viernes, 26 de abril de 2019

Estadísticas


 

Sé que es muy obvio lo que explico a continuación, pero en vista de las expectativas de voto que se están generando por los diferentes medios a raíz de los resultados de las encuestas celebradas, creo que no está de más el recordar algunos conceptos básicos y poniendo algunos ejemplos que quizás pueden resultar simplistas pero que son muy gráficos.

a)    La estadística es un instrumento matemático muy útil si se emplea correctamente y se saben interpretar sus resultados, pero jamás es ni puede ser un método adivinatorio. Si se usa de otra manera hace bueno el dicho de: “mentiras, grandes mentiras y estadísticas”.

b)    Un resultado fiable depende en gran medida de que el número de encuestados sea lo bastante grande para que pueda resultar significativa1s. El ejemplo clásico es: Si hacemos la consulta a dos personas una que se ha comido un pollo y otra que no ha comido nada, resultaría en la encuesta que cada uno ha comido medio pollo.

c)    Diversificar el ámbito y el lugar en la que se celebra la encuesta. Si realizamos la pregunta ¿Lee Vd. libros habitualmente? Dentro  de una biblioteca, el resultado sería muy distinto que si hacemos la misma pregunta a la salida de un club de los llamados “after"

d)    Una estadística es el retrato de un momento y no necesariamente tiene que tener una proyección lineal en el tiempo, ya que si preguntamos: ¿tiene Vd.  hambre  ahora? a la entrada de un restaurante, la respuesta será muy distinta a si la hacemos a la salida del citado establecimiento, siendo las dos respuestas reales.

Por tanto, los resultados reflejarían, si se habían cumplido las buenas prácticas que se pueden deducir de los apartados  citados anteriormente en la intención de voto en el momento que se realizó la consulta. Pero entre esta y el momento del voto, transcurre un tiempo en el que pueden haber sucesos que alteren los resultados. Como se vio tras los atentado islamistas del 11 de marzo del 2.004.

Sin embargo, no basta en el caso de las próximas elecciones, el tener en cuenta estas cuatro premisas. Existe otro factor a tener en consideración y  que resulta  de una capital importancia: el elevadísimo porcentaje de los que se declaran indecisos. Estos  sumados a los de “no saben no contestan” pueden echar por tierra cualquier vaticinio que se base en el resultado de una encuesta de intención de voto.

Y en este punto, es cuando entra en juego lo que se  llama: “cocinar una encuesta”. Proceso en el cual y  digan lo que digan los especialistas, no dejan de ser especulaciones o artes adivinatorios que están más o menos basados en experiencias, deseos o simple “aquí aplico el concepto que quiere oír mi jefe  y a ver si acierto”

Como todos cocinan usando sus propios  métodos.. Voy a hacer unas consideraciones basadas en mi experiencia, que puede ser tan errónea como cualquier otra. Así que no cuantificaré posibles resultados numéricos, solo indicaré tendencias:

1)     Los  “no saben no contestan” votan en una mayoría de los casos a un partido de la derecha y en una minoría al partido que está en el poder.

2)    La mayoría de los indecisos votan a los partidos tradicionales y de lo que consideran la derecha moderada o la izquierda moderada. Aunque esta vez, la cosa no está tan clara ya que la diestra está dividida. Por otra parte, no se puede olvidar que en Andalucía, un gran número del voto oculto fue a parar a Vox.

3)    La euforia un tanto desbordada por las encuestas, pueden hacer que votantes potenciales del PSOE consideren que su voto no es necesario ya que la victoria está asegurada, más si después de tantos días con climatología  adversa, se presenta un día que invite a ir a la playa o al campo..

4)    Por último, el voto útil va a polarizar las opciones favoreciendo al PP y al PSOE.
Creo que no es necesario decir que estas consideraciones mías a la hora de los resultados pueden ser tan reales como si se hacen tras consultar una bola de cristal o los posos de una taza de café

viernes, 19 de abril de 2019

¿Orgulloso?




Conozco a algunas personas a las que respeto, e incluso admiro por sus convicciones, que se muestran orgullosas de ser españolas. Sinceramente, yo no soy capaz de estarlo y a continuación expondré los motivos de esa incapacidad.

