viernes, 25 de mayo de 2018

25 05 1938



 

Triste efemérides de un hecho trágico, acaecido hace ahora ochenta años, que une a dos tierras del Mediterráneo, Alicante y Mallorca.

A las 8’10 h. de la mañana, despegó de su base en Mallorca una escuadrilla de bombarderos italianos del tipo Savoia S 79 “sparviero”, con tripulación del mismo país, que, tras dar un rodeo y hacer una aproximación desde tierra para no ser detectados por los servicios de vigilancia antiaérea,  comenzaron su criminal acción. Sobre las 11’15 horas, comenzaron a caer, con casi precisión milimétrica, bombas sobre el Mercado Central de Alicante. Es cierto que cayeron algunas bombas en otros lugares de la ciudad, pero el grueso del bombardeo lo sufrió el mercado.

No hay una cifra exacta de víctimas mortales. Muchos cuerpos eran amasijos de carne. Pero, según casi todas las estimaciones y cálculos, estarían entre las 00 y las 320 víctimas mortales, y los heridos de mayor consideración fueron innumerables, ya que se dio la triste coincidencia de que ese día, miércoles, el mercado se encontraba especialmente concurrido por haberse anunciado que habría pescado a la venta.

Mi familia, que vivía justo enfrente del mercado, con mucha prudencia y siempre a personas de confianza, pues en Alicante la represión fue muy larga y dura, narraba horrorizada, aún muchos años después, que los restos humanos se cargaban en camiones para llevarlos a la fosa común donde fueron enterrados, mientras la sangre salía por las puertas arrastrada por el agua de las mangueras empleada para limpiar el edificio.

Durante décadas, el tema del bombardeo fue tabú, e, incluso, se oyó algún comentario exculpatorio diciendo que había sido realizado como represalia por el ataque de un avión gubernamental a una manifestación religiosa. Incluso se sembraron rumores interesados sobre que había habido error en la trayectoria de caída de las bombas, o que se confundió el mercado con una instalación militar. Cualquiera que conozca Alicante, o que sea capaz de interpretar un plano, y los aviadores se sobrentiende que son perfectamente capaces de interpretarlos, verá que la forma peculiar del mercado lo hace inconfundible, y que el posible objetivo militar más cercano era el puerto, situado a más de un kilómetro.

No se puede menos que comparar la diferente repercusión internacional entre el bombardeo de Guernica y el del Mercado Central de Alicante, pues, a pesar de que en la localidad vasca los muertos estimados están entre los 120 y los 300, y los de Alicante superaron los 300, este episodio es completamente desconocido, en tanto que aquel tuvo repercusión mundial, en parte debido a la obra que realizó Picasso y a la numerosa bibliografía sobre el hecho...

Conclusiones:

A)    La publicidad de los grandes publicistas es un arma inigualable para colocar un producto en la sociedad.

B)    Si pierdes la guerra, te escribirán la historia.

Publicado en Fundación Gadeso - Fòrum el 25 05 2018

viernes, 18 de mayo de 2018

Me duele el mundo



Hay días que creo que no merece la pena que un primate se enderezara y se pusiese a andar. Esta semana, está llena de  ellos. Para comprenderlo, no hay más que abrir un periódico, escuchar un informativo, o entrar en las redes sociales.

Un americano todopoderoso quiere incendiar el mundo, y toma una serie de decisiones que hacen inevitable  la exaltación de los ánimos, la violencia, y, por tanto, las matanzas.

¿Tan necesario es que el comercio de  armas se deshaga de sus stocks en una guerra?, ¿Tan seguro está de que esa guerra se localizará en el  oriente cercano?

Su estrategia, si es que se le puede llamar así, y no llamarle los caprichos interesados de un delirio, resulta, cuanto menos, temeraria. Agitar las exacerbadas pasiones en este entorno puede traer consecuencias universales, y expandirse de forma totalmente incontrolada.

