viernes, 27 de diciembre de 2019

Calificaciones subjetivas




Pero queda bonito (bis)

Los años del Nacional–Catolicismo, a los que pretende hacernos volver la derecha más irracional y rancia, estuvieron marcados por un tipo de moral basada en unas reglas que, para definirlas de una forma suave, tildaré de curiosas.

Para no extenderme demasiado diré que había tres clases de los llamados “Mandamientos de la Ley de Dios”, el básico, y que era el eje de toda la doctrina, era el sexto (si, ese que se relacionaba con las cuestiones del sexo). Otro precepto también muy sometido a su peculiar interpretación de la doctrina católica era el quinto (el de no matar y asesinar), aunque la importancia que se le daba era muy inferior al mencionado anteriormente, que tenía como peculiaridad que su gravedad estaba en función de quien era  el que lo cometiera, y sobre quien lo cometiera.

Pongamos algunos ejemplos aclaratorios sobre ambos mandamientos:

A)   Si una mujer tenía sexo con un hombre que no fuese su marido, ella cometía un pecado infamante,  que la condenaba a ser una pecadora de por vida; el hombre, por el contrario, simplemente había cometido un desliz. Desliz que, incluso, podría reportarle un tinte de gloria como conquistador.

B)   Si se masacraba a “rojos”, con o sin juicios amañados, y basados en leyes inicuas, era un acto de Justicia; pero si durante la  guerra, estando en el bando perdedor, habías disparado armas eras un criminal merecedor de la ejecución.

C)   Si un muchacho, en el despertar natural de su sexualidad, se masturbaba estaba condenado a sufrir el fuego del infierno por toda la eternidad. Pero, si entre Te Deum y Te Deum, te dedicabas a firmar sentencias de muerte eras paseado bajo palio en celebraciones religiosas.

No he citado temas de relaciones sexuales entre individuos del mismo género, ya que, en estos casos, se caía dentro de una amalgama de enfermedad, vicio y crimen.

Para rellenar hasta 10 los Mandamientos (que es un número redondo y fácil de recordar), había otros a los que no se tomaban demasiado en serio, pero hace bonito.

La cuestión de tomar una parte de un supuesto todo continúa muy vigente en muy diversos aspectos. Sin embargo, el tema estrella actual ha variado.

En la actualidad, el tema que más subjetivamente se trata entre la sociedad, incluso entre la sociedad civil, es el de la Constitución española. Tema en el que todo, o casi todo, el mundo se siente legitimado para decidir qué artículos son los importantes, y cuáles son simplemente para rellenar. Volvamos a los ejemplos en un intento de aclarar posiciones:

1)    Derecha.- integrada por C’s, PP y VOX, citados por orden alfabético,  ya que, en ocasiones, y  según temas, resulta muy difícil determinar quién está más en el ala extrema y quién se aproxima más hacia el Centro. Se declaran constitu-nacionalistas, y, además, se arrogan el derecho de repartir el titulo de ser buen, mal, o anti seguidor de la Constitución. Se basan en que lo único importante, y, lo que, por tanto, marca todo el contenido del texto legal es la unidad de España. Todo lo demás, como pueden ser los temas referentes a las lenguas o la descentralización del Estado en un Estado de las Autonomías, es farfolla sin ningún tipo de valor.

2)    Derecha más PSOE. Coincide en el tema de la unidad de España, pero el PSOE se muestra más bien a favor de las lenguas y de las Autonomías, llegando, en algunos casos, a admitir y promover un Estado Federal. En el tema de los derechos individuales, hay que reconocer que muchos de los logrados han sido durante sus gobiernos, pero, actualmente, se han olvidado un tanto de sus  previsibles votantes.

3)    Anti constitucionalistas (según la Derecha). Son todas las fuerzas a las que se  quiere desacreditar por diferentes razones. Su “pecado” prístino es afirmar que toda norma escrita se puede derogar, como se derogaron los “Principios Fundamentales del Movimiento”. Por tanto, que un territorio quiera seguir o no formando parte del Estado español no es nada inalterable. Sin embargo, defienden algo tan constitucional como las diferentes lenguas y culturas, el derecho a la vivienda digna, el derecho al trabajo, a la salud, a la libertad de expresión, a la igualdad entre géneros, y a la separación de los tres poderes del Estado, y a una serie de derechos que los demás grupos ignoran en la práctica, cuando no, los vulneran directamente.