Para sentirme orgulloso de algo, necesito ser partícipe de lo que me produce orgullo. Es cierto que soy español, nací en España, pero de esa circunstancia no tengo ninguna responsabilidad ni participación, simplemente mi madre estaba en España, y se nace donde está la madre en el momento del parto.

Aparte de esta situación que viene dada por la naturaleza, encuentro demasiados casos de la historia reciente que me avergüenzan terriblemente, y en los que en mayor o en menor medida (más bien menor) hubiese debido participar con más vehemencia, y, sobre todo, efectividad.

¿Cuáles son estos actos?

a)    Es cierto que Franco y su caterva de fascistas ganaron una cruel guerra, y que instituyeron un régimen de terror y represión. Es cierto que la llamada “guerra fría” situó a España como aliado preferente por su posición anti comunista. Pero no es menos cierto que todos nos acomodamos en posiciones cómodas y a resguardo de la represión. Que a los pocos luchadores por la libertad y por la dignidad de un pueblo les dejamos que se pudrieran en cárceles o en fosas comunes. Que el Dictador murió en una cama hospitalaria con todas las distinciones (y patrimonio dudosamente adquirido) y recibiendo toda clase de honores de una gran parte del pueblo español.

b)    No solo no se conformó con gobernarnos o tiranizarnos durante cuarenta años, sí no que nos dejó como herencia a un Jefe de Estado nombrado por él. Dadas las circunstancias sociales y políticas, el Referéndum para aprobar la Constitución tienen demasiados flecos como para tomarlo como aprobación de una monarquía.

c)    Hemos sido capaces de elegir democráticamente a personajes que la ley ha considerado como delincuentes, y que como único programa tenían su enriquecimiento personal y la exaltación de su ego ¿No es ese el caso de Ruiz Mateos y Jesús Gil?

d)    No puedo comprender cómo los electores en las zonas más castigadas por la corrupción voten a los mismos corruptores. Y no me valen, desde el punto de vista político, las absoluciones por defectos de forma procesal, o por triquiñuelas legales. No sabemos, o, más bien, no queremos distinguir entre la responsabilidad penal y la responsabilidad política, y no sólo no sabemos, si no que aceptamos como buena esta situación y la premiamos en las urnas.

e)    No puedo comprender cómo unos miserables estén en la calle, y algunos de ellos cobrando del Estado en espera la resolución de la apelación, mientras que unos políticos que tuvieron la ocasión de marcharse de España para eludir la acción de la justicia, como hicieron algunos de sus compañeros, hayan estado en prisión preventiva sin fianza más de un año. Y no estoy prejuzgando la gravedad o no de sus actuaciones.

f)     Pero si me que quedase la mínima intención de sentirme orgulloso de ser español, se hubiesen borrado completamente ante las “cloacas del estado”. Se monta un entramado para esparcir noticias falsas sobre un partido rival, utilizando de forma fraudulenta los recursos del Estado, y cuando se descubre el caso, solo hay imputados agentes de segundo orden ¿Alguien puede cree que todo ha sido obra de un par de Comisarios? ¿Sus responsables políticos eran tan inútiles que no se enteraron de nada? Han salido a la luz las actuaciones en contra de Podemos, y también algo sobre algunos independentistas ¿Pero, han sido sólo esos casos? ¿No vienen a la memoría la saga de muertos entre los testigos e imputados de diferentes tramas de corrupción? ¿Qué consecuencias políticas ha tenido en España?

 

Los EE.UU. no es  mi modelo de país democrático, pero Watergate no fue algo menos conflictivo, y cayó el Presidente Nixon.

Después de leer esto ¿Comprenden las razones por las cuales no me puedo sentir orgulloso de ser español?


viernes, 12 de abril de 2019

¿Un paseíto?




La semana próxima es lo que se llama Semana Santa, a pesar de que también se podría llamar: la Semana de  unas Segundas Vacaciones (para quienes se las puedan permitir).

En principio, no tengo nada que objetar contra  esta semana de tantas connotaciones religiosas, y, aquilatando más aun, contra las procesiones que en nuestro país, y en algunos otros lleva aparejadas como son las procesiones.