No pretendo ser imparcial o equidistante, me horroriza el terrorismo, especialmente el indiscriminado, pero más me horroriza el terrorismo de estado. Puedo entender el derecho a defenderse de las personas, e, incluso, haciendo un esfuerzo mental, de un estado, pero siempre con una fuerza proporcionada. Sin embargo, esta respuesta desproporcionada puede llevarme a  tener una visión desenfocada  de la situación. Es posible que esté equivocado, pero, como siempre, reivindico mi derecho a opinar, y, por tanto, a errar en mis juicios.

Israel es un polvorín, con un gobierno sionista de extrema derecha, que se sabe impune por la mala conciencia europea por su posición en el Holocausto, y por el apoyo incondicional de los Estados Unidos, que veta todas las resoluciones de Consejo de Seguridad  de la ONU. Además, son el pueblo elegido por Dios, y, en consecuencia, cualquier actuación es por ello justificada.

¿Entonces, los pueblos árabes son las víctimas de los malvados judíos? Tampoco es tan clara la cosa. A pesar de la historia oficial de que el pueblo judío tuvo que abandonar Israel en la diáspora, lo cierto es que siempre han habido judíos en Palestina, que estaban allí junto a los palestinos, también que durante el periodo Nazi fueron bastantes las familias que regresaron a su tierra ancestral. Tampoco es menos cierto que compraron grandes extensiones de terreno a los propietarios árabes, y que, gracias a esas compras, lograron ocupar una extensión considerable de terreno.

Después, las dos facciones terroristas, la árabe y la sionista, se dedicaron a asesinar a rivales, y, de paso, a los que se encontraban por allí.

El resto es cosa sabida: La votación del reconocimiento del Estado de Israel; las guerras iniciadas y perdidas por los árabes, que redundaban en la ampliación de las fronteras israelitas,  desoyendo las disposiciones de la ONU al respecto (con la inestimable colaboración de los EEUU);  y las Intifadas. A pesar de escaramuzas, bloqueos, algunos misiles contrarrestados con incursiones, siempre en detrimento del pueblo palestino de la franja de Gaza, la situación, aún dentro de la conflictividad, permanecía en un equilibrio muy inestable, pero en equilibrio. Cuando a ningún estado se le ocurrió reconocer a Jerusalén como capital de Israel, para evitar un nuevo motivo de discordia, al Sr. Trump, no se le ocurre otra cosa que trasladar su embajada allí, dándole reconocimiento oficial a lo que los israelís decían en voz baja. Cualquiera que fuese capaz de conectar dos neuronas de su cerebro sabía de antemano lo que iba a ocurrir ¿Lo sabía Trump?

Creo que lo que voy a decir a continuación va a resultar muy ofensivo para muchos, pero no dejo de preguntarme ¿A algún progenitor no fanatizado se le ocurriría llevar a sus hijos pequeños a un lugar donde se sabía que iba a haber enfrentamientos armados? Con ello, no intento justificar, ¡ni mucho menos!, la actuación israelí y la decisión de utilizar munición real, pero sí introducir una reflexión en el tema de los menores muertos.

Pero las maniobras del  Presidente de los EEUU  en esa parte tan conflictiva del mundo no se reducen a este caso. Denuncia y deja sin efecto el pacto sobre temas nucleares con Irán, que fue tan difícil de lograr, anunciando, además, sanciones económicas a los países que incumplan sus disposiciones. ¿ A quienes? ¿A sus potenciales aliados, los europeos? ¿Quiere tener una excusa para invadir Irán y sus campos petrolíferos? ¿Quiere acabar con el Islam? Este desafío a la paz, aparentemente, es contrario con su acercamiento a Corea del Norte, a no ser que quiera tener concentrados a sus enemigos en una sola zona.

Pero también me duele el mundo por los atentados en París, y, sobre todo, en Indonesia, donde una familia al completo se inmola por una religión, para asesinar al mayor número de adeptos a otra religión.