4)    Nacionalistas, grupos que defienden su ideología, y que, por tanto, son completamente constitucionales, y que, al igual que cualquier otro colectivo, deberán acatar las leyes, especialmente si estas no vienen contaminadas por ideologías contrarias.

Para todo el espectro hay partes de la Constitución que son transcendentales y el resto solo están para hacer bulto. Pero queda bonito

viernes, 20 de diciembre de 2019

Pero queda bonito




Creo que los gestos son imprescindibles en todos los aspectos de la vida, incluidos, naturalmente, los gestos en política. Sin embargo, estamos en un proceso mundial, al menos en mi opinión, del gesto por el gesto, sin que vaya acompañado de ningún contenido, es decir, un gesto puramente decorativo y estético, carente de cualquier sentido práctico, y que podríamos definir con el horrible neologismo de: “postureo”.

Si tienen alguna duda sobre este aserto solo hace falta fijarse en estos pocos ejemplos que expongo a continuación y que se refieren a España, aunque, sobre todo el primero tienen una repercusión mundial:

1)    COP 25. Tras la renuncia del país que estaba designado para su celebración, y también del elegido como alternativo, España se hace cargo de la organización del citado evento. Hay que reconocer que, a pesar de problemas de tiempo desde la asignación al inicio, organizativamente, y mirándolo desde un aspecto puramente formal, el evento ha resultado un éxito. Sin embargo, ¿Qué contenido efectivo tiene? Juzguen Vds. Mismos: Los cinco países que más contaminan, en total más del 50%, no asisten, o envían representantes de bajo nivel, y, sobre todo, no se comprometen a seguir las directrices que se fijen en esta conferencia. Por otra parte, los acuerdos son de mínimos, y, sobre todo, no hay ningún organismo mundial con autoridad suficiente para que los países, firmantes o no, tengan que cumplir los acuerdos. Sinceramente, ¿Puede creer alguien que todo el despliegue mediático, económico, y organizativo tiene alguna utilidad práctica? Naturalmente, como era de prever, ha sido un fracaso. Pero queda bonito.

2)    El Sr. Casado, líder del principal partido de la oposición, en una mezcla de clamor y lamentación, repetía como un mantra: “Sánchez no se ha puesto en contacto conmigo siendo como soy el líder de la oposición”. Cuando el Sr. Sánchez ya ha sido propuesto formalmente como candidato a formar gobierno (y no con anticipación, para evitar las críticas  que recibió por citar a los líderes políticos antes de ser oficialmente  propuesto), anuncia una reunión con todos los representantes de las formaciones con presencia parlamentaria, y dándoles  prioridad en función del número de escaños obtenidos. Desde el mismo momento de la convocatoria de la reunión, el Sr. Casado anunció a bombo y platillo que no esperara el candidato ninguna concesión por parte del PP. En la reunión y tras de ella confirmó esa postura, y yo, inocente de mí, me pregunto ¿Donde están el patriotismo, el sentido de responsabilidad, y la visión de Estado que exigía su partido al PSOE para lograr la investidura del Sr. Rajoy?, ¿Se habrá enterado que en una DEMOCRACIA debe de haber una alternancia de poder en función de los apoyos recibidos?, ¿Qué eso de: “porque yo lo valgo” sirve solo para artículos de cosmética y no para gobernar? Sus formas de obrar hablan de que no acaba de comprender el funcionamiento de una democracia parlamentaria, pero disfraza su talante totalitario con la defensa de una Constitución mutilada, e interpretada de la forma que le resulta más conveniente. Pero queda bonito.