Puedo comprender que el fervor religioso de los fieles católicos necesite realizar penitencia. Puedo comprender que algunos no tan fieles quieran lucirse con sus trajes kukuclanescos. Puedo comprender que son atractivo turístico, y sirven para mostrar que el medievalismo no solo permanece en calles, casas, e iglesias. Si no que también permanece en las mentes. Puedo comprender todos los argumentos que se utilizan para defender esta manifestación festiva – penitente- religiosa, y también todas las que se puedan utilizar en un futuro, pero…

Entiendo muy bien, y hasta cierto comparto, que quieran manifestar sus sentimientos religiosos, o bien escenificar el aspecto folklórico que tienen sus procesiones

Pero yo me pregunto ¿No tiene la Iglesia Católica de España sus propios recintos? Si, esos hermosos y monumentales recintos, muchos de ellos adquiridos por la Ley que les otorga el derecho a la inmatriculación (Ley de difícil encaje legal, y, ya de paso que estamos, por los cuales no pagan el IBI) con el suficiente espacio para dar todas las vueltas que les apetezca, y lógicamente, aprovechando la exención de impuestos, cobrar entradas para ver a personas cargadas de cruces y pesadas cadenas a los pies. Píenselo, que puede ser un buen negocio.

Repito, por si no ha quedado claro, no estoy en contra  de las procesiones, es más, he dado una idea para que las iglesias recauden más dinero. Lo que no me parece bien es la ocupación, en mi opinión de forma  abusiva, de lugares que son, o al menos deberían ser, de uso de los ciudadanos, creyentes de esa religión o de cualquier otra fe, e, incluso, de los agnósticos y de los impíos ateos.

No se debe olvidar que muchos ciudadanos, el único ejercicio que realizan diariamente es caminar, que es necesaria, según los médicos, esta práctica  para conservar la salud, y, que, además, tiene la virtud de no contaminar ni fomentar el calentamiento global.

Bueno, pues ese esparcimiento saludable viene alterado por las procesiones, ya que, además de tener que evitar muchas vías ocupadas por las cofradías y sus penitentes, tenemos el grave peligro de resbalar  y caer a consecuencia de los  rastros de cera que van dejando a su paso. Teniendo en cuenta que si una caída siempre puede tener consecuencias indeseadas en personas de edad, estas consecuencias pueden ser muy graves.

Además de estos problemas de ocupación de lugares públicos, y de los daños que pueden ocasionar en la salud, hay motivaciones económicas, a saber:

¿Por qué tenemos que pagar todos, católicos y no católicos, la limpieza de la mencionada cera?

¿Por qué la Sanidad pública, que también pagamos todos ya sean católicos como si no lo son, tiene que afrontar los gastos sanitarios derivados de las caídas?

Por favor, si alguien piensa que se justifican por la tradición religiosa, antes de escribir opiniones, que recuerda que quemar en la hoguera y de formas pública a herejes y brujas también se justificaba así. Gracias por atender a esta recomendación.

Y ahora un ¡Hasta luego!, que quiero aprovechar para dar un paseíto antes de que la semana que viene comiencen las procesiones.

viernes, 5 de abril de 2019

Me preocupa




Me preocupa, asusta, y, casi me atrevo decir, me aterra la estupidez militante, la inconsciencia de los ciudadanos, el pasotismo intelectual de las masas, las elecciones masivas en función de una estética, la carencia de actitud crítica colectiva, y el que una masa amorfa pueda decidir sobre la posición de las personas en la sociedad.

Me preocupan los fascistas, se vistan del color que se vistan, o adopten la estética que adopten, por su desprecio a las opiniones ajenas, por su afán de estructurar las vidas ajenas, por su intolerancia y su fanatismo ciego, por no dudar en usar la violencia como método de imponer sus creencias, por su totalitarismo y no aceptación del más mínimo diálogo.

Pero, con toda esa preocupación por este fenómeno siempre latente en la humanidad, y que siempre aflora con más fuerza, creo que aún me da más miedo la gente estúpida capaz de aceptar esas doctrinas, por moda, por su incapacidad de análisis, por no pararse a pensar lo que les representa, incluso a su vida personal y social, la aplicación de las premisas fascistas. Y me asusta porque a un fascista se le puede combatir con la palabra y las ideas su dialéctica de los puños y las pistolas. Mientras que a los idiotas no hay método de combatirlos, se mueven a merced de flujos incontrolables, y no son capaces de discernir entre una solución que les es favorable, y una que va en contra de sus propias personas e intereses.