¿Quién dijo que Dios es amor?

viernes, 11 de mayo de 2018

Sentido del humor




Hasta la entrada en circulacióndel euro, en España era frecuente ver, a pesar del tiempo transcurrido, monedas que en el reverso llevaban la inscripción “Caudillo de España por la gracia de Dios”. Indiscutiblemente, mi sentido del humor no coincidía con el de Dios, ya que no considero ni una gracia ni una broma que un sangriento dictador rigiera los destinos de España durante cuarenta años, pero, la cosa era así.

Tras la muerte del mencionado dictador, y con la promulgación en 1978 de la Constitución española, los mecanismos  para los nombramientos  de los poderes públicos variaron, al menos en  teoría,  pasando ser estos designados por el pueblo español ya que en él reside la Soberanía, relevando, al menos formalmente, a las divinidades  en esos menesteres.

Hablando de Dioses, me surgió una duda, y me fui a la fuente, la citada Constitución, para comprobar si, en mis reiteradas lecturas de la misma, me había pasado por alto algún párrafo. Tras una cuidadosa y escrupulosa búsqueda en el Título VI Del Poder Judicial, desde los artículos 117 al 127, ambos inclusive, y en el Titulo IX Del Tribunal Constitucional en  sus siete artículos (del 159 al 165) me he asegurado de que en ninguna parte indica, ni tan siquiera insinúa, que a los jueces, cualquiera que sea jurisdicción o cargo, por el hecho de serlo se les otorgue el don de la infalibilidad, y, a partir de esta carencia, podemos hacernos algunas reflexiones:

a)      No acabo de entender que, si la Justicia emana del pueblo ¿Por qué el pueblo no puede opinar, e incluso, criticar a la Justicia?

b)      Si se debe respetar al Poder Legislativo ¿Por qué el Poder legislativo puede no respetar  al pueblo, ya que de él,  como he dicho anteriormente, emana la Justicia, según determina el artículo 118, párrafo 1º, de la Constitución? Esta falta de respeto queda palpable en las declaraciones del Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra cuando llama impunemente “turba enfurecida” a los que criticaron la sentencia sobre “La Manada”.

c)       Si los jueces pueden criticar al Poder Ejecutivo y a sus miembros ¿Por qué el Poder Ejecutivo no puede criticar al Poder Legislativo y a sus miembros?

d)      Además de respetar las sentencias, se dice que se deben acatar. Bien está que los tribunales deben interpretar y hacer cumplir las leyes, pero ¿Cómo se puede acatar una sentencia si, disponiendo de posibles, puedes recurrirla a instancias superiores, e incluso a Tribunales Supranacionales, en donde, con frecuencia, son rechazados los veredictos que, supuestamente, se deben acatar? Entre los casos más notorios está el referente a la llamada “Doctrina Parot”.

No sé si por algún motivo se necesitan nuevas santas y mártires en los altares, y la Justicia de este país, para suplir esta carencia, pretende que cunda el ejemplo de María Goretti, que fue asesinada para evitar que la violasen, o es que no se comprende algo tan sencillo como “NO, quiere decir no”, es decir, una negación en toda regla. O es que acaso, los jueces que juzgaron el caso de “La Manada” creen que una mujer que va sola por la calle en unas fiestas populares merece ser violada de forma múltiple.

¿Pero qué justificación dan otros jueces ante una violación a una menor paralizada por el pánico?

Más que modificar el Código Penal, que también es mucho más urgente variar la mentalidad de algunos y algunas jueces y juezas. Claro que, en unos tribunales que, en su mayor parte, están presididos por un crucifijo, y donde se toma declaración a los testigos bajo juramento (jurar es poner a Dios por testigo, por si alguien lo había olvidado), y dado el talante misógino de la Jerarquía eclesiástica española ¿Qué se puede esperar?

viernes, 4 de mayo de 2018

Mageritense comunitatem

 




Como ocurre con muchos otros virus, no se sabe exactamente su origen. Hay algunos precedentes que podrían ser causados por él, como los casos Zeus y Torcal en Baleares, o el caso Filesa, o incluso aquel en el que el paciente fue el Tesorero del PP, el Sr. Naseiro, o la delirante gestión del GIL en la costa malagueña. Como eran casos aislados, y no una infección generalizada, no se investigaron a fondo sus orígenes, y se desconoce si el ADN del virus es idéntico, e, incluso, si el virus actual es una mutación de alguno de aquellos.