3)    El caso de C’s es el típico ejemplo de cómo una obsesión personal puede llevar a hacer fracasar un proyecto necesario, y  que podría haber satisfecho las aspiraciones políticas de una parte importante de la sociedad, esa sociedad que se auto denomina  y  se siente centrista (en mi opinión de una derecha muy moderada), y que hubiese servido para despolarizar la vida política. Fracasó, como antes lo hiciesen UCD, CDS y UPyD. Tras el fracaso electoral, el Sr. Rivera tuvo un gesto que le honra, y al que no estamos acostumbrados: Dimitió al asumir como responsabilidad personal el fracaso. Este fue  debido al cariz que dio a la campaña electoral, y a la deriva anterior del Partido. La cara visible actual ha lanzado una propuesta a todas luces inadmisible para los dos partidos preponderantes, en un vano intento de lograr un protagonismo mediático que no fue capaz de lograr en las urnas. Su propuesta no tiene ninguna viabilidad. Pero queda bonito.

Desgraciadamente se llega a una conclusión: No importa la efectividad, lo importante es el: Pero queda bonito


viernes, 6 de diciembre de 2019

No lo veo claro




Empiezo a estar preocupado por mi disparidad de criterio, y mi peculiar forma de ver las cosas, en completa oposición a como las perciben una amplia mayoría de las personas, e, incluso, esa diferencia es también con los más altos mandatarios mundiales, que han sido elegidos, en gran parte, democráticamente, y que, por tanto, deben estar en consonancia con lo que quieren sus electores.

Ya que se acaba de inaugurar en Madrid el Cop 25, creo que puede ser un tema para mostrar algunos ejemplos sobre ese desencuentro.

Empecemos quizás con uno de los temas más controvertidos, los transportes. Una de las causas que más contribuyen al calentamiento global es el gran incremento del tráfico aéreo Sin embargo, casi todos los mandatarios que acuden a la citada cumbre lo hacen con aviones fletados exclusivamente para ellos, en vez de utilizar vuelos regulares. Ponen la excusa de la seguridad (aquí podríamos entrar en un debate sobre si la seguridad a bordo es suficiente para el pueblo llano, pero no para los lideres políticos, pero no nos salgamos de tema y empecemos a divagar). Como soy muy bien pensado, creo que lo hacen para evitar polémicas. Si vinieran en vuelo regular tendrían que optar entre venir en clase turística o en la preferente. Si eligieran la clase superior, sus votantes les acusarían de elitistas, y de no querer compartir con ellos las vicisitudes del viaje. Si, por el contrario, eligiesen la más económica, sus detractores dirían que es un signo de populismo, ¡Que la gente es muy mala! Así que se sacrifican, y van en sus aviones oficiales. Está tan saturado el tráfico aéreo, y la contaminación que provocan es tan alta que por otro avión ¿Qué más da?

Todo, bueno, casi todo el mundo está de acuerdo en que el tráfico rodado es otro de los factores influyentes en la producción de gases que causan el efecto invernadero que acelera el calentamiento global. Todos tenemos nuestras formulas teóricas para revertir la situación ¿Cuáles son y cómo las aplicamos? Veamos unos ejemplos  a continuación.

1)    Potenciar el transporte público. Es muy necesario, y todos lo aplaudimos, aunque haya unas pequeñas pegas. Por parte de los usuarios, nos quejamos de las frecuencias, de que son lentos, caros, y que no cubren las necesidades particulares, razones por las que, aun estando a favor del transporte público, se utiliza el privado hasta para ir a buscar el periódico o el pan. Por parte de las autoridades, también están de acuerdo con restringir el tráfico particular, pero fijan unos precios para los transportes verdaderamente abusivos, y basados en criterios de rentabilidad económica que resultan disuasorios, olvidando el rendimiento medio ambiental.

2)    Restricción del tráfico rodado en zonas. Los ayuntamientos prohíben o restringen el tráfico en algunos lugares estratégicos, pero se “olvidan” de ofrecer alternativas de transporte público eficiente. Por su parte, los ciudadanos están completamente de acuerdo con estas medidas, siempre que no afecten a su ámbito de movilidad.

