Hace ya
bastantes años la pareja cinefotográfica
Fernando Fernán Gómez y Analía Gadé protagonizaron, entre otras, una película que parodiaban las contrataciones y ceses de
empleados públicos según ganasen las elecciones del momento los liberales o los
conservadores. Me parece recordar que la
acción transcurría a principio del siglo XX.
Ha
pasado un siglo y actualmente los funcionarios lo son por oposición y tienen
asegurada su continuidad sean cuales
sean los resultados de los diferentes resultados de las urnas, dando así una
cierta estabilidad al desarrollo de la función pública. Pero hay un grupo de
trabajadores, también muy importantes para el buen funcionamiento de la
administración que son los que se conocen como Cargos de Confianza. Es cierto que algunos de ellos, tienen una
clara función política entrando, por tanto, dentro de lo razonable el relevo al
cambiar el color político de la institución donde están ubicados. Sin embargo,
hay otros muchos que vienen a compensar
los desequilibrados y obsoletos organigramas de la administración. Por tanto y
por un interés egoísta, de que los que
tienen resp0nsabilidad de que su parcela funcione de una manera fluida y sin
sobresaltos, es de suponer que las bases en las que se asienta la contratación
de esos empleados deben como premisa
primordial un perfil en el que destaque:
su profesionalidad, sus conocimientos, la capacidad de llevar a cabo su
cometido primando estas competencias sobre la adscripción política o su amistad
con el gerifalte de turno.
Viene
esta reflexión a colación de una noticia aparecida en la prensa, en la que informaba
del cese de todos los propuestos por el PP
en el Ayuntamiento de Palma. En otro suelto del mismo día, se anunciaba
que en breve se contrataría el personal
necesario para cubrir las necesidades en el consistorio. Estoy de acuerdo, que
muchos de los cesados, fuesen innecesarios y solo fueron contratados para pagar
favores recibidos, otros que tenían un alto perfil políticos e incluso alguno
que pudiese ser un completo inepto. ¿Pero todos? ¿No ha habido ninguno que haya
desempeñado una labor de forma profesional, honesta e imparcial?
Esta
situación, a mi parecer sectaria, se puede ver corregida y aumentada con la
toma de poder en el Consell, Parlament y sobre todo con el Govern. ¿No sería
más lógico e incluso beneficioso para el buen gobierno de dichas instituciones
analizar donde se ha hecho un buen trabajo y donde no?
En algunos
hospitales, los médicos han pedido que
se mantengan los gerentes actuales. Si con los recortes en sanidad, las
dificultades de toda índole que han
tenido que soportar en los centros públicos de salud, solicitan la continuidad
de los responsables, a mi me parece incuestionable que los Gerentes, al menos
algunos de ellos, han desarrollado una gran labor en estos tiempos tan duros.
Ya sé,
que es una tradición el: A nuevo partido, nuevos responsables, pero ¿El pacto
actual no proclama unas nuevas maneras? ¿una nueva forma de hacer política? ¿el
cese de la norma no escrita acomodar a los “suyos”?. Ahora tienen una gran
oportunidad de demostrarlo, apartando a los que no han respondido a una labor
útil y aprovechando la experiencia y la labor profesional de los que han
primado el buen hacer a los intereses partidistas, desterrando al tiempo los
vicios y rémoras heredados de tiempos afortunadamente superados en otros aspectos.
Publivcado el 03 07 2015