Sinceramente, ha llegado un momento en
que resulta difícil saber si la corrupción está en la sociedad y la contagia a
la política y ésta a los políticos, o está entre los políticos, que la contagian
a la vida política y ésta a la sociedad.
El Sr Soria, Ministro en funciones hasta
hace unos pocos días, ha dimitido, no por mentir a los ciudadanos, no por tener
sociedades en paraísos fiscales, ha dimitido por no haber sabido explicar la
situación y justificar de forma plausible lo injustificable. Pero donde más se visualiza
la corrupción y el deterioro moral es en que, ante la primera mentira, el
Presidente del Gobierno (en funciones) no le haya cesado fulminantemente, y en
caso de que, cómo es habitual en el Sr. Rajoy, no hubiese actuado, la
ciudadanía en pleno, encabezada por la militancia del PP, no haya exigido su
cese.
El Sr. Aznar, según él adalid de la
Patria, y que intentó con malas artes eludir en parte sus compromisos
fiscales, anda tremendamente enfadado
con su partido, no por recriminarle su actitud, sino por haberle dejado con las
vergüenzas al aire por unas supuestas filtraciones de sus fechorías y de la
multa que por ello ha recibido. Como, por desgracia, ya nos tiene acostumbrados
la cúpula de su partido, todos se solidarizan con él por la filtración, pero
nadie le reprocha su actitud despreciativa hacia los contribuyentes que cumplen
fielmente con sus responsabilidades fiscales.
Y qué decir del caso, o mejor dicho los
casos de D. Rodrigo Rato, un individuo que, mientras nos sermoneaba para que
cumpliéramos como ciudadanos conscientes de nuestros deberes, mantenía cuentas
opacas en paraísos fiscales. Alguien que, siendo Presidente del Fondo Monetario
Internacional, abrió otra cuenta más en
un paraíso fiscal. Alguien implicado hasta el fondo en el asunto de las “tarjetas
black”. Alguien que lanzó a bolsa a Bankia con unos resultados falseados. A ese alguien que está pluriinvestigado
(imputado,) el Ministro de Interior, el máximo responsable político de los investigadores,
lo recibe en calidad de amigo en su despacho oficial. Al final vamos a tener
que agradecer al Sr. Aznar que digitara a D. Mariano y no al ínclito D. Rodrigo.
Pero la podredumbre no se acaba en el PP
¿Qué autoridad moral tiene el PSOE para recriminar al PP después de la condena
por financiación ilegal en el caso FILESA, o de su denigrante papel en el caso
de los ERE’s de Andalucía? Es verdad que en esos casos no hubo, al menos
aparentemente, responsables políticos de primer nivel, pero el resultado es que
se ha defraudado dinero público. Entre los defensores de la transparencia y de
la regeneración, los de C’s, han tenido
que dimitir dos responsables provinciales por aparecer en los llamados papeles
de Panamá. Y en cuanto a la “gran esperanza blanca de la izquierda”, Podemos,
uno de sus mascarones de proa del inicio, D. Juan Carlos Monedero, utilizó la
misma triquiñuela para tratar de evitar
impuestos, como un “liberal de toda la vida”, en vez contribuir a
aumentar las partidas para gastos sociales como preconiza su formación. Hay que
reconocerle, eso sí, que, tan pronto saltó el tema al conocimiento de la
opinión pública, se apresuró a realizar una declaración complementaria.
En el resto de formaciones, no voy a
entrar, en unas, como CDC, porque ya lo he hecho en ocasiones anteriores y no
han salido escándalos en estas últimas fechas, y en otras, ya que han tocado
tan poco poder que prácticamente no han tenido ocasión.
Pero como dije al principio, no solo hay
degradación entre los políticos y las formaciones políticas. Creo que una gran
parte de la culpa, por no decir toda, de la situación en la que nos encontramos
la tenemos nosotros, los ciudadanos, por no pedir responsabilidades, por
nuestra actitud de “hooligans”: aplaudiendo en las trampas y en los robos a
“los nuestros”, y criticando y abroncando a los contrarios, incluso en las
actitudes correctas.
¿Dónde están aquellos que pedían
responsabilidades de todo tipo, con razón,
al ex dirigente de Podemos D. Juan Carlos Monedero, cuando la misma acción
la ha realizado D. José María Aznar?
¿Dónde estaban los que critican las
filtraciones sobre la declaración de renta del ex Presidente cuando las filtraciones
de las investigaciones se refieren a la financiación de Podemos?
¿Cómo se puede votar a CDC en Catalunya
sabiendo los métodos que usaban? ¿Cómo se puede votar al PSOE en Andalucía con
los escándalos en la comunidad? ¿Cómo se puede votar al PP en Madrid Valencia, Murcia, Madrid, Illes Balears… con
los casos de corrupción que tienen en Marcha?
Ya sé que no es una frase muy
políticamente correcta, pero me tomo la licencia de usar una viejo dicho para
resumir la situación: La mujer del Cesar, no solo tiene que ser honrada,
tiene que parecerlo y en nuestro país, la puta Ramoneta puede darle lecciones.
Publicado en El Periscopi el 22 04 2016