Valga como ejemplo que el Coordinador Económico de Vox, candidato en sus listas por Málaga, y teniente del ejército, además de economista, D. Rubén Manso, abogue por un redefinido “Estado de bienestar”, donde no estaría contemplada ni la sanidad, ni la enseñanza pública, ya que ambas son, según sus palabras, discriminatorias para los ricos.

Vamos a ver, ¿Cuántos de los potenciales votantes de Vox son tan ricos que se pueden permitir el lujo de ir a la sanidad privada para un tratamiento costoso?, ¿Cuántos se pueden permitir pagar la prótesis de cadera o de cualquier otra prótesis de articulaciones necesaria en muchos de los casos por una simple caída? Sí, hay seguros privados de salud, pero vean lo que cubren, por cuanto tiempo, y si entran los medicamentos.

En cuanto a la enseñanza pública, no solo entran en esta categoría los colegios públicos, así que deben olvidarse de los centros concertados, e, incluso, de las universidades públicas, que, aparentemente, tienen tasas de matrículas muy altas, pero vean y comparen estas tasas con las de las universidades privadas.

Pues, si VOx ha elegido como responsable económico al Sr. Manso que es el que preconiza estas medidas, tiene que ser porque está de acuerdo con ellas, ¿no?

¿Cuántos de sus potenciales votantes, si supieran leer y si supieran pensar, les votarían?

Pero que no se preocupen sus dirigentes, hay una masa lo suficientemente elevada para seguirles sin saber atenerse a las consecuencias.

¡Y así nos va!

  


viernes, 29 de marzo de 2019

Será verdad, pero…




Leo en un periódico local que la CAEB (Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares) está preocupada por la desaceleración de la economía balear, y avisa que los salarios no pueden subir si no crece la productividad.

Será verdad esta afirmación, pero no deja de sorprender su preocupación por la productividad, o, quizás, no tanto.

La citada productividad no debe ser tan baja en relación con la rentabilidad, cuando los trabajadores están aquejados de una reducción de salario efectivo desde el principio de la crisis, y no han recuperado su poder adquisitivo al nivel que tenían antes de ese momento. Dándose, además, la circunstancia que en la actualidad encontrar trabajo no presupone abandonar el umbral de la pobreza, que los jóvenes no puedan emanciparse, y que los infra trabajos, y, por tanto, los infra sueldos van ligados a la inestabilidad laboral. En tanto que las empresas, especialmente las medianas y grandes, no solo han recuperado el nivel de ganancias pre crisis, sino que incluso, en casi todos los casos, lo hayan superado con creces. Aparte de una presunta explotación laboral ¿No es esto síntoma de una alta productividad por parte de los trabajadores?

Pero solo como hipótesis, vamos a admitir que sea necesario aumentar el nivel de productividad para aumentar los salarios ¿Me puede explicar alguien cómo se puede incentivar a un asalariado para que aumente su productividad, si con su sueldo no cubre sus necesidades vitales? ¿Cuándo sabe que haciendo su trabajo bien o haciéndolo mal no le van a renovar su contrato? ¿Para qué va a intentar aprender un oficio, si sabe que el siguiente (si lo hay) no tendrá nada que ver con el actual? ¿Qué estimulo puede tener alguien que sabe que su preparación no le sirve de nada, y que va a terminar, en el mejor de los casos, con un contrato basura de reponedor en un supermercado?

¡Naturalmente que se puede aumentar la productividad! La pregunta es ¿Están las empresas capacitadas para mantener, o incluso aumentar los beneficios sin someter a condiciones de semi esclavitud a los trabajadores? ¿Están dispuestas a admitir un sistema de relaciones laborales que fomente la estabilidad, y, por tanto, el aumento de la capacitación de sus empleados, con lo que sí ganarían en productividad real?

Estamos hartos de ver a multinacionales como Coca Cola o Cemex que, para lograr una mayor rentabilidad, que no evitar pérdidas, promueven ERE’s, enviando al paro a infinidad de trabajadores, sin importarles ni la capacitación ni ningún tipo de circunstancia, excepto, quizás, su afán de de favorecer los designios de los propietarios. Los trabajadores en estos casos deben irse a sus casas, dejar de sentirse útiles, y cobrar una prestación que debería ir destinada a otros fines, ya que la prestación que cobran, en vez de ir a cargo de la empresa que unilateralmente ha decidido cesar de producir en alguna de las instalaciones, es abonadas con cargo a las arcas del Estado con el beneplácito del Gobierno de turno.

