En el primer
capítulo de esta serie, advertí que no pretendía ser imparcial y mucho menos
equidistante. Dije y creo necesario recordarlo, que pasaría los hechos por mi
tamiz ideológico, aunque evitando en lo posible caer en lo tendencioso.
Tras este preámbulo
relataré los orígenes de AP, o lo que es lo mismo los avatares de D. Manuel
Fraga en la etapa que estoy abordando
Formó parte del
primer gobierno de España tras la muerte del genocida en el que desempeñó el cargo de Ministro de Gobernación. Su labor,
fue, por ser benevolente, con más sombras que luces. La extrema derecha campaba
incontrolada mientras la represión policial contra las emergentes fuerzas
democráticas no tenía nada que envidiar a la de los años más duros del
franquismo. De este periodo cabe destacar la frase atribuida a él: “¡La calle
es mía!” También y esto no es una frase más o menos desafortunada, los llamados
“sucesos de Montejurra” donde la “posesión” de la calle llevó a una feroz
represión que ocasiono varios muertos entre los obreros
manifestantes.
La situación no
podía perpetuarse y cesó el Gobierno de Arias Navarro. Dando paso al primero de
Adolfo Suarez y último no proveniente de los resultados electorales. Fraga tuvo
que irse a su casa, pero no por mucho tiempo. Al deshacer el equipaje, que
había acumulado durante su etapa como Embajador en el Reino Unido de Gran
Bretaña, encontró un carnet de “Demócrata de toda la vida” que venía como
regalo en un bombín que había adquirido en la capital inglesa.
Feliz con su
hallazgo y aprovechando los nuevos vientos políticos que soplaban en España,
junto con seis ex ministros franquistas fundó Alianza Popular (AP) con la
esperanza de recoger a todo el franquismo descarriado y huérfano que andaba
desperdigado tras la muerte del dictador.
El fracaso fue
total, no obstante cosecharon unos resultados que les permitieron formar parte
de la comisión que elaboro la Constitución. Eran otros tiempos y se pretendía
que el grupo reformista ocupase el espectro político más amplio posible, ya que
el peligro de una involución era real.
No obstante que el
líder de AP D. Manuel Fraga era uno de los redactores del texto que regiría la
vida de los españoles. Esos grandes defensores de la Sacrosanta
Constitución española, esa misma que la consideran inviolable y el compendio de
todo bien, se abstuvieron o votaron en contrade su promulgación.
El Sr. Fraga fue lo
suficientemente sagaz para desprenderse sin causar demasiada sangre, de los
apellidos más ligados al franquismo, al tiempo que contribuyó al debacle
electoral de UCD captando a casi todos los nombres más sobresalientes de dicha
formación. De hecho sólo hubo una única de las primeras figuras que pasó al
PSOE. El resto, prácticamente en bloque, termino en AP
En estos momentos
es cuando Fraga muestra su valía como animal política: Aglutina en torno a su
formación desde los restos no asilvestrados del franquismo hasta el centro
derecha moderada proveniente de UCD, al tiempo que condena al ostracismo a las
figuras demasiado relacionadas con el régimen dictatorial y a algunos de los
Barones de UCD que formaron el fermento de su disolución.
AP era el partido
que lideraba la Derecha española, Fraga era su cabeza indiscutible sin embargo
el PSOE obtenía mayorías absolutas en el Parlamento y en casi todas las
administraciones locales y autonómicas ¿Cuál era el problema? El problema era
el propio Fraga que tenía su techo electoral. Si bien es cierto que tenía
seguidores incondicionales, no es menos cierto que su pasado franquista y sus
modos autoritarios le creaban una serie de detractores, que aún coincidiendo en
el mismo espacio político se negaban a
otorgarle su voto.
El Sr. Fraga fue
consciente de esta situación y con una visión de estadista. A pesar de su desmesurada
ansia de poder, supo apartarse de la carrera para acceder a la Presidencia del
Gobierno y tras una elección errónea de sucesor, volvió a elegir un nuevo heredero
político. El cual llevo a la formación ya rebautizada como Partido Popular a
gobernar la nación.
El elegido fue D. José María Aznar López que por su pasado en el Frente de Estudiantes
sindicalista de ideología falangista y por el cariz de sus escritos en contra
de la Constitución, no hacían augurar que, de ser un oscuro funcionario, Inspector de Finanzas del Estado, iría
escalando peldaños en el refundado PP que le llevarían sucesivamente a la
Presidencia de la Comunidad, de Castilla León, a la presidencia de su partido a
Jefe de la Oposición y por fin a la Presidencia del Gobierno de la Nación.
En su primera
legislatura, que gobernó en minoría, su mandato fue correcto y ponderado, encabezando
una tímida lucha contra la corrupción. En su segunda Legislatura la situación
varió.
Aparte de que su elección de ministros fue
bastante discutible, ya que la inmensa mayoría de ellos, están inmersos en
litigios judiciales por supuestos delitos económicos, cuando no ya condenados
en firme. Él por su parte sufrió La Iluminación. Se convirtió en una divinidad
del Liberalismo económico y adquirió el don de la infalibilidad.
De sus sucesores y
la deriva política del partido, he escrito de forma reiterada y creo que sus
futuras actuaciones me den ocasión de seguir haciéndolo
Continuará…