viernes, 18 de septiembre de 2020

Privada vs. Pública

 


La Reina Letizia inaugura el curso escolar como es habitual al inicio del año lectivo desde un colegio de la C.A. de Navarra.

Como cada año, ha inaugurado simbólicamente el curso escolar desde un centro público.

El cuestionamiento de una parte de los grupos políticos que componen el parlamente de dicha comunidad, podría  no ser relevante ya que con este gesto, la Monarquía muestra su apoyo, o así lo parece, a la enseñanza y más concretamente a la escuela pública al elegir para el acto simbólico a un centro de este tipo.

Cabe preguntarse entonces ¿se le va a dar la importancia que se merece a la escuela pública como institución igualitaria y creadora de igualdad de oportunidades?  ¿Se le dotará para poder realizar estas labores de medios  materiales y humanos? ¿En tanto permanezca la enseñanza concertada se le permitirá que esta, de manera más o menos solapada fomente actividades que discrimine a los alumnos con familias con menor poder adquisitivo? ¿Seguirá la desproporción tan enorme en el número de alumnos con lengua materna diferente a la española entre la enseñanza pública y la concertada? Me temo que las respuestas y más que ellas las actuaciones de los responsables de la educación, seguirán en la misma línea que en los cursos anteriores. Naturalmente que hacer la comparación entre la enseñanza pública y la privada sería de una ingenuidad rayana  en la estupidez.

Volvamos al acto de inauguración del curso escolar. Quiero pensar que la Reina asistió a la inauguración para dar realce y apoyo a algo que considera importante: La educación pública.  y no para lucir su vestuario con sus correspondientes complementos. Ya que podrá haberlo hecho en un centro privado o en uno concertado.

Sin embargo esta actuación entra en una contradicción con la decisión personal de la Monarquía española al elegir  para que sus hijas realicen sus estudios en un centro privado y al decir de todos muy elitista.

Quizás sea, para seguir el ejemplo de otras monarquías europeas, de manera que vamos a ver lo que se hacen en otros países de nuestro entorno...

Noruega.- La princesa Ingrid, heredera al trono, asiste a un colegio público

Suecia.- Estelle, heredera al trono estudia en un colegio gratuito.

Países Bajos.- Amalia futura heredera asiste a un colegio público.

Dinamarca.- El Príncipe Chirstian es alumno se un colegio público

Bélgica.- Han elegido la enseñanza privada lo que ha provocado amplia contestación a esta decisión entre la ciudadanía. Uno de los hijos asiste a un colegio especializado para alumnos con problemas de de aprendizaje

España.- Creo que todo el mundo sabe a que colegio asisten las hijas de los reyes. Para evitar más publicidad me abstengo de decir su nombre

No voy a citar a que colegios van los descendientes de los presidentes de repúblicas europeas, ya que no son herederos a ningún cargo o prebenda. No obstante no puedo dejar de citar a Finlandia: donde la igualdad de oportunidades para ricos y pobres ayudó a que el país nórdico se convirtiera en referencia mundial en educación.

Tampoco expresaré mis  conclusiones, ya que las dejo para que lo hagan Vds.

 

 


viernes, 11 de septiembre de 2020

Creencias Vs. conocimientos

 


Había titulado el escrito como “Fe contra conocimientos”, pero he decidido cambiarlo ya que la palabra fe va, normalmente, unida a religión (cualquier religión) y no quiero, al menos hoy, entrar en temas teológicos.

Definiré primero el significado que les doy a ambos términos.

Empecemos por conocimientos: Son el conjunto de conceptos adquiridos mediante el estudio de materias científicas, tanto sociales como físicas, y avalados por pruebas objetivas.

Por el contrario, las creencias se basan en sensaciones, bien interiores o adquiridas por imitación, o por la aceptación sin ningún tipo de actitud crítica de los conceptos emitidos por personas que dicen estar en posesión de la verdad (con mayúscula) pero que no quieren, ni pueden, aportar ninguna argumentación rigurosa, y, por tanto, testimonios fiables.

Una gran diferencia es que, mientras que el que ha adquirido conocimientos está abierto a cambiar cualquier postulado a causa de unas pruebas que avalen que los primeros daos eran erróneos por defecto de forma o por error al interpretar los datos, el creyente se aferra a su verdad. No le importa que los hechos contradigan sus creencias. No le importa que la evidencia muestren que son falsas. No acepta que los mismos creadores de su bulo digan que se equivocaron y la teoría es falsa. Ellos siguen con sus convicciones.

