En estos días, los líderes mundiales se
han congregado en París con tal de hacerse una foto para demostrar que son ecologistas
y apuestan por el planeta. El problema para ellos es ¿Alguien puede creer en
esta convención de Pinochos?, ¿Tienen alguna credibilidad?, ¿Puede alguien confiar
en que darán algún paso efectivo en pos de un mundo más sostenible?
Los combustibles de origen orgánico son
un bien en manos de muy pocos y se dice que están próximos a agotarse. Pero, por el momento,
sus propietarios son los que marcan la geopolítica mundial. Veamos algunos
ejemplos:
Si no fuera por lo trágico del asunto,
daría ganas de reír pensar que los líderes mundiales, ecologistas por supuesto,
están realizando bombardeos masivos ¿O es que las bombas destruyen los gases que
causan el efecto invernadero?
Hay dos países, los más contaminantes del
mundo, ya que entre ellos lanzan a la atmosfera casi el 50% de la contaminación,
que hasta ahora no habían querido saber nada de compromisos sobre restricciones,
y que ahora se muestran casi como los campeones de la batalla por la
sostenibilidad del planeta ¿Han visto la luz de la revelación? No estoy seguro
de que así sea, pero el que pretendan que los acuerdos no sean vinculantes,
para alguien escéptico sobre la bondad humana que preconizaba Rousseau, se hace
un tanto sospechoso, y piensa que es un intento de lavar la imagen, pero sin
agua ni detergente. Si se quieren cumplir los acuerdos ¿Qué dificultad puede
tener el que sean vinculantes?
Pero, ahí no para la cosa. Uno de los dos
países, EE.UU., tiene un Presidente que sí que está en la foto y se manifiesta muy
preocupado por el problema del calentamiento global. No lo dudo. Pero da la
casualidad que pertenece al Partido Demócrata, y el Senado de su país, que
legalmente puede vetar acuerdos internacionales, está en manos del Partido Republicano
y, dentro de éste, algunos miembros muy importantes son negacionistas del
calentamiento global. Teniendo en cuenta, además, que 2016 es año de elecciones
en aquel país, no creo que estén por la labor de permitir que el Sr. Obama
saque adelante un proyecto que pueda dar prestigio a su partido.
El otro, qué duda cabe que, ante la falta
de una real oposición política interior, hará lo que crea más conveniente a
corto plazo para sus intereses políticos y económicos, sin importarle demasiado
otras consideraciones.
¿Hablamos del papel de los países
emergentes y de los del tercer mundo?, ¿Puede creer alguien que un país con
dificultades, con problemas de gobernabilidad, con revueltas de sus ciudadanos
por la precaria situación económica va a dejar de producir algún bien con su
contaminante y obsoleta tecnología por el bien del planeta? ¿O que lo harán los
países que empiezan a abandonar el tercer mundo por una situación mas
confortable, al menos de momento? Si los países dueños de las madereras no
ponen coto a la explotación salvaje de los bosques ¿Lo van a hacer los países
en los que la explotación de éstos es casi la única fuente de ingresos?
Ante la posición de estos países, los
bien pensantes, yo les llamaría ilusos, dirán que se va a aprobar una
compensación de miles de millones de dólares como contrapartida ¿Alguien se lo
cree?, ¿Cuántos millones de ayuda internacional para la reconstrucción de Haití
se desembolsaron?, ¿Cuántos llegaron a su destino?, ¿Cuántos millones tenían
que destinarse para los refugiados de Oriente Medio?, ¿Cuántos se
desembolsaron? ¿Cuántos miles de esos refugiados se tenían que recibir en los
países europeos?, ¿A cuántos se les ha dado asilo?
Por último, un apunte sobre España. Nuestro
converso a la fe verde, D. Mariano Rajoy, ferviente adalid en la lucha del
cambio climático anuncia grandes medidas de reducción de emisión de gases. Pero,
involuntariamente, se olvida de decir que ha creado un impuesto para todo aquel
que ose autogenerar electricidad de forma sostenible para auto-consumo, ya que
esto va en contra de los intereses de las industrias productoras de energía eléctrica.
Publicado en El Periscopi el 04 12 2015