Me preocupa, asusta,
y, casi me atrevo decir, me aterra la estupidez militante, la inconsciencia de
los ciudadanos, el pasotismo intelectual de las masas, las elecciones masivas
en función de una estética, la carencia de actitud crítica colectiva, y el que
una masa amorfa pueda decidir sobre la posición de las personas en la sociedad.
Me preocupan los
fascistas, se vistan del color que se vistan, o adopten la estética que
adopten, por su desprecio a las opiniones ajenas, por su afán de estructurar
las vidas ajenas, por su intolerancia y su fanatismo ciego, por no dudar en
usar la violencia como método de imponer sus creencias, por su totalitarismo y
no aceptación del más mínimo diálogo.
Pero, con toda esa
preocupación por este fenómeno siempre latente en la humanidad, y que siempre
aflora con más fuerza, creo que aún me da más miedo la gente estúpida capaz de
aceptar esas doctrinas, por moda, por su incapacidad de análisis, por no
pararse a pensar lo que les representa, incluso a su vida personal y social, la
aplicación de las premisas fascistas. Y me asusta porque a un fascista se le
puede combatir con la palabra y las ideas su dialéctica de los puños y las
pistolas. Mientras que a los idiotas no hay método de combatirlos, se mueven a
merced de flujos incontrolables, y no son capaces de discernir entre una
solución que les es favorable, y una que va en contra de sus propias personas e
intereses.
Valga como ejemplo
que el Coordinador Económico de Vox, candidato en sus listas por Málaga, y
teniente del ejército, además de economista, D. Rubén Manso, abogue por un
redefinido “Estado de bienestar”, donde no estaría contemplada ni la sanidad,
ni la enseñanza pública, ya que ambas son, según sus palabras, discriminatorias
para los ricos.
Vamos a ver,
¿Cuántos de los potenciales votantes de Vox son tan ricos que se pueden
permitir el lujo de ir a la sanidad privada para un tratamiento costoso?,
¿Cuántos se pueden permitir pagar la prótesis de cadera o de cualquier
otra prótesis de articulaciones necesaria en muchos de los casos por una simple
caída? Sí, hay seguros privados de salud, pero vean lo que cubren, por cuanto
tiempo, y si entran los medicamentos.
En cuanto a la
enseñanza pública, no solo entran en esta categoría los colegios públicos, así
que deben olvidarse de los centros concertados, e, incluso, de las
universidades públicas, que, aparentemente, tienen tasas de matrículas
muy altas, pero vean y comparen estas tasas con las de las universidades
privadas.
Pues, si VOx ha
elegido como responsable económico al Sr. Manso que es el que preconiza estas
medidas, tiene que ser porque está de acuerdo con ellas, ¿no?
Pero que no se
preocupen sus dirigentes, hay una masa lo suficientemente elevada para
seguirles sin saber atenerse a las consecuencias.
¡Y así nos va!