Aquí no tengo más remedio que recordar que el artífice del ERE de Coca Cola va en las listas al Congreso como número dos, después del Sr. Rivera, y que en declaraciones de cuando ya era candidato a ese puesto de salida, y, por tanto, casi seguro diputado, dijo con referencia a su actuación en la compañía de refrescos: “Alguna culpa tendrán los trabajadores en ese ERE, ¿no?” (Esto solo, lo comento por si van a votar a C’s sepan a quien votan).

Conclusión: ¿Hace falta mayor productividad? Con seguridad que si, pero ¿A quienes debe favorecer?

viernes, 22 de marzo de 2019

Con su permiso





Espero que me vayan a permitir que les haga una serie de preguntas encadenadas, a pesar de que tengo que admitir que son un tanto tramposas. Digo que son tramposas, ya que creo saber de antemano la contestación a todas ellas. Pero, como tengo que llenar una página, y quiero hablar de un tema determinado, me viene muy bien plantearlas para iniciarlo.

Las preguntas son:

¿Cuándo han oído decir que peligra el pago de los sueldos de los innumerables políticos de los que disfrutamos en este país?

¿Cuándo han oído decir que peligra la dotación económica que tiene asignada la Casa Real?

¿Cuándo han oído decir que peligra el presupuesto para el mantenimiento de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos de Seguridad del Estado?

E, incluso, aunque choca frontalmente (al menos en mi opinión) con el punto 3, artículo 16, capítulo 2º, título 1º de la Constitución española ¿Cuándo han oído decir que peligra la dotación presupuestaria a la Iglesia Católica?

Seguramente, todos contestarán a todas las preguntas con un: nunca rotundo y categórico. Muchos responderán a continuación, con la salvedad de la dotación a la Iglesia Católica o sin esa salvedad, que es una obligación del Estado asumir esas cargas presupuestarias para garantizar el normal funcionamiento del país.

No hablemos, al menos de momento, de que esas aportaciones se han mantenido, e, incluso, en algunos casos, aumentado desde el inicio de la crisis, y de que las dotaciones para educación, sanidad, y servicios sociales en general no han alcanzado aún el nivel que tenían antes del inicio de la citada crisis, a pesar de que esta, oficialmente, ha concluido.

Por contra a las preguntas anteriores ¿Hay alguien que no haya escuchado reiteradas veces que peligran las pensiones públicas? La respuesta a esta pregunta, es obvia: nadie.

Aquí caen de hoz y coz en este planteamiento falaz del neo liberalismo todos los partidos políticos. Unos por compromisos o planteamientos ideológicos, y otros, los que defienden una ideología más o menos de izquierdas, por ingenuidad o falta de un pensamiento ideológico firme. Lamentablemente, no solo los partidos aceptan dicho planteamiento. Lo más peligroso de la situación es que empiezan a aceptarlo muchísimos ciudadanos también, incluidos los que tienen o tendrían que recibir las pensiones.

No se puede cuestionar la obligación de los gobiernos de asegurar las pensiones públicas, al igual que aseguran los servicios citados al inicio de este escrito.

Los trabajadores, durante toda su vida laboral, han (hemos) cotizado para asegurarse una pensión digna a la hora de la jubilación, y no es una prestación graciable, si no un reembolso de lo cotizado durante toda la vida laboral. Aquí no caben ideologías, dudas, ni medias tintas ¡Es una obligación ineludible!

La administración, de una forma trapacera, ha ofrecido a las empresas descuentos en sus bases de cotización para fomentar el empleo. ¿Por qué trapaceras? Porque esas deducciones, caso de ser necesarias, deberían haberse hecho con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, y nunca sobre las arcas de las pensiones.

Por no hablar del despropósito de los ERE’s donde las grandes empresas, para lograr una mayor rentabilidad, que no enjugar pérdidas, envían al paro a sus empleados, y el Estado tiene que asumir el pago del paro y la no contribución al fondo destinado para el pago de pensiones.

Las cotizaciones a la Seguridad Social, tanto las de los trabajadores como la empresarial, deben ser unas recaudaciones finalistas. Pero la parte de las pensiones que exceda a las recaudaciones que provienen de las cotizaciones, situación en gran parte debida a la mal llamada Reforma Laboral, deberán ser obligatoriamente cubierta por la partida que se debe habilitar en los P.G.E.