3)     Coches eléctricos. Podría hablar mucho sobre el tema, entre otras cuestiones, de la generación de electricidad para alimentar sus baterías, pero, para no extenderme, quiero hacerles unas preguntas sin mala intención: ¿Saben que el componente principal de sus baterías es el litio?, ¿Saben que en Bolivia se encuentran la casi totalidad de las reservas de dicho metal?, ¿Saben que, seguramente por casualidad, el Sr. Trump ha decidido devolver la democracia a Bolivia, secuestrada por el malvado Sr. Morales?

Lo dejo aquí, de momento, con estas preguntas, ya que hay tema para unos cuantos escritos, y no hay que abusar de la paciencia del lector.

 


viernes, 29 de noviembre de 2019

El Gallo




Los políticos en particular, y todos en general, tendemos que asumir una serie de premisas: Una cosa son nuestros deseos, y otra el deseo de las mayorías; que los resultados numéricos, por mucho que lo deseemos, están presentes y son los que son; y que los números, o la suma de ellos, los determinan las matemáticas, y no las ejecutivas de los partidos políticos.

Estas sencillas cuestiones las aprendió el Sr. Sánchez tras las elecciones del 28 A, y la desastrosa gestión de sus favorables resultados electorales. Así mismo, las debió aprender el ego del Sr. Iglesias, y, en consecuencia, se apresuraron a firmar un compromiso para que gobernaran en coalición sus dos formaciones. Eso si, con el grave inconveniente de que lo tenían mucho más difícil tras las elecciones del 10 N al haber perdido apoyo de los electores.

Hasta aquí todo normal en un país con una democracia avanzada. Pero nos surge la siguiente la pregunta: ¿Vivimos en una democracia avanzada, o en una monarquía bananera?

En primer lugar, surgen las críticas a los tiempos. Cuando tras las elecciones anteriores el Sr. Sánchez realizó unas consultas al resto de los partidos con anterioridad a la llamada preceptiva del Rey, de acuerdo con el artículo 99 de la Constitución, para conocer con qué apoyos contaba, le acusaron de intentar suplantar al Monarca realizando funciones propias de este. Tras los recientes comicios, en la que no ha realizado las anteriormente criticadas consultas a todo el espectro político, el Presidente del principal partido de la oposición se queja amargamente de que no le ha llamado.

Pero no son esas las únicas contradicciones. Al analizar las posibles combinaciones para formar un gobierno nos encontramos con las siguientes combinaciones:

1)    PSOE más UP, con el apoyo de de los partidos vascos y los más minoritarios no llegarían a la mayoría relativa necesaria para investir como Presidente al que en la actualidad lo es en funciones, a no ser con la abstención de PP, ERC, JxC o C’s.

a)    El PP,en una ocasión anterior, y para favorecer a su candidato, exigió que, por patriotismo, el PSOE se abstuviera (cosa que logró). Pero, como eso del patriotismo solo debe servir para favorecer a la derecha, se niega ahora en banda a contemplar esa opción para favorecer que se pueda formar un gobierno estable.

b)    C’s, empeñado como está en seguir los pasos de UCD, no admite que el PSOE se apoye en UP o en los nacionalistas de ningún signo, alegando que no son constitucionalistas (se conoce que ir contra las autonomías y la igualdad que preconizan sus socios de hecho en Madrid, Murcia, y Andalucía sí es constitucional).

c)    ERC tiene un papel muy difícil, y a pesar de que a algunos sus miembros destacados, o así lo creo, les gustaría llegar a un acuerdo, dadas las condiciones inasumibles para cualquier gobierno que han acordado sus bases para permitir la investidura, al final terminará decantándose por el no, ante las premisas resultantes de la consulta que celebraron.

d)    Pero, siendo complicado el panorama con el resto de los partidos, lo que resulta paradójico es que las viejas glorias del propio PSOE estén en contra de esta coalición,  con el supuesto apoyo, aunque sea la abstención, de los nacionalistas catalanes, a pesar de que una inmensa mayoría de su militancia si lo esté.

