A todos los
que vamos de “progres”, “guays” y feministas, creo que nos vendría muy bien que,
de vez en cuando, asistiéramos a unas jornadas feministas. Con solo asistir, a más
de uno se les (nos) caerían los palos del sombrajo, como se me cayeron a mí.
Después de
unos años de paréntesis, se celebró la XVI Universitat d’Estiu d’Estudis de
Genere, a la que tuve la fortuna de asistir a diversos actos. Fue como
encontrar a una persona querida y añorada, a la que echas de menos
inconscientemente, y que te das cuenta de lo importante que es en tu vida con
el rencuentro. Los veranos eran menos veranos al faltar esta cita.
El PP quiso
que olvidásemos su política machista, imperante durante todo su mandato, marcado
en este tema por el vaciado de contenido el Institut de la Dona, el
desmantelamiento de la biblioteca de temas feminista de dicha entidad, su
rechazo frontal a todo lo que sonase a feminismo y, por tanto, a evolución de
la sociedad. A última hora, y con el nombramiento como Directora del mencionado
Institut de Dña. Isabel Llinàs, que en un periodo anterior ya había ejercido
dicho cargo y que ha sido una de las únicas personas del partido capaz de tender
puentes con el feminismo, propuso la reanudación de la UEEG, que fue aceptada
tanto por la UIB como por los/as organizadores/as de las pasadas jornadas.
Fue quizás una
jugada pensada y meditada desde el partido ya que creyeron, erróneamente, que
con esta concesión al sector feminista, todos los que estamos por la igualdad
de género nos volcaríamos a votarles.
Aún así, y
aunque pudiese haber intereses espurios, la iniciativa que impulsó la Sra.
Llinàs ha sido positiva y debe tener continuidad en el tiempo ya que el
desarrollo de los temas que se presentaron y la idoneidad de la/os ponentes
contribuyen al enriquecimiento personal de quienes participamos en las
jornadas.
Y volviendo al
tema, durante estos días pude percibir como nos afecta a toda la humanidad, en
mayor o menor grado, el poso de nuestra cultura patriarcal y machista; cómo
unas conductas que te parecen normales y sin ninguna relación aparente con el
sexismo, son fruto del tratamiento que se les ha dado durante generaciones y,
como al analizarlos desde una perspectiva de género, vemos que son conductas
discriminatorias y misóginas. Me percaté de que, cuanto más queremos una
sociedad igualitaria, más comprendemos que hay que eliminar rémoras que
llevamos impresas en lo más profundo de nuestra mente y que nos alejan de la
pretendida igualdad.
No quisiera
acabar este escrito sin mostrar mi admiración y respeto a las personas que han
hecho posible la realización de esta XVI UEEG, a quienes se han esforzado por
el éxito de este evento y han restado sus horas de ocio o de otras actividades
para que se pusiesen celebrar.
¡Gracias!
¡Muchas gracias!
Publicado en El Periscopi el 18 09 2015