Como no quiero colgarme medallas que no sean mías. Tengo que decir que la vinculación de las pensiones públicas a los P.G.E. no es una ocurrencia mía, es la formula vigente en prácticamente todas las naciones europeas.

viernes, 15 de marzo de 2019

Opiniones (2/2)



Volviendo a donde lo habíamos dejado, sigamos con los, a mi juicio, errores de C’s.

Es cierto que en el tema territorial y de “la sagrada unidad de la patria” el discurso de VOX les ha quitado protagonismo. Por tanto, el tener que diferenciarse de aquellos, al tiempo que intentar mantener el pendón alzado de la cohesión y unidad territorial y cultural, les ha hecho cometer algunos posibles deslices.

El volver a visibilizar al Sr. Puigdemont con el número de la pancarta en Waterloo, aparte de darle un motivo más para salir en los medios nacionales, donde ya estaba un poco eclipsado, creo que sirvió para escenificar que estaba dispuesto al diálogo, con la inteligente respuesta de dejar la puerta entreabierta. No hablemos ya de cómo les debió sentar a los belgas una concentración no autorizada en una de sus ciudades.

No voy a entrar en el tema del feminismo liberal, ya que, si se definen como liberales, está dentro de una lógica (exclusivamente de ellos) política que intenten llevar a esa ideología liberal el tema del feminismo. Por tanto, como no soy un experto en teorías económicas liberales, no sé si el que consideren que la prostitución es una libre decisión de la mujer es una figura  compatible con su pensamiento, pero de lo que sí  estoy seguro es de que, desde un punto de vista ético, es una opinión cuanto menos muy discutible, y no compartida con la mayoría del movimiento feminista. Otro de sus postulados que no acaba de cuadrar es su defensa de la maternidad subrogada, ya que afirman que siempre debe ser altruista, y en modo alguno retribuida económicamente (excepto los gastos derivados directamente de dicha maternidad). Ante esta postura me hago dos preguntas: la primera es ¿Son tan ingenuos que lo creen posible? La otra es ¿Nos creen tan estúpidos como para caer en tan burda patraña?

Ahora eso sí,  donde se han cubierto de gloria es en dos fichajes estrella, dignos de algunas de las adquisiciones galácticas de D. Florentino Pérez. Hablemos primero de Dña. Silvia Clemente, ex Presidenta de la Cortes de Castilla y León, que aparece  en medio de bastantes de los escándalos económicos propios y del partido en el cual militaba en dicha comunidad. Es cierto que no está investigada (imputada), y que yo no pretendo sembrar dudas sobre la limpieza de sus actuaciones. Pero siempre cabe la duda sobre su capacidad de análisis  al estar tan próxima a las irregularidades y no percatarse de nada. A pesar de tal bagaje, el Sr. Rivera la califica de “aire nuevo” para las instituciones, lo cual suena un tanto extraño. Su éxito en el partido ha sido total ya que en las elecciones primarias en las que se presentaba como candidata a primera de la lista a las Cortes de la comunidad, y en las que estaba avalada por la dirección central del partido, resultó vencedora por una pequeña diferencia sobre el segundo más votado. Pero es importante tener en cuenta un pequeño detalle: había más votos que votantes. Al haber una impugnación, se hizo un nuevo recuento y aparecieron 82 votos por arte de magia,  que, casualmente, eran para la Sra. Clemente la estrella fichada.

Eso sí, donde se ha llegado al cenit de la brillantez e idoneidad al incorporar a un nuevo miembro al partido es en Baleares, donde el ex President del Govern, y ex Senador por el PP, D. José Ramón Bauzá, que, según lpalabras del Sr. Rivera, es el nuevo asesor, y cuya inclusión será aceptada en cualquiera de sus listas. Siguiendo con los símiles futbolísticos, este fichaje es el equivalente al típico que hace un Presidente de un club de futbol sin contar con su cuerpo técnico, y que, lógicamente, no encaja en el proyecto, y, por tanto, no se le va a aprovechar.

Por otra parte, hablar de D. José Ramón Bauza a los residentes en las Baleares resulta totalmente innecesario. Para los ajenos a la política en estas islas, resultaría totalmente increíble. Basta decir que cuando se recibió su carta dándose de baja en el partido en la sede corrieron los espumosos (incluido el cava) en innumerables y copiosos brindis.