Dejando de lado el origen, lo que sí se sabe es que el actual se desarrolló de una manera geométrica a raíz del llamado Tamayazo. Desde entonces, hay síntomas  suficientes para que las autoridades sanitarias hayan tomado medidas profilácticas contra tres de los cuatros Presidentes de la Comunidad de Madrid. En la única ex – presidenta aparentemente no contagiada, se está estudiando intensamente si es que tiene la infección latente, o es que las personas que padecen el “síndrome infantil” (ya descrito hace dos semanas en estas mismas páginas) son inmunes  por naturaleza al virus.

Las características más comunes de la enfermedad se manifiestan con los siguientes síntomas: Sensación de impunidad, afán de enriquecimiento a costa del dinero público, amor por sus amigos y familiares, que se manifiesta en el deseo que también se lucren, y no devolver, bajo ninguna circunstancia, el dinero adquirido en el proceso de infección. Por otra parte, la mayor virulencia se ha desarrollado en el entorno de la construcción, tanto de obra pública como civil. Su distribución geográfica ha sido muy extensa, pero la mayor incidencia se ha dado en la Comunidad de Madrid, con los episodios de Gurtel, Púnica y Lezo. Sin embargo, el contagio más virulento se ha dado en la Comunidad de Valencia, donde es casi imposible abrir un cajón y no encontrar huellas de la infección. Un caso muy atípico se ha dado en Baleares, donde la influencia del virus sólo se notó en el Presidente, y en casi toda la directiva de un pequeño partido, ya desparecido, que tuvo una gran influencia por su efecto de contrapeso de la balanza. Muchos de sus dirigentes están en residencias sanitarias, pero, al igual que todos los afectados, no han devuelto ni un euro.

No crean que la enfermedad sólo ataque a miembros del PP y afines, nada más lejos de la realidad. Actualmente no pueden ser más distantes las posiciones del PP y de los herederos del CDC. Y también  a  estos últimos les atacó de pleno el mal, en especial a toda la familia del ícono histórico, y máximo dirigente durante décadas, con el episodio del 3%, y su variante lírica del Palau.

Hay una extraña mutación por tierras sureñas en la que, en vez de contaminarse las personas relacionadas con el ladrillo, lo han hecho las que han estado relacionado con cuestiones de ERE’s y jubilaciones, por lo que se piensa que puede ser una mutación de la cepa original.

Eso sí, por el momento, todos los casos han estado relacionados con dirigentes autonómicos, pero queda el resquemor de que se haya extendido en una situación letárgica a los dirigentes estales. Pero eso sólo es una hipótesis que se podría demostrar, o no, con un cambio de gobierno, o con un tratamiento de “tirar de la manta” por los infectados hasta el momento.

Continuaremos siguiendo la evolución de la pandemia para mantenerles informados de la situación sanitaria del país (o países según la sensibilidad de cada uno).

viernes, 27 de abril de 2018

Defensa propia




En serio, no es broma. Pensaba, y así lo tenía decidido, pasarme unas semanas, como ya hice la semana anterior, sin hablar del PP. Pero a veces surgen circunstancias que hacen romper las decisiones más firmes.

Bueno, más que hablar del PP, de su Presidente, ya que el partido, al menos el de las Islas, ha debido de quedar completamente chasqueado. Voy a hablar del Sr. Rajoy, Presidente del PP, que, aunque coincida en la misma persona con el Presidente del Gobierno, no vino en esta última condición, ya que sería inconcebible que el Presidente del Gobierno no se hubiese reunido con la Presidenta de la Comunidad Autónoma, al menos como cortesía institucional.