En la actualidad han surgido con fuerza grupos de creyentes conspiranóicos, también llamados negacionistas, empeñados en negar cualquier tipo de evidencia científica. Para ellos todo es una conspiración para llevar a la humanidad a ser esclavos de un siniestro grupo.

¿Quiénes forman ese grupo? Pues desde los chinos hasta Soros, pasando por Bill Gates.

¿Cómo quieren conseguirlo? Hay también disparidad, ya que, según algunos, es con el caballo de Troya de la tecnología 5G, con vacunas que nos enferman, con la excusa de una pandemia falsa, motivada por un virus inexiste, y por alguna otra trasnochada idea, ya desechada actualmente, como la del microondas o las antenas de telefonía móvil de tecnologías anteriores a la citada 5G. También se ha extendido la creencia de que la tierra es plana, aunque no acabo de ver cómo encaja esto en la malvada conspiración de apoderarse de la tierra.

Curiosamente, muchas de estas creencias, algunas contradictorias, son asumidas por los colectivos negacionistas, constituyéndose así en una colectividad de polinecios.

Para ellos tiene más valor la opinión de un cantante de medio pelo, al que no se le conoce más mérito que el haber tenido hace ya muchos años un dudoso éxito, que la de la Comunidad científica.

Para ver que la teoría del terraplanismo se desmonta sola, basta con subir a una montaña o un avión. Las vacunas habían erradicado enfermedades que habían asolado la humanidad y que actualmente están volviendo a aflorar por culpa de su cerrilidad. Y el coronavirus se puede ver mediante instrumentos ópticos y percibir mediante análisis.

Y a esos polinecios quiero recordarles que, cuando la invención del ferrocarril, otros iluminados vaticinaron miles de muertes entre sus usuarios ya que, según ellos, el cuerpo humano no podía superar una velocidad superior a los 20 

viernes, 4 de septiembre de 2020

De vuelta al tajo


 Satisfecho por haber casi cumplido mi promesa de no molestar a mis lectores en lo más ardiente de la canícula, vuelvo a mis costumbres, y una de ellas es escribir, metiéndome, o, más bien, denunciando a algún un colectivo.

Como espero que aún recuerden, el blanco habitual de mis críticas son los partidos políticos, y, de estos, no voy a negarlo, ya que sería absurdo, especialmente a los partidos de derecha y al el PSOE (recuérdenme por favor que debo uno a Podemos y su financiación, es que se me han acumulado los temas).

Esta vez quiero dedicar este escrito a los imbéciles, los necios, los descerebrados, y demás especímenes que sólo usan la cabeza para evitar que se les escape el vacío que su oquedad encierra, y también como coraza para evitar que les pueda invadir algún razonamiento lógico.

No voy a hablar de los “terraplanistas”, ni de los generacionistas, ni tampoco de los que, siendo usuarios de la sanidad o las pensiones públicas, apoyan a formaciones, podríamos, con un esfuerzo de buena voluntad, denominarlas políticas. Claro que una mayoría son “polinecios”, y aceptan diferentes imbecilidades al mismo tiempo, e, incluso, lo son de la categoría de la que voy a tratar a continuación.

Me quiero referir esta semana a los “negacionistas” de la COVID 19 en diferentes aspectos.

Los más “iluminados” niegan la mayor: El virus no existe. Para basar esta afirmación exponen las más peregrinas consignas, muchas de ellas contradictorias, aunque les da lo mismo, ya que carecen capacidad de análisis.

A) Son las transnacionales, para apoderarse de los mercados o vendernos medicinas, las que nos hacen enfermar.

B) Son los gobiernos. que quieren suprimir un segmento de la sociedad y tener dominados a los ciudadanos.

C) Son los chinos. que quieren dominar el mundo y nos envenenan utilizando las radiaciones de la tecnología 5G.

En muchos casos. al no aceptar la existencia del virus. no aceptan las medidas profilácticas, únicas armas eficaces existentes actualmente contra la pandemia y para evitar nuevas infecciones.

