso del tiempo entre mi primer viaje y ese, había percibido
dos cosas muy definidas: las críticas cada vez más abiertas a Mubarak y la
islamización cada día más evidente. En mi primer viaje no había visto a ninguna
mujer egipcia con la cara completamente cubierta y que casi la gran mayoría de
ellas, no llevaban pañuelo, cosa que ahora, incluso en la Capital había
cambiado. Por otra parte, podía resultar preocupante la cantidad de niños y
jóvenes sin escolarizar en todo el país, unos en zonas turísticas mendigando o
vendiendo y otros, en zonas agrícolas trabajando en la tierra. Creo, le dije
que un país donde no se cultiva la enseñanza está condenada al extremismo y a
la explotación de la case trabajadora. Por último, y en eso coincidimos ambos
que veía preocupante la gran expansión de los Hermanos Musulmanes, único grupo
organizado, a pesar de los periodos de ilegalización, y que además habían sabido
aprovechar las carencias de la red de asistencia social para crear una paralela
que fomentaba una amplia red clientelar. Ante esas circunstancias, veía que si
estallaba la revolución, los resultados serían muy inciertos y desde luego muy
diferentes a terminar en una democracia de corte occidental, ya que los
militares, difícilmente querrían perder su estatus y los islamistas
pretenderían imponer la Sharia.
Al final,
salí de El Cairo la madrugada del día que empezaron los disturbios y que como
recordarán fue antes del viernes de la Ira.
No erré
mucho en mis comentarios, los acontecimientos tras el derrocamiento de Mubarak,
ha terminado con las esperanzas de muchos egipcios en Egipto mejor y el enfrentamiento
entre los partidarios de un estado más
laico, con un cierto apoyo disimulado de los policías y los partidarios de los
Hermanos Musulmanes que ganaron ampliamente, al estar organizados, todas las
elecciones
Cuando no
me explico como es posible que los musulmanes en general, no quieran ver que la
religión debe estar en un plano interno del individuo y las leyes religiosas
imperen en la sociedad recuerdo la reflexión que me hizo otro egipcio al
hacerle este comentario: Nosotros estamos en el año 1390 ¿Cuáles eran las
posiciones de los occidentales en el 1390 de Uds.?
Publicado en El Periscopi el 14 12 2012