Quizás alguien se pregunte extrañado ¿Cuál es la causa que me ha movido a variar mi actitud? No ha sido ni el R.E.B., ni la cuestión del 75%, y aquí me creo en la obligación de aclarar lo que son, y que representan, estas dos cuestiones para los lectores de otras comunidades o países.

Resultaría obvio recordar que las Baleares son unas islas, de las cuales, cuatro están permanentemente habitadas por ciudadanos que tienen en ellas su residencia. Pero lo que quizás no sea tan obvio, es que, a pesar de que en muchos aspectos resulta un privilegio, en otros muchos, es un problema que los habitantes de la península no tienen, y  cuya existencia olvidan. Veamos algunos aspectos:

a) El Gobierno Central mantiene una serie de infraestructuras para facilitar la movilidad de los ciudadanos, trenes, autopistas, carreteras, por las que resulta más o menos fácil desplazarse de forma cómoda y rápida. Si un residente en Orihuela tiene que visitar a un médico especialista en Alicante, dispone de servicio de transporte público, o puede optar por el transporte privado. Mientras que un ciudadano de Ibiza, que tenga la necesidad de visitar a un médico especialista en Palma, deberá, obligatoriamente, trasladarse en un avión de una determinada línea aérea. Pero no solo están los casos de enfermedad, el ejemplo puede servir para cualquier actividad, de ahí la petición de la rebaja a los residentes en un 75 por ciento en las tarifas aéreas y marítimas.

b) Tanto en el plano privado como en el público, la insularidad conlleva unas necesidades, como bien ha comprendido el Gobierno en el caso de las Islas Canarias, y con ellas sí se estableció un Régimen Especial. Sin embargo, y a pesar de las infinitas peticiones de un Régimen Especial de Baleares (R.E.B) por parte del Govern, y de las múltiples promesas incumplidas del Gobierno, sigue sin concretarse, y, mucho menos, firmarse el citado Régimen.

Pues bien, a pesar de que aun con “la boca pequeña” el PP autonómico proclamaba en todos los foros y mentideros que los acuerdos sobre estos temas serían anunciados por el sr. Rajoy en su visita de este fin de semana pasado, siguiendo la tradición del “ninguneo” a los ciudadanos de las islas, no hizo ninguna concreción, y solo obsequió con una de sus magistrales frases, dirigida a los militantes del PP de les Illes: “Estad tranquilos, pero no os durmáis”. Como afectado, me hubiese agradado que lo hubiese anunciado como Presidente del Gobierno, pero, dado que, como he dicho antes, vino como Presidente del PP, y creo que todos sabrán que no es el partido de mis amores, no tengo que sentirme engañado, como creo que se sentirán sus militantes y simpatizantes.

Con todo, estos temas, no hubiesen hecho variar mi intención de no tratar del PP y de su máximo dirigente. Tampoco  su visión de que el Govern sigue el mismo camino que Catalunya en el tema secesionista. No hace falta que el Govern haga nada para fomentar el independentismo, se sobra y se basta  el Sr. Rajoy solo para lograr que el independentismo  crezca forma exponencial, como ya ha logrado en Catalunya, donde había un 20 por ciento que así se declaraban cundo llegó al Gobierno, y ahora son alrededor del 50% gracias a su política.

Lo que me parece intolerable, y me ha  movido a volver a traer al PP a la palestra, es la falta de aprecio a la riqueza cultural que supone un idioma, que cargara contra la política lingüística del Govern que, de una manera un tanto tímida, pretende que nuestra lengua tenga el grado normal de uso que le reconoce la Constitución como lengua cooficial.  Ante esta agresión, entiendo que la defensa propia está plenamente justificada.

viernes, 20 de abril de 2018

El síndrome infantil



No, este escrito no tiene nada que ver con tiernas criaturitas, si no con Infantes o, para ser más preciso, con Infantas, ya que sus actuaciones han dado lugar  a un síndrome que se caracteriza por el siguiente cuadro clínico: Personas aparentemente muy preparadas, y con responsabilidades varias, en un dado momento se vuelven ignorantes, y con una grave pérdida de memoria, que llega a ser preocupante, e, incluso, se podría confundir con el Alzheimer, si no fuese por su condición selectiva, ya que solo se olvidan o desconocen las consecuencias de  aspectos muy concretos de sus actividades.