2)    Una gran coalición PSOE y PP, y, en algunos casos, se pide la incorporación del C’s. Por esta solución apuestan los empresarios y gran parte de la derecha, que no está actualmente al frente orgánicamente de los partidos, y alguno de los “jarrones chinos”, pero tiene en contra a las bases de izquierdas, y, posiblemente, a una parte de las de la derecha. Las dos ejecutivas de los partidos principales se oponen (la opinión de C’s en este caso cuenta muy poco), entre otras razones porque dan margen a VOX  para crecer al ser la única voz (demagógica) opositora
Con esta situación numérica, me temo que nos veremos abocados a unas nuevas elecciones generales, ya que como dijo el insigne filósofo, además de torero (nadie es perfecto) D. Rafael “El gallo”: Lo que no puede ser, no puede ser, y además

viernes, 22 de noviembre de 2019

Dilema


Hay semanas en las que tengo problemas para encontrar un tema sobre el cual realizar mi comentario, otras en los que el tema me llama y no tengo más remedio que escribir sobre él, y otras, muy pocas, en las que me encuentro con diversos temas, y no sé por cual decidirme. Es el caso presente, y, por una vez, he recurrido a una solución salomónica: Hablar de todos ellos.

Tenía pensado escribir sobre lo que, para mí, es la absurda posición que ha tenido hasta ahora la derecha española con respecto a la posible investidura como Presidente del Sr. Sánchez: Primero le acusan (objetivamente con razón) de forzar unas elecciones por su resistencia en formar una coalición, que, según ellos (y muchos más, entre ellos, yo), es debida a su incapacidad de dialogar. Se celebran las elecciones y, ante el varapalo recibido, que le alejan de sus previsiones prístinas, no tarda en pactar con los otrora rechazados de UP.

 ¿Qué hace la derecha? ¿Celebrar que, al fin, haya un gobierno, aunque deseando que se estrelle y se pueda llegar a un voto de censura que le llevara al poder? No. Categóricamente, no. Se oponen al pacto, pero no dan ninguna alternativa coherente. Se oponen a abstenerse en segunda votación, como exigían, y al final lograron, del PSOE, para investir a Rajoy. No quieren (afortunadamente) un gran pacto de concentración nacional. Tildan de traición a la PATRIA una investidura facilitada por los partidos nacionalistas.

En fin, pretenden que las matemáticas mientan, aparentemente. En realidad, pretenden, por obra divina, volver al detentar el Poder que les corresponde por derecho emanado del cielo. Si es mediante elecciones está bien, si es por la intercesión del Espíritu Santo también bien, y si en ese momento Dios está ocupado y sale un Salvador de la Patria con armas, hay antecedentes.

Pero ha salido la muy esperada sentencia de los ERE’s que, a pesar de ser recurrible, aporta datos como para tener que asumir mucha gente responsabilidades políticas, como con razón está haciendo la derecha Introduciendo un plano personal en el asunto, cuando un amigo, aunque no sea del círculo más allegado, comete una felonía, Te duele más que si la comete alguien con quien no compartes nada, ya que lo sientes como una traición a los ideales que creías compartir. Por esa razón, no voy a ahondar en este apartado, por estar muy reciente, y porque las sensaciones las tengo a flor de piel y no sería ecuánime en mis comentarios.

No obstante, quiero dejar una pregunta en el aire ¿Quién tiene que asumir las responsabilidades políticas? ¿El actual Secretario General, que en las fechas en las que ocurrieron los hechos era un simple concejal del Ayuntamiento de Madrid? ¿O esos “buenos y dignos socialistas” que desde sus despachos de Consejeros de grandes multinacionales dan directrices sobre los pactos, y que entonces eran los dirigentes del PSOE?

¿Deben Sánchez y Casado asumir la responsabilidad políticas por unos hechos que sucedieron en momentos en los que no tenían poder de decisión en sus respectivos partidos?

Por último, había pensado como tema de la semana comentar la disparidad o aciertos de los vaticinios de mi bola de cristal con el resultado real de las votaciones ya que, aunque sea un pelín drástica y exagerada, ha tenido más aciertos que fallos

Dejando apuntados unos esbozos de los tres temas diferentes que había barajado abordar esta semana, los dejo abiertos y amenazo con que puedo abrirlos, y ahondar en ellos.