No son sólo ellos. Hay un colectivo bastante numeroso que alega que su libertad personal se ve conculcada al tener que aceptar medidas restrictivas, no importándoles que ese supuesto derecho individual atenta contra el derecho a no contagiarse que tiene la colectividad.  En este apartado podemos hacer dos subgrupos: uno de ellos adopta esta postura porque a corto plazo afecta a sus intereses económicos personales, sin importarles nada que no sean sus ingresos a corto plazo. El otro subgrupo son imbéciles que se limitan a repetir lo que oyen de tipos tan doctos y versados en virología como puede ser el eminente científico Miguel Bosé, entre otros.

Y con estas perspectivas, ¡Vuelvo al tajo!

viernes, 7 de agosto de 2020

Que noventa años (casi) no es nada…


Sí, ya sé que había dicho que me tomaría unas semanas de vacaciones, y que no escribiría en este periodo para mi descanso y el de mis lectores, y lo estaba cumpliendo (es verdad que con un cierto “mono”). Es más, pienso seguir cumpliendo con mi compromiso de no molestar.
Pero que después de casi noventa años se vuelva a ir voluntariamente un Borbón creo que es una razón válida para retomar la página e interrumpir las vacaciones.
Antes de seguir ¿Verdad que sigue vigente la “Ley mordaza”? (Sí, esa que iba a derogar el PSOE nada más llegar al Gobierno). Pues nada, desearle un buen viaje, y una agradable estancia en el nuevo país de residencia. Y para nosotros, que el nuevo Borbón que vuelva a irse voluntariamente, no tarde tantos años como ha tardado esta vez.
Y ya que estamos hablando de reyes y viajes, la Sacrosanta Constitución dice que todos los/españoles/as somos iguales ante la ley, excepto el Rey (y esa figura legal de Rey Emérito que, aunque no se mencione en la citada Constitución, no sé muy bien porque, tampoco es igual). Pongamos un ejemplo: Si un ciudadano, de esos que somos iguales, robase, iría a la cárcel. Si el Rey o el Rey Emérito roban, no pasa nada. Atención, que es solo un ejemplo, que no digo que roben, que es solo un ejemplo (¿Seguro que la “Ley mordaza” está vigente?).
Dejémonos de ejemplos que pueden ser peligrosos, sobre todo para quien los pone ¿Es reprochable que una persona tan campechana como nuestro Rey Emérito regale unos pocos millones a sus amigas especiales? Demostraría que es un hombre generoso y amante de sus amigas. ¡Vale! Se le pudieron olvidar algunos trámites legales con Hacienda (o quizás no, no tengo ganas de encontrarme con la “Ley mordaza”). Pero a un hombre tan campechano como él, no se le puede reprochar que tenga algún pequeño olvido al lidiar con una institución tan burocrática y falta de empatía como es Hacienda.
Además, ¿Quién no ha regalado millones de euros a sus amigas especiales?, ¿Quién no ha enviado testaferros a Suiza con millones de euros no declarados?, ¿Quién no ha asistido a una fiesta teniendo que pedir dinero, y luego se ha convertido en una de las grandes fortunas?, ¿Quién no tenido a la gran mayoría de sus amigos en la cárcel por delitos fiscales?
Pues de esas fruslerías, y de unas cuantas, que, con toda certeza, son calumniosas y debidas a la envidia (sí, creo que he confirmado que la “Ley mordaza” sigue vigente) se acusa a nuestro Rey Emérito, digno sucesor de las prácticas y valores que, a lo largo de estos últimos siglos, ha venido ofreciendo a España esta ejemplar familia.
Y como al Bribón le gusta navegar: Buen viento, y barco nuevo. Y, si te sientes solo, pide a tu familia que vaya a hacerte compañía.
Lo de Bribón ha sido un lapsus, debido a la similitud fonética, y a los años que el Borbón patroneó ese barco (que no me olvido de la ley que tantas veces he citado).