Cierto es que, anteriormente, ya se habían dado casos semejantes en personas de gran relevancia social y política, como le ocurrió a nuestro ex Presidente del Gobierno D. Felipe González, el cual solo se enteraba de los escándalos financieros, o de cualquier otro tipo, al leer los periódicos, pero que nunca fue capaz de detectarlos personalmente, a pesar de que se sucediesen en su propio entorno.

Sin embargo, el caso más relevante, y el ha dado nombre al síndrome en cuestión, ha sido el de la Infanta de España, Dña. Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, que, en el transcurso de la instrucción y del juicio a que fue sometida, junto a su marido, a su ex socio y esposa,  y a una serie de personajes de la política, no fue capaz de recordar ninguna de sus actuaciones en el Instituto Noos y/o de las responsabilidades que pudiese tener como dirigente nominal del citado Instituto. En su caso, además, desconocía todo el mecanismo de funcionamiento y financiación  del complejo sistema creado, y del cual ella era una de las dirigentes, como consta en sus más de quinientas contestaciones de no recuerdo o no lo sé. Es conveniente recordar aquí , para ver la gravedad de los síntomas, que ella es Licenciada por la Universidad Complutense, y no por la Universidad Rey Juan Carlos, en Ciencias Políticas, y que realizó un Máster en Relaciones Internacionales , tampoco en la mencionada URJC, si no en la Universidad de Nueva York.

Pero no se crean que el síndrome de marras afecta únicamente a personas de sangre real. Afecta indiscriminadamente a nobles y plebeyo. Podría citar innumerables ejemplos desde que se ha tipificado la enfermedad, pero citaré solo dos casos, por ser de plena actualidad, y porque afectan a dos señores que, por pertenecer a un partido político que se define como republicano (otra cosa son sus actuaciones), están muy lejos, o al menos deberían estarlo, de tener “sangre azul”, y las consecuencias que esta circunstancia puede acarrear debido a consanguinidades.

Me estoy refiriendo a los ex Presidentes Autonómicos de Andalucía, Srs. Chávez y Griñán. Los dos coinciden en que sabían de la existencia de los ERE’s, pero  desconocían la forma y los requisitos para otorgarlos, y mucho más aún que se concedieran de forma fraudulenta. Culpan, si es que alguien es culpable, a sus Consejeros, que tenían la obligación de controlarlo. Claro que, por culpa del malhadado síndrome, se olvidan de quienes nombraron a esos Consejeros, y de que los más de 750 millones de euros repartidos son algo más que calderilla, y,  por tanto, hace falta un seguimiento exhaustivo de esas partidas. Bueno, también se olvidan de su responsabilidad política. Pero hoy en día ¿Quién tiene en cuenta la responsabilidad política?

Como no quiero ser víctima del síndrome yo también, tengo que recordar que los casos que he citado están relacionados con  acciones judiciales por posibles actuaciones de carácter penal, y que, por tanto, en vez de ser un síndrome, quizás fuese una estrategia de defensa, ya que nuestra legislación admite que un procesado mienta, si considera que con ello  mejora su defensa. Como siempre digo, soy una persona muy ingenua, y no puedo creer que una miembro de la Familia Real, cuyo objetivo es ser el representante del Estado, o que dos socialistas del partido que alardea de tener una trayectoria de más de 100 años de honradez, utilicen argumentos que, a pesar de ser legales, carecen de toda validez ética.


viernes, 13 de abril de 2018

Del huevo y el fuero



El diccionario de la Real Academia de la Lengua española define la palabra ética como: “Del lat. ethĭcus, y este del gr. ἠθικός ēthikós; la forma f., del lat. tardío ethĭca, y este del gr. ἠθική ēthikḗ. Tras su etimología, y ya en la segunda acepción, especifica: “Recto, conforme a la moral”. Y por último, en su cuarta entrada: “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Ética profesional, cívica, deportiva”.

