En la prensa diaria de hace
unas fechas, nuestro Alcalde comentaba que el cargo le había cambiado su
percepción de la ciudad, poniendo como ejemplo: que paseando había visto una
baldosa suelta y se había apresurado a llamar al concejal del ramo y que ¡Oh
maravilla! inmediatamente, se solucionó el desaguisado.
Antes de continuar, creo que
me debo presentar: Soy un jubilado y como tal, me dedico a mis labores siendo la de
dar largos paseos por Palma la más asidua.
Una vez puestos en
antecedentes sobre mi persona, volvamos al tema inicial. La noticia, me impactó
y pensé que: o bien la dedicación a su misión como regidor de los destinos
municipales le impedía dar paseos o que debido
a los múltiples problemas que tiene que resolver, va tan abstraído que
no puede fijarse en los destrozos y desastres de la ciudad que habitamos.
Delante de esta tesitura, y
dada que mi pensión va menguando de forma alarmante debido a la congelación, el
repago sanitario, la subida del transporte público y a las medidas que según D.
Mariano irán apareciendo cada viernes. Se
me ha ocurrido que podría redondear la citada pensión haciendo de paseador
substituto del Señor Alcalde. Seguiría con mis paseos, variaría las rutas para
que no me quedara rincón sin recorrer, así podría él dedicarse a salvar Palma
de las tropelías que cometieron los pérfidos izquierdistas liberándole de la
obligación de recorrer paseando su ciudad. El estipendio que pediría sería
modesto y por supuesto, siempre que cumpliera los objetivos marcados.
Como prueba de eficiencia, y
de forma gratuita, ya le puedo señalar algún punto que he detectado: Acera de
los números pares de la Av. Del Compte de Sallent entre las C. Blanquerna y C. Antoni Marqués con más del 50% de las
baldosas sueltas.
Para finalizar, solo añadir
que a ser posible, preferiría que la compensación económica no sea en negro, ya
que no tengo ningún terreno y enterrar botes de Cola Cao en macetas es un tanto
incómodo
Miguel Angel Ferrer
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