 

viernes, 15 de noviembre de 2019

Treinta años




 

Ha llegado un momento en el que, a la vista de los derroteros de la política nacional y del resultado de las elecciones, he decidido felicitar a casi todos, ya que, en vista de las declaraciones de sus líderes, son los vencedores, bien sea de forma real, virtual, o moral.

No puedo, sin embargo, dejar de hacer un reconocimiento simbólico al Sr. Rivera que, después de hacer una campaña como para que en C’s “el último que apague la luz”, ha tenido la gallardía de dimitir, y asumir los resultados, en vez de decir que los votantes se han equivocado y lo han hecho mal, que es lo que, habitualmente, dicen ante resultados adversos.

Tras secarme las lágrimas al constatar los resultados, no queda otro remedio, como estaba previsto, que esperar a que la política de pactos funcione, que los egos no nos juegan malas pasadas, y que se abstengan las suficientes formaciones como para conseguir la investidura. Caso contrario, tendremos que ponernos de nuevo manga corta para volver a votar.

Y, una vez cumplido el trámite con el sainete costumbrista en el que se ha convertido la política española, paso a comentar el tema que he elegido para esta semana por su importancia puesto que, de él, dimana, la situación actual de gran parte del mundo.

El día 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín, esta fecha que simboliza el principio del fin del Bloque del Este, a pesar de que, después de esta fecha, al menos en teoría, continuó existiendo durante un cierto tiempo más.

Creo que nadie pondrá en duda que el desmoronamiento de todo el sistema económico, político, y militar que representaba la URSS y sus aliados supuso un nuevo equilibrio, o, más bien, desequilibrio, de la situación mundial.

Al no haber un contrapeso de los elementos citados anteriormente, además,  y, sobre todo, un contrapeso ideológico, dado el derrumbamiento de todo el entramado de los llamados países socialistas, el capitalismo más salvaje o neoliberalismo pudo expandirse con total libertad e impunidad para desregularizar por completo las relaciones laborales imperantes hasta el momento, haciendo añicos el Estado de bienestar.

Las consecuencias han sido, en menor o mayor grado, dependiendo de la fuerza de los sindicatos en los diferentes países: Contratos precarios; inestabilidad laboral; estancamiento de salarios, cuando no retroceso de los mismos; recortes y privatizaciones en la sanidad; infra financiación de la educación pública, en beneficio de la concertada y/o privada; abandono de las políticas de dependencia, es decir, de todos los beneficios sociales adquiridos tras los años de la lucha obrera. Lo más triste es constatar que ha sido  con el beneplácito de los propios perjudicados, que han dado y continúan dando sus votos a los destructores de su fututo.

Con esto no quiero hacer un panegírico a la URSS, ni a las políticas que preconizaban. En mi opinión, se hundieron por no saber adaptarse a los tiempos, por la pésima planificación económica, pero, sobre todo, por no haber sabido escuchar y entender a sus pueblos, esos pueblos que decían defender.

Conocí algún país del Este antes de la caída del muro, y he conocido bastantes más después de este acontecimiento, y me llama aún y mucho la atención el que, a pesar de que tenían las necesidades básicas cubiertas, no se echa de menos aquel tiempo, prueba fehaciente de que los regímenes imperantes no supieron, o quizás no quisieron, satisfacer los deseos de sus ciudadanos.

Las preguntas que caben hacerse son: ¿Nos ponemos a añorar aquellos tiempos en los que el malestar de unos pueblos servía para mantener nuestro estado de bienestar?, O, por el contrario, ¿Nos ponemos manos a la obra para volver a luchar para mantenerlo?  


viernes, 8 de noviembre de 2019

¡Independencia! ¿Independencia?





Vivimos en la Arcadia feliz donde el cielo está cubierto de arco íris, de sus fuentes manan leche y malvasía, donde no existe ningún problema, donde sus pobladores son felices, y sin ningún tipo de preocupación ¿Dije que no existen problemas? ¡Bueno! Hay uno solo: Catalunya. Por esa razón, todos y a todas horas, nuestra eficiente, digna y honrada clase política se dedica en cuerpo y alma a hablar del tema. Que conste que he dicho a hablar, no tratar de solucionar ese escollo que empaña nuestra infinita felicidad.