viernes, 17 de julio de 2020

Las pilas




Creo que todos tenemos claro, excepto cuatro “iluminados” entre los grupos de oposición al gobierno y algunos mono neuronales que les escuchan, que la gestión de la situación generada por la pandemia es una labor ardua y complicada.
Lo es por diferentes razones:
1º) No hay referentes actuales sobre cómo actuar sanitariamente ante esta situación, ya que la anterior crisis sanitaria de esta magnitud fue hace poco más de un siglo.
2º) No hay modelos válidos de actuaciones políticas en situaciones similares que puedan servir de pauta.
3º) Por el boicot permanente y sistemático del principal partido de la oposición, criticando todas las disposiciones y rechazando hacer una oposición responsable.
4º) Por la contradicción, en teoría irreconciliable, entre las formas posibles de actuar contra la pandemia y sus efectos.
De los tres primeros puntos he escrito en semanas anteriores, así que les evito el trabajo de volver a leer mis opiniones al respecto. Por tanto, centrémonos en el cuarto punto.
En tanto se pueda lograr una vacuna eficaz, segura y de uso universal, o haya un tratamiento con las mismas condiciones, hay dos posturas que pueden tomar lCos dirigentes de los países:
a a)    Como está demostrado con cifras en diferentes países del mundo que la única manera de atajar el virus es romper la cadena de contagios, una opción es el confinamiento de la población y el cierre de fronteras. Está postura, que sanitariamente es la deseada, tiene como contrapartida el hundimiento económico por la caída de la producción y el comercio.
b b)    Primar la Economía y no adoptar medidas restrictivas en la comunicación, los desplazamientos y el comercio, medidas que tienen como contraprestación un elevado número de muertos y contagiados que no cesan. Véase los tres países paladines de esta postura: EE.UU., Brasil, y Gran Bretaña. Esta última tomó algunas medidas sanitarias tras el contagio de su primer Ministro, Boris Johnson.
Ante estas posturas extremas, una vez pasada la cima de contagios y fallecimientos, los gobiernos, principalmente los europeos, se han inclinado por una posición más pragmática: mantener algunos aspectos profilácticos, encomendando a la responsabilidad de sus ciudadanos su cumplimiento, y  liberar, en gran parte todos o casi todos, los procesos productivos, y así recuperar las diferentes economías nacionales.
¿Qué ha pasado en España?
En general, la población ha respondido con responsabilidad, salvo una ínfima parte que, por algún extraño mecanismo de su mente, o bien se creen inmunes, o bien creen que su libertad para celebrar sus tumultuosas reuniones es superior al derecho a no contagiarse del resto de la sociedad.
Pero, además de este problema, que seguramente es también el del resto de los países, aquí tenemos un problema añadido: nuestro monocultivo económico.
Directa o indirectamente, la economía del país depende del turismo. Sin embargo, no se ha sabido cuidar, y hay zonas que se han convertido en “casas de tolerancia y mancebía”. Concretamente, en Mallorca en Punta Ballena (Calvià) y en las calles conocidas como del jamón y la de la cerveza (s’Arenal-Llucmajor), campos de borracheras y desmanes de ingleses y alemanes respectivamente.
Ahora toca ponerse las pilas a las fuerzas de orden público, y estar a la altura que las circunstancias, tras los incidentes lamentables e incontrolados del fin de semana pasado. Por su parte, la Delegación del Gobierno ha actuado de forma contundente, cerrando los establecimientos de las zonas citadas, donde se proveían de alcohol. Esperemos que las medidas sean las adecuadas, y que estén bien ejecutadas ante los previsibles actos vandálicos que se intentarán realizar el próximo fin de semana.
Para terminar, les anuncio que voy a tomarme unas semanas de descanso. De forma que si no ocurre algo muy significado, me despido hasta el primer viernes de septiembre.
¡Feliz verano! (si nos dejan)

