A modo de prólogo,
y antes de entrar en materia, y por si alguien no lo recuerda, o lo desconoce,
debo aclarar que el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) es el
partido de los comunistas de Catalunya, y, aunque gozaban de completa autonomía
con respecto al PCE, siempre han ido muy ligados, especialmente durante la
clandestinidad. Por agilidad en la narración, y para evitar repeticiones,
quiero aclarar que, prácticamente todo lo que narro refiriéndome al PCE, se
puede hacer extensivo al PSUC.
Estoy convencido de
que estas opiniones personales pueden generar fuertes discrepancias, y,
posiblemente, tengan algo de razón, y yo peque de subjetivo, pero no hay que
olvidar que son mis impresiones las que describo.
La actuación durante la Transición de las dos formaciones comunistas
existentes en España (enfatizo lo de comunistas de España, y no pretendo
hacerlo extensivo a otros partidos comunistas del resto del mundo) fue lo que n
marcó que el proceso se desarrollase sin violencia (excepto la generada por la
extrema derecha, y por el nacionalismo
periférico violento y cerril), demostrando un sentido de Estado, y una
responsabilidad ciudadana que resultaron ejemplares, pues renunciaron, en pro
de la gobernabilidad, a muchas, quizás demasiadas, cuestiones que desembocaron
en su pérdida de influencia.
El PCE fue la
autentica locomotora de la oposición al régimen dictatorial del General Franco:
las cárceles se nutrían con los ingresos de sus militantes; los procesos
judiciales se sucedían en contra de ellos; y los torturadores se cebaban con
aquellos de los que se sospechaba que podían ser simples simpatizantes. Hay
demasiados asesinados bajo unos procedimientos jurídicos sin fundamentos de
justicia, cuyos descendientes aún
esperan su exoneración de los supuestos
delitos por los que fueron condenados. Si examinamos la causa de esas condenas,
en su inmensa mayoría fueron consecuencia de su militancia en el PCE.
A pesar del
panorama existente, y de la contumaz persecución que sufrían, el Comité Central
del Partido Comunista de España, reunido en Praga (¡cualquiera lo hacía en
España!), aprobó la Política de Reconciliación Nacional, renunciando a la lucha
armada, o a cualquier tipo de violencia política. Directriz que se cumplió
estrictamente, tanto en vida del Sátrapa como después de su muerte.
Siempre, incluso en
los momentos más duros de la represión, en todos los lugares, también en los
penales y campos de concentración más inhumanos, hubo pequeñas células comunistas oponiéndose
a la tiranía, pero lo que no hubo fueron
episodios de violencia política perpetrados por comunistas.
Sus miembros
estaban dentro de todas las fuerzas sociales, que, más o menos proscritas o
toleradas, se movían en el país, como podían ser: movimientos vecinales,
agrupaciones de consumidores, sindicatos (ilegales y verticales), y cualquier
otro de carácter social. En una palabra, era la única fuerza en el interior con
una organización y estructura consolidada y fuerte, con la excepción, claro
está, de las organizaciones franquistas, o las de la extrema derecha, que eran
toleradas, cuando no fomentadas, desde las áreas del poder.
La dirección del
Partido fue consciente de que una ruptura brusca y total con las estructuras
del régimen dictatorial, que estaban intactas, y con unas fuerzas armadas, que
en esos momentos en su mayoría eran seguidoras de las directrices del dictador,
podría degenerar en un enfrentamiento de consecuencias insospechadas. Para
evitarlo, y favorecer el cambio de modelo de forma pactada, y en pro de la
reconciliación que preconizó, el PCE aceptó algunas de las más polémicas condiciones
que exigía la derecha, tales como: la Monarquía instituida por el Dictador, la
bandera bicolor, y la impunidad para las atrocidades y quienes las cometieron
en los años de terror y represión. Medidas que, a pesar de ser acatadas por las
bases, nunca fueron asumidas por gran parte de ellas.
El cansancio, la
desilusión, la frustración de ver a los torturadores disfrutando de prebendas,
y el cainismo imperante, explican, en gran medida, el ocaso que ha sufrido y
sufre el PCE.
¿Qué hicieron otras
fuerzas políticas durante la dictadura? Es algo que siempre se pasa por alto.
No sé si por mala conciencia, flaqueza de memoria, o intento de que los
desmemoriados no recuerden que unos
pasaron esos años en el exilio, sin pasar por cárceles ni represiones; en
tanto que alguna otra formación que intenta dar lecciones de democracia fue fundada
por ex Ministros de la dictadura, y no únicamente por uno de ellos. Fueron un
total de siete.
Sin embargo, estos
casos serán objeto de otros escritos.