Antes de entrar en materia, vayan por delante tres premisas para que nadie se llame a engaño:

1)    No soy nacionalista ni independentista. Creo en el internacionalismo, un mundo sin esas líneas absurdas e imaginarias que se llaman fronteras. Creo también que algunos países, en general todos hasta donde les es posible, con la excusa de la independencia y la soberanía, pueden cometer tropelías hacia sus conciudadanos y hacia la humanidad plena.

2)    No obstante mi posición personal, pienso que ya habría debido de celebrarse un referéndum pactado y vinculante en Catalunya, y en cualquier comunidad mundial donde hubiese un colectivo significativo que así lo demandase.

3)    Centro el artículo en Catalunya por cuestión de actualidad política, pero, con otros nombres y similares argumentos, podría aplicarse a cualquier lugar.

Ahora, y una vez aclarada de nuevo mi postura personal sobre el tema de nacionalismos e independentismos, voy a centrarme en el tema que nos ocupa partiendo de un supuesto falso:

Ya se ha alcanzado esa tan deseada independencia. Se han acabado los fastos y celebraciones por alcanzar la tan ansiada independencia ¿Y ahora qué?

¡Ya somas independientes! ¡No tenemos Rey, ni familia real! Es un paso adelante.

Tendremos un Presidente de la República, cosa que es positiva, siempre con excepciones, recordemos que Videla, entre otros y de muy diferentes naciones, también era Presidente de la República.

El PP, el de los grandes escándalos como la Gurtel, la Púnica, Leza y un sinfín de casos más, presumiblemente no tendrán presencia en el nuevo estado. Pero, quiere eso decir que Convergencia Democràtica de Catalunya, o como se llame entonces, no volverá a involucrarse en casos como el Liceu, el del 3% que, en realidad, parece ser que llegaba a ser del 5%? ¿O que el clan Pujol, que presuntamente se lucró del Tesoro, devolvería lo defraudado? ¿Habría alguna garantía de que ellos mismos, o algún grupo que se constituya, no volverían a hacer lo mismo, caso de tener ocasión? Muy por la labor de restituir lo presuntamente robado no aparentan estar.

Desaparecerá el PSOE de los ERE’s de Andalucía, ¿Pero, acaso no continuara el PSC que, después de denunciar públicamente las comisiones del 3%, cosa que era  un comentario de dominio público, se retractó y se disculpó en el Parlament a los pocos momentos de hacer la acusación? ¿Ese PSC, por obra y gracia del advenimiento de la República, se va a transformar en un valiente defensor de la limpieza de corruptos?

No quiero entrar en polémicas estériles sobre si la violencia que se ha vivido en Barcelona tras la sentencia ha sido causada por los CDR, o por infiltrados antisistema, pero, para el caso que nos ocupa, conviene recordar que, desde hace ya bastantes años, cualquier acto en la calle al que asistiera numeroso público acababa siempre en actos de violencia que superaban a la policía, y estoy hablando de antes de comenzar las tensiones por el ·procés”, y de toda clases de actos, incluidas celebraciones por triunfos futbolísticos del Barça ¿Esos grupos van a convertirse, de la noche a la mañana, en garantes de la paz y armonía democrática, abandonando su histórica e histérica violencia?

A mí, como he dicho al principio del escrito, no me motiva demasiado el tema del nacionalismo o el independentismo, pero sí que lo hacen los temas sociales, y en ese aspecto, no puedo dejar de recordar que durante la crisis, y estando en el poder el partido del President Torra, Catalunya sufrió unos recortes en prestaciones sociales mayores que cualquier otra Autonomía, superiores incluso a los que se aplicaron en Madrid, donde el PP y sus políticas neoliberales campaban (y campan) por sus respetos.

No doy por cerrado el tema, posiblemente, aunque sin fecha, volveré a retomarlo