Si yo fuese banquero, saltaría de alegría por rescatarme sin pedirme responsabilidades
Si yo fuese hotelero, no sabría bien a qué carta quedarme pues a una Ley del Turismo que me permite hacer lo que quiero, oponen la subida del IVA turístico.
Si yo creyera en el liberalismo económico, estaría de acuerdo con las medidas adoptadas por el Gobierno y el Govern tendentes a destrozar los últimos vestigios del estado de bienestar.
Si yo fuese machista, vería con satisfacción como se destrozan los intentos de la igualdad.
Si yo fuese un defraudador, no acabaría de creerme que me premiaran, en vez de aplicarme la ley penal por el delito que cometí
Si yo fuese la Iglesia, no tendría más que palabras de satisfacción por las exenciones fiscales que disfruto.
Si yo fuese del Opus, estaría agradecido al Govern por concertarme colegios sin cumplir la igualdad que promueve la constitución.
Si yo fuese votante del PP, me sentiría engañado por todas las promesas incumplidas y por haber sido incapaz de ver lo qué había detrás de su discurso.
Si yo fuese un miserable, no dudaría en enviar a los bomberos para que arriesguen sus vidas con equipos de protección completamente inadecuados mientras que a mí, para asistir a actos del Partido vinieran a protegerme los Anti Disturbios
Si yo fuese político, estaría preocupado por el desprestigio que sufren todos ante la ciudadanía por las mentiras, desvergüenzas y despropósitos de la clase gobernante.
Si yo fuese un Cargo del PP, no me avergonzaría del obsceno espectáculo de aplaudir y jalear unas medidas económicas que cargan el peso de la crisis sobre los más desfavorecidos.
Si yo fuese anti demócrata, estaría de acuerdo en blindar con barricadas el Congreso olvidando que la Soberanía Nacional es del pueblo.
Afortunadamente, no estoy en ninguno de esos supuestos y puedo estar, al menos en estos puntos, en paz conmigo mismo
Publicado en El Periscopi el 27 07 2012
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