Nos estamos acostumbrando, y, especialmente, se están acostumbrando nuestros dirigentes políticos a actuar en función de si un hecho es legal o no lo es. Pero, lo que es más inquietante, a hacerlo en función de si la sentencia es condenatorio o no lo es, sin que importe la causa de la no condena. Celebran igual si la absolución es por inocencia total, o por defectos formales en el juicio, o en su instrucción, o también igualmente por la  prescripción del delito. Para ellos, y, por desgracia, para los votantes, todo se queda en el veredicto, y no en las razones de dicho veredicto.

Por su parte, los partidos políticos, en general todos los partidos, en mayor o menor medida, utilizan la política que popularizaron los EE.UU. de: “He is a son of a bitch, but our son of a bitch”, amparando a aquellos que no obran rectamente, que delinquen, y manteniendo esta posición hasta que es completamente inaguantable para sus intereses. En ese momento, en el que dejan de ser útiles o se convierten en una rémora, los expulsan o los hacen dimitir, abandonándolos a su suerte, a no ser que dispongan del suficiente material sensible que pueda perjudicar al Partido, en cuyo caso se les apoya, de forma más o menos encubierta.

Me figuro que todo el mundo (bueno todo el mundo que lea esto) habrá adivinado a estas alturas que quiero referirme al caso del Máster de la Sra. Cifuentes como ejemplo típico, pero no único, en cuya trama no cesan de surgir cada día nuevas irregularidades. Algunas de ellas no pueden achacarse, por muy buena voluntad que se le ponga, a simples errores informáticos. No hablaré de firmas falsificadas, de reuniones que nunca fueron, o de “actas reconstruidas”, que pueden resultar delitos tipificados en nuestro Código Penal. Tampoco quiero entrar a valorar de quien es la culpa, si de la Sra. Cifuentes o de la Universidad Rey Juan Carlos, o de ambas partes, en mayor o menor medida.

Lo que resulta innegable es que la citada Sra. Cifuentes recibió trato de favor por ser ella quien era. Recibió trato de favor al poder formalizar la matricula fuera de plazo, y después de haberse impartido un trimestre del Máster sin su asistencia. Recibió trato de favor al eximirla de asistir a clase, a pesar de ser obligatoria la asistencia al 80% de las clases, como mínimo. Recibió trato de favor al no presentarse físicamente a los exámenes. Recibió trato de favor al cambiarle dos calificaciones, sin seguir el protocolo establecido.

Podrá alegar que ella no era conocedora de las falsificaciones, de los “fallos informáticos”, y de todo lo que parezca bien. Nuestra legislación, basada en el Derecho Romano, admite, en contra de lo que disponen otras doctrinas legales, que un procesado puede basar su defensa en mentiras y engaños. No se pone en duda que este proceder es legal. Pero ¿Resulta ético?

Indiscutiblemente, a fecha de hoy, la sra. Cifuentes es inocente. No ha habido ninguna sentencia, y, posiblemente, no la haya nunca, que diga que es culpable de nada. Pero también es indiscutible que se aprovechó de un injusto trato de favor hacia ella, y eso hace que sintamos asco y repulsión ante una parte de “los padres de la patria” ovacionándola, y arropándola ante su carencia de ética. ¿Qué clase de sociedad hemos alcanzado? ¿La del todo vale con tal de que no me descubran? ¿La del esfuerzo es para los otros ya que yo me puedo aprovechar de las circunstancias? ¿La que representa el oportunismo y la picaresca por encima del trabajo y el esfuerzo? ¿La de que las instituciones deben estar a mi servicio porque puedo otorgarles favores?

No quiero, repito, entrar en si su conducta es ilegal o no. No tengo potestad ni conocimientos suficientes para ello. Pero sí que le reprocho a ella, y a todos sus defensores, que sean incapaces de ver el grado de depravación ética en el que están sumidos, y están sumiendo al país.