viernes, 10 de julio de 2020

UEEG 2020






El calendario es algo muy objetivo, y te indica cuando, astronómicamente, comienzan las estaciones, pero ese es un dato que puede no tener incidencia en las personas.
Para mí, el verdadero inicio del verano lo marca el comienzo de l’Universitat d’Estiu d’Estudis de Génere
En esas fecha, y desde hace ya muchos años, los asistentes a las jornadas nos reafirmamos en nuestro convencimiento de la necesidad del movimiento feminista; de percibir con ópticas nuevas y diferentes la cambiante sociedad desde un punto de vista de género; de conocer las últimas investigaciones y experiencias referentes a este tema; es decir, de enriquecernos mentalmente, y advertir que por muy versado que crea uno estar sobre los temas tratados, siempre hay mucho por aprender; que por muy convencido que estés de que la situación de igualdad esté prácticamente lograda, siempre te encuentras con la dura realidad: que el camino está sólo en el inicio, y queda mucho más tramo por recorrer que el ya realizado.
Pero no es sólo la parte de aprendizaje y académica. Está también el hecho de  encontrarte con antiguas amistades, hacer nuevas, y, sobre todo, el sentirte rodeado de personas que tienen las mismas inquietudes.
Este año, y debido a la pandemia, las jornadas se están realizando de forma telemática. En la primera vertiente que he descrito están siendo brillantes, con una sencillez aparente para poder acceder e incluso interactuar en las diferentes conferencias, mesas redondas, y talleres.
No puedo omitir que, tras esta aparente sencillez, ha sido necesario un gran esfuerzo de la totalidad del personal que ha intervenido para que la UEEG sea un éxito. Desde la coordinación de la programación, la búsqueda de ponentes, la grabación de los videos de las intervenciones, a preparar y poner a punto todo lo referente al acceso por parte del alumnado. Este resultado ha sido posible gracias al intenso trabajo de preparación durante  largos meses para evitar problemas o improvisaciones de última hora.
Nos ha faltado la parte social, pero la situación se ha mostrado muy adversa, haciendo imposible otra forma responsable de celebrar estas jornadas tan necesarias para poder avanzar en igualdad en esta sociedad plagescollos.
Esperemos que el próximo año ya podamos olvidarnos de la “nueva realidad”, y celebrar como siempre este necesario acontecimiento
Y, aunque sea algo muy personal, me he quedado con la desilusión de no poder hacer las fotos que llevo haciendo de los momentos más significativos y que van ampliando el archivo de la UEEG.

viernes, 3 de julio de 2020

Ya empezamos






¡La primera en la frente!
En la negociación sobre los ERTE ya ha habido una primera víctima: la justicia social. Se rebaja a las empresas una parte de las cotizaciones a la seguridad social correspondiente a las cuotas que deberían abonar a las arcas para el pago de las pensiones a los jubilados. De las cotizaciones de los trabajadores, afortunadamente, no se dice nada.
No voy a ponerme en la absurda posición de decir: “hay que masacrar a los chupasangres explotadores que son los empleadores”. Con el sistema de producción imperante, son tan necesarias para el funcionamiento de la economía la empresa  como la fuerza del trabajo. Tampoco voy a proclamar la supresión de la empresa privada en beneficio de la pública, que ya se ha visto que no ha funcionado.
Por tanto, si las empresas, algunas empresas, necesitan ayudas para subsistir y mantener la producción y el empleo, se les deben conceder ayudas fiscales o de cualquier otro tipo, pero nunca indiscriminadamente.
Eso sí, si hay que ayudar económicamente a determinadas empresas, hágase con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, y no con cargo a los presupuestos de la Seguridad Social. Y no, no es lo mismo, especialmente en una época en la que se ensalza al neo liberalismo, en perjuicio del Estado de bienestar, que tanto esfuerzo y tanta lucha constó instaurar.
Pero no sólo va la cuestión por aquí. En el borrador del acuerdo que se consiguió aprobar, ya está incluida la reforma de la Seguridad Social. Sabemos, por múltiples experiencias anteriores, que una enorme mayoría de nuestra clase política, prácticamente en esto hay unanimidad, no se ha molestado en leer la definición que da el D.R.A.E. con respecto a la palabra modificación, y está convencida que quiere decir: “recorte de derechos a las personas más desfavorecidas”, en este caso, los jubilados.
¿Cómo no va a haber desfases, si desde tiempo inmemorial todos los beneficios fiscales a las empresas se han hecho a base de recortar sus aportaciones a la caja de la Seguridad Social?, ¿Cómo no va a haberlos si,  a pesar del retraso en la edad de las jubilaciones, se permite a las grandes empresas las jubilaciones anticipadas que, al final, redundan en que se cobre del fondo de las pensiones?, ¿Cómo no va a haberlos si las empresas contratan a “autónomos” para ahorrarse el tener que cotizar? No hablo de la práctica de cobrar parte del sueldo en negro y estafas varias.
¿Qué piensan los partidos de los llamados progresistas (si es que piensan)?, ¿Son tan ingenuos como para pensar que el gran capital se va a conformar con pequeñas concesiones?, ¿Son tan imbéciles que creen que las transnacionales no lucharán para volver a quedarse de nuevo con todos los privilegios que se han visto obligados a “prestar”? ¿Son tan deshonestos que esperan la puerta giratoria cuando acabe su mandato? ¿Esperan que el fuerte rebrote del Covid 19 que se espera acabe con todos los mayores y solucione el problema de los desfases?